Mi padre se encontraba moviendo suavemente a Dania sobre el portabebé, se había preocupado demasiado que incluso ya no quería separarse de ella, Marian había preparado pollo con puré de papa y verduras, estábamos en el comedor, todo estaba en total silencio debido a la presencia de Mario y a la poca tolerancia que mi padre le tenía, era incómodo, la mirada de Marian y la mía chocaban y a la vez nos transmitimos lo que estábamos sintiendo, ambas incómodas porsupuesto.
T;N: te quedó deliciosa la comida, Marian.- ella me sonrió mientras masticaba el puré.
Mario: muchas gracias por haberme invitado a comer.- aclaró su garganta.- pero creo que me iré ahora, no quiero que ustedes se sientan incómodos con mi presencia.
Papá: que te vaya bien.- lo miré enseguida en forma de regaño, él rodó los ojos.- es broma, pero cómo dicen algunos, si quieres no puede ser broma.
T;N: ya basta, papá.- Mario se puso de pie enseguida soltando una pequeña risa por el comentario de mi padre.- no es necesario que te vayas...al menos que esta comida sea en forma de agradecimiento por haberme llevado al hospital.
Papá: era su deber.- trague en seco, lo miré enseguida y él pareció arrepentirse de haberlo dicho.- digo, te raptó toda la noche, mínimo...- ahora tartamudeaba, Mario lo miró dudoso.
Mario: terminaré la comida y me iré, cómo dije antes, no quiero causarles incomodidad ni molestias.- asentí, él volvió a sentarse y colocó la servilleta sobre sus piernas para luego comenzar a comer lo poco que le quedaba en el plato.
Marian: se antoja un pastel de vainilla.- cerró sus ojos y saboreó mientras su tenedor sostenía un trozo de pollo.- ¿no creen lo mismo?
T;N: ¿Con muchos frutos encima?- ella asintió con mirada cómplice, asentí enseguida con una sonrisa.
Mario: podemos ir a comprarlo.- limpió sus labios mientras masticaba lo que anteriormente había comido.- creo que mire una pastelería aquí cerca, no haremos ni media hora en ir y venir.
Marian: ¡Sí, sí, sí!- gritó emocionada, sacó su billetera y comenzó a sacar dinero para luego entregárselo a Mario, él se negó enseguida.
Mario: lo compraré yo.- ella me miró mientras insistía en darle el dinero.- ¿me acompañas?- ignoró por completo la mano extendida de Marian, se puso de pie y después me tomó del antebrazo para que lo siguiera.
T;N: ahora volvemos.- sé que mi padre no estaba de acuerdo con lo que estaba sucediendo, podía verlo en su rostro, estaba molesto e incómodo, hice una mueca y le susurré un lo siento antes de salir de casa, Mario desbloqueó las puertas de su auto y ambos subimos.
.
.
.
Estaba indecisa sobre cuál pastel debíamos comprar, había muchísimos detrás de la vitrina y todos se veían exquisitos.
T;N: no puedes dejarme la decisión solo a mí.- me quejé mientras lo veía, él se encogió de hombros.- estoy entre ese que tiene frutos encima o aquel que tiene mermelada de fresa.
Mario: a ver.- se inclinó un poco para verlos, su perfil era muy lindo y tenerlo cerca me hacía sentir nerviosa, estaba dejando a mi corazón que sintiera con libertad, pero mi cabeza estaba tratando de advertirme lo que tanto temía.- ustedes querían de frutos, además de que se ve más presentable.
T;N: ¿será?- él asintió enseguida.- entonces que sea ese.
Mario: de acuerdo.- camino del otro extremo para pedírselo a la chica que se encontraba detrás de la caja.- el de frutos, por favor.- ella asintió para después ir por el pastel, lo tomó con delicadeza y lo guardo en una caja color blanca.
T;N: te daré el dinero del pastel.- saqué el dinero de mi bolsillo trasero, cuándo estaba apunto de entregárselo le dió su tarjeta a la chica.- oye, es en serio, no puedes pagar lo que a nosotras nos corresponde, no me gusta que lo hagas.- se encogió de hombros, la chica le entrego la tarjeta junto con un ticket y después la caja del pastel, ambos salimos de la pastelería y nos subimos al auto.
Mario: siento que eso no te parezca.- suspiro.- pero solo será por hoy, probablemente después no nos miremos de nuevo, déjame hacer esto por ustedes y pasar una linda tarde después del susto que pasaste con tu bebé.
T;N: bien...- él me sonrió y comenzó a conducir con precaución, ¿por qué me dolía tanto que él se alejara de nuevo?, es lo que pasaría y yo ya tendría que estar preparada para esa situación...¿no?, se supone que ya no lo quería, ¿por qué ahora me siento así?
.
.
.
Marian se encargó de partir el pastel y Mario los sirvió amablemente en los pequeños platos que había en el centro de la mesa, cada uno agarró el que le correspondía junto con el tenedor.
Papá: eligieron buen sabor.- asentí, él me sonrió con tranquilidad. Mario me quitó mi plato mientras le explicaba a Marian las cosas del modelaje en su empresa, comenzó a quitarle el betún hasta que dejó solamente el pan y una cantidad muy diminuta de betún, lo volvió a colocar frente a mí sin decirme ni una sola palabra, estaba concentrado en lo que hablaba con Marian, ella y yo nos miramos con curiosidad, mi padre hizo lo mismo mientras meneaba el trozo de pastel que tenía en su tenedor.
Marian: ¿por qué...hiciste eso?- ella también sabía que a mí no me gustaba el betún, Mario la miró confundido.- lo de quitarle el betún a su pastel.
Mario: oh...no tengo idea.- burló nervioso.- creo que, si mal no recuerdo, no te gusta comer betún en exageración, ¿me equivoqué?
T;N: no...- suspiré.- sigamos comiendo.- mi padre metió lo que había en su tenedor a su boca, no dejaba de ver a Mario y podía sentir que él se ponía nervioso.
