Mary nos había recibido con un platillo de espárragos envueltos en jamón serrano, también nos había preparado brochetas de fresas bañadas con chocolate, a Dania le había preparado una ensalada de verduras y otra más de frutas con yogurt ligero para la cena. Habíamos platicado sobre unas cuantas cosas, se emocionó cuándo le mencionamos que Marian y Marco se casarían en poco tiempo, incluso se ofreció a pagar las invitaciones de la boda y de ayudarme con ideas para la decoración.
Tenía en los brazos a Dania, le daba cucharadas de fruta de vez en cuándo y mi hija aplaudía emocionada.
Mary: ¿y ustedes qué planes tienen?- terminé de lavar los platos y me senté nuevamente en el comedor, Mario estaba limpiando una parte de la mesa.- saben a lo que me refiero, ¿tienen pensado casarse? ¿vivir juntos?
T;N: no hemos hablado de eso.- reí nerviosa.- pero espero que sí.- sentí que los brazos de Mario rodearon mis hombros y me dió un sorpresivo beso en la mejilla.
Mario: yo quiero que ella viva conmigo pero aún no logro convencerla.- se sentó a mi lado y tomó mi mano para entrelazarla con la suya sobre sus piernas.- es que, mamá, estoy perdidamente enamorado de ella y ya no quiero que esté lejos.- suspiró, Mary sonrió con ternura.- quiero desayunar con ellas y darles el beso de buenas noches, pero a la vez saber que podré darle besos toda la noche y que no tengo que estar alejado de ellas, que puedo cuidarlas más de cerca.
Mary: ¿Y por qué no quieres irte a vivir con mi hijo?- mordí mi labio inferior, ella me sonrió enseguida.- entiendo que puede ser difícil para ti porque tienes aún a tu hermano y porque quizás tienes miedo, pero yo creo que es momento de que hagas tu vida cómo tú lo mereces, han pasado por muchas cosas para poder ser felices y ahora están a un paso de serlo, tu hermano también merece seguir con su vida, tener una pareja y formar su propia familia.
T;N: sí, de eso hablé con él hoy por la tarde, me dijo que sí yo quería estar con él que me apoyaba.- suspiré.- incluso dijo que pronto conseguirá un trabajo y tendrá la manera de cuidar monetariamente de mi casa, y para ser sincera, he estado pensando en eso todo el día, creo que le pasaré la casa a él para que tenga al menos un impulso y un lugar en dónde crear sus propios proyectos, sé que él estará encantado sí se lo digo.
Mario: ¿eso significa que aceptas...- fuimos interrumpidos por la señora de servicio que le exigía a alguien que saliera, nos apresurarnos a salir del comedor, en la sala se encontraba Martin, tirando las cosas que había a su alrededor y rompiendo los cojines del sofá con lo que parecía ser una navaja grande.
Mary: Martín ¿qué haces aquí?, vete o llamaré a la policía.- sentí que mis piernas temblaron y mi corazón comenzó a latir tan fuerte que incluso me hacía sentir incómoda. Lo primero que pensé fue en Dania, la señora Mary se la había entregado a la mujer de servicio y ella subió las escaleras apresuradamente para encerrarse en la habitación principal.
Mario: vete, no queremos problemas.- su tono era calmado pero a la vez estaba a la defensiva, trataba de estar alerta a los movimientos que él hacía.
Martín: pero miren lo que tenemos aquí.- soltó una carcajada llena de malicia, parecía estar ebrio.- al parecer mataré a 3 pájaros de un tiro, aunque me falta uno.- dirigió su mirada a las escaleras, sabía a quién se refería.
T;N: ¡Váyase!- él me miró y tensó su mandíbula, me apuntó con la navaja y sentí temor.
Martín: me llegó un citatorio, ahora resulta que tengo que ir a dar mi testimonio por unas pruebas estúpidas de tu puta novia.- se dirigió a Mario, él tenso su mandíbula y soltó un suspiro.- yo no tengo la culpa de que te hayas grabado cogiendo cómo una vil prostituta.- Mary me tomó del antebrazo para alejarme un poco ya que la distancia entre él y nosotros disminuía, tomé a Mario de la mano y también trate de alejarlo.
Martín: ¿cómo es posible que me hayas cambiado por esta...mujer?- fingía sentirse débil, podía notarlo en los cambios que tenía en sus facciones.- ni siquiera sabes si la bastarda que tiene es tuya, eres un estúpido.
Mario: ya basta, vete.- me soltó de la mano y se dirigió a él con total respeto, lo tomó de los hombros e intentó moverlo para que comenzará a caminar. Martín lo hizo sentir confiado, sin embargo, en un solo movimiento logró darle un golpe en la mejilla a Mario, haciendo que casi cayera al suelo, por suerte pudo detenerse en el respaldo del sofá, me acerque rápidamente a él y lo tomé del brazo para ayudarle a reincorporarse, tenía sangre saliendo de la comisura de sus labios y parecía un poco aturdido.
T;N: señora Mary, llame a la policía.- miré a Martín, se burló al ver lo que había ocasionado, miró a Mary que se dirigía a tomar el teléfono que se encontraba a lado del televisor, enseguida apresuró el paso y la tomó de la muñeca con brusquedad, me acerque rápidamente y con todo el coraje que le tenía le dí un golpe en la cabeza con el florero que estaba en el centro de mesa, este término en pedazos, sin embargo, no le hizo ningún tipo de daño que pudiera darnos tiempo para alejarnos, Martín soltó a Mary y después me tomó a mí de la muñeca con fuerza, apuntó la navaja hacia mí con una sonrisa malvada que me hizo temblar, escuché la voz alejada de Mario, sentí que me tomó de la mano y me alejó pero en ese momento Martín lo apuñaló a él.
Escuché el grito de Mary retumbando en mis oídos y a su vez el sonido de las torretas, al parecer la señora de servicio se había encargado de llamar a la policía, Mario cayó al suelo sosteniendo su abdomen, sus ojos miraban a Martín quien recién sacaba la navaja de su cuerpo, Mario lo miraba sintiendo lástima, dolor, su mirada se había convertido en una llena de inocencia, de decepción, me dolía y mucho, lo tomé entre mis brazos y coloque mis manos sobre la herida que ya había sangrado lo suficiente para manchar toda la zona de su abdomen, sus ojos se cruzaron con los míos, su mano se colocó sobre la mía que presionaba la herida.
Mario: ¿voy a morir?- preguntó con la voz temblorosa, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, negué enseguida mientras con la otra mano acariciaba su mejilla.
Martín: ¿quién sigue?- burló, lo miré molesta, quería quitarle esa navaja y apuñalarlo también, sin embargo, sabía que no tendría la fuerza para lograrlo y que terminaría muerta al instante. La puerta se abrió de golpe y entraron los policías con armas apuntando hacia Martin, me sentí un poco aliviada en ese aspecto, Mary se dejó caer a mi lado mientras sostenía el rostro de su hijo, él la miraba con melancolía y trataba de sonreír.
T;N: ¿pueden llevarme al hospital?- le pregunté a un policía que se encargaba de amagar a Martín, él hizo un poco de fuerza y logró colocarle las esposas.
Xx: la ambulancia está afuera, ¡agente Rodríguez!- gritó, un policía se acercó apresurado.- dile a los paramédicos que entren, hay una persona herida.
T;N: ¿puedo irme con él?- le pregunté a Mary, ella asintió.- cuide a Dania, por favor.
Mary: ve tranquila, en un rato le pediré a Marco que me lleve al hospital y la llevaré conmigo.- asentí, intentaba controlar el llanto pero no me funcionaba, Mario me miró con lágrimas en los ojos.
Mario: te amo.- asentí, apreté una de sus manos mientras que la otra seguía presionando la herida.
T;N: no te atrevas a dejarme ¿me escuchaste?- las lágrimas comenzaron a salir, mi voz sonaba entrecortada.- antes me ilusionaste con darme un beso todas las noches, tienes que cumplir tus promesas, Bautista.- me sonrió con debilidad, los médicos entraron con una camilla y me apartaron para darle los primeros auxilios a Mario. Sentía que mi mundo se estaba desarmando, Mary me abrazó y no pude evitar sollozar en sus brazos, sentía mi corazón estrujado y me dolía el alma al verlo de esa manera. No me di cuenta de cuándo se llevaron a Martín, pero agradecía ya no tener que verlo, ahora solo quiero y deseo que el amor de mi vida salga de esto.
