Abrí mis ojos gracias a que me estaban llamando, me dolía la espalda y mi mano se sentía adormecida, deslicé el botón verde para responder.
T;N: ¿sí?- escuché un llanto del otro lado de la llamada, era Dania.- ¿qué pasa con Dania?- me levanté con rapidez, soltando la mano que me sostenía y asustandolo con mi voz elevada.
Marian: hoy despertó con un poco de temperatura, al parecer atrapó un resfriado.- dijo en tono preocupante.- está congestionada, por favor ven, te necesita.
T;N: está bien, evita cubrirla y checa sí tengo bebidas saludables para ella.- puse mi celular entre mi hombro y mi oído mientras me ponía apresuradamente mis zapatillas, Mario se levantó mirándome con preocupación y frunciendo las cejas.- estoy saliendo para allá, la llevaré al médico.
Marian: está bien, ven con cuidado.- ambas colgamos, dejé caer mi celular sobre el sofá para abrochar los cordones de mi calzado.
Mario: ¿qué pasa?- se puso de pie mientras acomodaba su cabello.
T;N: mi hija está enferma, tengo que irme ahora.- me levanté del sofá tomando mi celular y encaminandome a la puerta, él me tomó del antebrazo y me miró.
Mario: yo te llevaré.- asentí, no me quedaba de otra, ayer no había traído mi auto conmigo.- vamos.- ambos salimos de la oficina, él sacó las llaves de su pantalón y subimos al elevador. Ya había gente trabajando y limpiando las pocas cosas que habían quedado del evento de ayer, algunos nos veían con curiosidad, cabe recalcar que la mayoría me conoció por la baja de mi padre con la empresa y el matrimonio fracasado.
Llegamos al estacionamiento de la empresa, Mario presionó el botón que había en el control de sus llaves y las puertas se desbloquearon, ambos subimos de inmediato y comenzó a conducir. Marian me había enviado una foto de Dania, al parecer mi padre se encontraba con ella ya, sus mejillas estaban con chapetes y sus ojitos parecían estar adormilados. No pude evitar sentir el llanto acumulado en mi garganta, quería evitarlo a toda costa.
Mario: ¿a dónde se supone que debo llevarte?- lo miré, él parecía estar muy preocupado, coloque la dirección en mi celular y puse el GPS para que lo direccionará, no me sentía en condiciones de articular palabra, sentía que mi voz saldría entrecortada.
Pasaron alrededor de 20 minutos y ya estábamos en casa, baje del auto con rapidez y entre a casa, mi padre tenía a Dania en los brazos y Marian estaba alistando unas cosas en su pañalera.
T;N: estoy aquí.- Dania abrió sus ojos y levantó sus brazos mientras hacía pucheros, mi padre me la entregó y la hundí en mis brazos.
Papá: ¿qué haces tú aquí?- me giré, Mario entró con timidez y tragó saliva.
Mario: buenos días.- su voz era casi temblorosa.- su hija no había llevado su auto y decidí traerla, era un caso de emergencia.
T;N: iré a cambiarme rápido para ir al hospital.- todos asintieron, menos Mario, parecía estar nervioso. Subí las escaleras con Dania en mis brazos, la coloqué en la cama de mi habitación mientras sacaba ropa cómoda del armario. Me quite el vestido con mucha dificultad y después me coloque lo que había elegido, dejando mi cabello como estaba y colocandome mis tenis, cargue a Dania y bajé las escaleras nuevamente, ellos al parecer estaban apunto de iniciar una discusión, mi padre se veía algo alterado y Marian nerviosa.
Papá: quiero que te mantengas alejado de mi hija, ¿escuchaste?- Mario me miró, sentí pena por él.
T;N: papá, no es momento para generar conflictos, tengo que llevar a Dania.- su mirada cambio, asintió enseguida y dejó un beso en la mejilla de mi hija.
Mario: yo las llevaré.- miró a mi padre, este tensó la mandíbula.- dudo mucho que su hija pueda manejar en el estado en el que se encuentra, es mejor que ella vaya con su hija y este al tanto de lo que pueda necesitar.
Marian: me parece correcto.- todos la miraron y ella solo sonrió nerviosa.- digo, así podemos nosotros alcanzarla en el auto de T;N y llevarle algo de comer en caso de que sea necesario.
Papá: ya qué.- le regalé una sonrisa para que estuviera tranquilo, él beso mi frente y después salimos apresurados de mi casa, me senté en el lado del copiloto y me asegure de que el cinturón de seguridad pudiera protegernos a las 2, Mario subió enseguida de mí y comenzó a conducir hacía el hospital más cercano. Una lágrima resbaló por mi mejilla y cayó sobre la mano de Dania, nuestros dedos estaban entrelazados, no tenía idea de que era lo que le sucedía, pero para mí era demasiado grave.
Mario se estacionó en la puerta de emergencias, me bajé enseguida y entre, mientras tanto él se fue a buscar un lugar seguro para dejar el auto, en cuánto entre el guardia de seguridad se acercó a mí para preguntar que era lo que sucedía, le dije lo que había ocurrido y lo que sabía, él enseguida le llamó a una enfermera y ella me llevó a una habitación individual para que me atendieran.
T;N: vas a estar bien, pequeña.- ella talló sus ojos y hacía pucheros, me preocupaba. Un doctor entró detrás de la enfermera, ella me quitó a Dania de los brazos con sumo cuidado y la recostó en la cama, ella enseguida comenzó a llorar al desconocer a la persona que la tocaba.
Enfermera: ¿puede ayudarme?- asentí, me puse de pie y sostuve su cuerpo para que no se moviera bruscamente, la enfermera metió un termómetro debajo de su axila, mi hija lloraba y se movía para tratar de evitar el contacto con la enfermera, le acaricié su rostro mientras le susurraba dulcemente que todo estaría bien, pasaron unos segundos y el termómetro aviso que ya estaba listo.
Enfermera: tiene 38.0 de temperatura, le traere compresas para que le ponga en algunas partes del cuerpo.- asentí.- el doctor va a revisarla más profundamente.- se retiró con el termómetro.
Doctor: buen día.- se acercó a Dania y le hizo cariños para que se tranquilizara un poco, por muy raro que fuera, ella dejó de llorar cómo lo hacía antes.- revisaré su garganta.- asentí, él aplastó sus cachetes para que le diera espacio en su cavidad bucal, metió un palillo de madera y comenzó a revisar con detenimiento.- tiene la garganta irritada y llena de flemas, puede ser porqué ha llorado mucho y esto le está dañando más la garganta.- sacó el palillo y lo depositó en el cesto de basura, la enfermera entro con un tazón y toallitas de algodón, las humedecio y exprimió para después colocarselas con suavidad sobre la frente a Dania.
Enfermera: puede meterle un algodón con alcohol en el ombligo, de esa manera podría disminuir más rápido la temperatura.- asentí, me entrego un algodón y tome la botella de alcohol que se encontraba en un estante, hice lo me pidió.
Doctor: voy a recetarle algunos medicamentos para la fiebre, infección y dolor, vienen en jarabe.- asentí, él comenzó a anotar en una libreta y arranco la hoja blanca para después entregarmela.- mientras tanto, la enfermera le inyectara algo para bajar más rápido la fiebre y la congestión que tiene.
T;N: pero...le dolerá.- él me sonrió, seguramente le daba gracia la forma en la que yo me encontraba.
Doctor: sí la tiene a usted a su lado, nada será tan doloroso.- miró a la enfermera y después hizo una reverencia para luego retirarse. La puerta se abrió nuevamente y entró Mario, guardó las llaves en el bolsillo de su pantalón y después se acercó a dónde yo me encontraba.
Mario: ¿qué te han dicho?
T;N: le pondrán una inyección para la fiebre y la infección de garganta.- suspiré.
Mario: ella se parece mucho a ti.- dijo mientras acariciaba su manita, ella se asustó y me miró enseguida. La enfermera se acercó mientras sacaba el aire de la inyección, sentí que mi corazón se detuvo y mire a Mario.- mierda.- tragó saliva y después apretó mi hombro con su otra mano.
Enfermera: ayúdame a ponerla de espalda.- asentí, moví un poco su cuerpecito y ella le bajó el pañal para después colocarle un poco de alcohol, ella comenzó a llorar en cuánto sintió el pinchazo y yo no pude evitar derramar un par de lágrimas.- listo, déjela reposar unos minutos y después pasan a pagar con la receta que el médico les dió.
T;N: gracias.- ella asintió y después se retiró del cuarto. Abracé a Dania con todo el amor que tenía para ella, sentí unas suaves caricias en mi espalda y me separé de su cuerpo para mirar a Mario, sus ojos estaban llorosos y hacia respiraciones profundas frecuentemente.- ¿quieres llorar?
Mario: no, claro que no.- burló y después aclaró su voz.- ahora sí me presentaré formalmente.- se acercó más a Dania la tomó de la mano.- yo soy Mario, un amigo de tu mamá, déjame decirte que eres igual de bella que ella y tienes unos cachetes muy bonitos.- tocó la punta de su nariz y ella sonrió mostrando los hoyuelos.- ¡Oh! mira, a mí también se me hacen cómo a ti.- sonrió con dulzura, sentí un nudo en la garganta y no pude evitar sonreír.- cualquier persona que nos vea sonreír juntos creerá que soy su padre.- suspiró, borre mi sonrisa y cambie el tema de conversación.
T;N: vámonos ya.- él asintió, levanté a Dania dejándole una compresa puesta en la frente y salimos del cuarto.
Mario: dame la receta, me adelantaré para comprar lo que ella necesita.- asentí, saque dinero de mi bolso y después se lo entregue junto con la receta, él se dió la vuelta y se perdió en el pasillo que daba en dirección a la enfermería.
Salí del hospital junto a Dania, saque mi celular y le marque a Marian para comentarle lo que me habían dicho.
Marian: ¿entonces ya no hay necesidad de que vayamos?- podía escuchar el sonido de trastes a través de la llamada.
T;N: no, al parecer fue una infección de garganta y ya le recetaron medicamento, además de que le aplicaron una inyección.- miré que Mario salía del hospital, traía una bolsa blanca en sus manos y leía un ticket.- ya vamos para allá.
Marian: de acuerdo, vengan con cuidado.- dicho esto, colgué.
