Marian había traído un pay de queso, Marco la había acompañado y ahora estábamos en la sala comiendo ese delicioso postre, Dania se había quedado dormida en mis brazos pero no me incomodaba en lo absoluto.
Marian cuándo llegó me mostró el anillo que tenía en su dedo izquierdo, tenía un brillo especial en la mirada que me transmitía tranquilidad, no dejaba de mencionar la forma en la que Marco se había equivocado al pedirle matrimonio, le pidió que fuera su novia y él mismo soltó una carcajada nerviosa al notar que se había equivocado en la pregunta, al final lo dijo y ella aceptó con ilusión.
T;N: ¿y ya tienen fecha para la boda?- Marco miró a Marian con una sonrisa y ambos asintieron.- espero que me estés considerando cómo tu dama de honor.
Adam: y espero que a mí también me estés considerando, eh.- señaló a Marco con su dedo índice y con el ceño fruncido.
Marco: por supuesto, ayer nos desvelamos haciendo la lista de lo que probablemente necesitaremos.- suspiro.- pero claro que necesitamos ayuda de una agencia que tenga mucha experiencia, que tenga el equipo necesario para hacer de nuestra boda algo mágico.
Marian: ojalá que esa persona nos ayude a organizarla...- me miró con interés y un puchero.
T;N: ¿hablan de mí?- ellos soltaron una carcajada y después asintieron.- saben que yo estaría encantada de organizarlo, esta tarde veré de hacer la lista, solo díganme la fecha y algunas ideas sobre la decoración que esperan.
Marco: bueno, queremos que la boda sea a finales de mes.- hizo una mueca nerviosa, los miré sorprendida.
T;N: ¿tan pronto?- asintieron ilusionados, solté un suspiro y después sonreí.- está bien, supongo que tendré unos días muy ocupados, haré hasta lo imposible para que ustedes tengan una boda espectacular.
Marco: te haré un cheque y te lo enviaré con Mario, probablemente no tengamos mucho tiempo para vernos ahora, tengo que trabajar más para así poder juntar el dinero para nuestra luna de miel.- tomó la mano de Marian y dejó un beso suave en ella.- muchas gracias por apoyarnos, sabía que podríamos contar contigo.
Adam: y aunque no tengan la mínima intención de mencionarme, ustedes pueden contar conmigo también.- suspiró.- sí necesitas que te acompañe a comprar tu atuendo, solo dime y te llevaré.
Marco: muchas gracias, Adam, incluso te iba a pedir ese favor.- burló.- cómo sabes, mi trabajo en el hospital no me deja mucho tiempo libre, así que, ¿podrías pasar por el traje cuándo esté listo?
Adam: claro, solo dame la dirección y yo iré por él.- Marco asintió con una sonrisa.- entonces, ¿te irás a vivir con Mario?- preguntó de repente, los 3 me miraron con mucha curiosidad, me encogí de hombros y suspiré.
T;N: aún no lo sé, es que tengo muchas cosas en las cuales pensar.- los miré.- la primera es que tengo miedo de que te quedes solo, Adam, después está su padre y sus constantes amenazas en contra mía, amo a Mario y sé que él es la persona con la que yo quiero estar toda mi vida, además, él también me ama a mí, puedo sentirlo, siempre está tratando de complacerme, de cuidarme.
Adam: entonces no lo pienses por mucho tiempo, recuerda que la vida últimamente nos está recalcando que es muy corta y que nos quedan muchas cosas por vivir que no nos atrevemos a experimentar.- suspiró.- no tienes que preocuparte por mí, yo estaré bien y cuidare de tu casa hasta que yo consiga dónde vivir, podrás contar conmigo y sí necesitas que te busque lo haré.- me sonrió y acarició mi antebrazo.- además de que ya pronto voy a conseguir trabajo, de eso estoy segurísimo.
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Terminé de arreglar a Dania, ella últimamente estaba de muy buen humor, más de lo normal, ella se ha robado el cariño y el corazón de todos, no hay persona que no le quiera regalar algo o que no le haga cariños cuándo me visitan, eso me hace sentir muy feliz. La puerta de mi habitación se abrió y Mario asomó su cara por ahí, mi hija le sonrió con un pequeño grito y dió brinquitos mientras estaba sentada.
Mario: ya vine por ustedes.- sonrió y cerró la puerta detrás de él.- no sabes la tranquilidad que me dió recibir tu mensaje, estuve cruzando los dedos para que aceptarás acompañarme.
T;N: no puedo alejar a nuestra bebé de su abuelita, ella también merece formar parte de su vida.- dejé un corto beso en sus labios.- ¿cómo te fue en el trabajo?- dije mientras entraba al baño, saque unas toallitas húmedas que eran de Dania y las metí en su pañalera, me ví por última vez en el espejo y acomodé mi cabello suelto. Al salir noté que tenía a Dania en sus brazos, estaba de espaldas a mi, no respondió a mi pregunta.
T;N: ¿Mario?- cerré la pañalera y quite la ropa que había dejado sobre la cama, después me acerque a él.- ¿amor?- me puse a su lado, entonces me di cuenta de porque no me respondía, tenía en sus manos los documentos que me había entregado fiscalía, su mandíbula estaba tensa y sus ojos se habían irritado un poco, sentí un revoltijo en mi estómago y tragué en seco.
Mario: ¿le pusiste demanda?- su voz sonaba temblorosa pero seguía firme.- ¿no ibas a decirme?
T;N: no.- me miró enseguida.- o sea sí iba a decírtelo pero...- me interrumpió enseguida, dejó los papeles en su lugar y me miró.
Mario: agh, deja.- suspiró.- no arruinemos esta tarde que pinta para ser maravillosa, ¿nos vamos?- quitó la pañalera que colgaba de hombro y se la colgó él, me quedé confundida por su reacción.- vamos, mi madre nos está esperando.- salió de mi habitación con Dania en los brazos, apagué la luz de mi habitación y cerré la puerta, ambos bajamos las escaleras, en la sala estaba Adam poniéndose un poco de perfume, al parecer tenía pensado salir.
T;N: Adam, me voy ahora.- él asintió sonriendo, dejó un beso en mi frente y después acaricio las mejillas de Dania en forma de despedida.
Adam: saldré en un rato con Noah, pero no te preocupes, cerraré muy bien la puerta.- asentí con una sonrisa. Nos encargamos de despedirnos de él, nos acompaño al auto y nos subimos, no podía dejar de sentirme incómoda con lo que había sucedido, ni siquiera encontraba alguna explicación, aunque creo que era demasiado obvio el porque de la demanda, su rostro no tenía ningún tipo de expresión, mantenía su postura derecha mientras conducía y no decía ninguna palabra.
