Abrí la puerta de su oficina con brusquedad, el ventanal que se encontraba frente a mí tembló debido al golpe, la enfermera que estaba ahí frente a mi padre se levantó enseguida con sorpresa, él por su parte parecía esperar este encuentro.
Llegué hasta donde él estaba, lo tomé del cuello de su camisa e hice que se levantará del sofá.
Mario: ¿por qué lo mataste, cabron?- estaba demasiado molesto, la rabia corría por mis venas y no me iba a detener por ningún motivo.
Padre: no me hables de esa manera.- dijo sorprendido pero a su vez molesto.- y tampoco sé de qué mierda estás hablando.- lo tiré nuevamente en el sofá, la enfermera se puso a su lado para saber si se encontraba bien.- está bien, puedes retirarte.- ella asintió no muy segura y salió de la oficina enseguida.
Mario: tú sabes de qué te hablo, no me digas que no estás enterado de la muerte del señor Acosta.- pude notar un tono burlesco en sus mejillas.- existen testigos y hay pruebas de que tú fuiste la última persona que estuvo con él, eres el principal sospechoso y esa familia no se va a detener hasta que te vea detrás de las rejas.
Papá: ¿y tú crees que yo tengo miedo?- burló y se puso de pie con dificultad.- me importa una mierda si esa familia tiene pruebas o no, ya está muerto, no podrán revivirlo.- sacó un cigarro de bolso de su pantalón y lo encendió cómo sí nada le afectará.- espero que a esa mujer que tú amas le haya quedado claro que no debe estar cerca de ti, ahora fue su padre, quizás después sea su hermano y al final, pero no menos importante, su hija, que por lo que tengo entendido y según lo que me dijo Catalina, lleva tu sangre.- sentí que la bomba dentro de mí explotó, le dí un puñetazo haciendo que el cigarrillo cayera sobre el suelo, él nuevamente quedó sobre el sofá.
Mario: escúchame bien, Martín.- me incline para verlo, él parecía estar sorprendido nuevamente de mi reacción, tenía su mano colocada en la comisura de sus labios.- no te volverás a meter con ellas, porque sí ahora te hice esto, más adelante puede ser peor, le agradezco a dios que tú no seas mi padre y que afortunadamente mi hija no tiene ningún tipo de lazo contigo.- empujé su mano con fuerza.- así que quedas advertido, ya no soy más ese niño pequeño al que lograbas intimidar, y T;N tampoco está sola, tiene una familia que la ama y por supuesto, me tiene a mí.- camine hacia la puerta de salida y me gire nuevamente para mirarlo.- y espera mi renuncia, también espero que estés anhelando la demanda que pondrá mi madre para recuperar lo que le pertenece.- salí del lugar sintiéndome desahogado pero no menos culpable, la decepción se había convertido en coraje, era capaz de hacer lo que fuera con tal de proteger a quien ahora es mi familia.
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Mamá: creo que tienes que volver a dónde ella para que puedas explicar las cosas, cariño.- dijo mientras le ponía vendaje a mi mano derecha, no me había dado cuenta del golpe tan fuerte que le había dado, pero tenía un nudillo sangrando y mi madre rápidamente quiso vendarme.- sé que puede ser difícil porque ella no quiere verte, pero no se van a solucionar las cosas sí el orgullo lo ponen por delante.- suspiro.- en este caso debes ser tú quien hable con ella, está pasando por un momento muy complicado y tú no eres su prioridad, tienes que saberlo.
Mario: lo sé, mamá.- suspiré.- es solo que...me siento culpable, no tengo cara y mucho menos valor para verla a los ojos, no sé trata de que mi padre...no...martín robó un papel o algo así, ese hombre le quitó la vida a su padre.
Mamá: lo sé, hijo, pero ahora más que nunca tienes que ser un apoyo para ella.- tomó mis manos con suavidad.- recuerda que tienen una hija, por el momento ella no puede cuidarla pero tú sí, puedes ser un apoyo en ese aspecto.
Mario: ahg...puede ser, pero mejor iré mañana cuándo sepulten a su padre.- mordí mi labio inferior, ella asintió y acarició mi antebrazo.- será muy difícil volver a recuperarla, y tengo miedo ¿sabes?- sentí que voz comenzó a sonar débil, lancé un suspiro y baje la mirada.- tengo miedo de que ella decida alejarse de mí, de que me diga que no quiere tenerme cerca, y que además aleje a mi hija de mí, me arrebatarían lo que más amo en un instante.
Madre: es comprensible que te sientas así.- acarició mi hombro.- es el amor de tu vida, pero la conocí lo suficiente cómo para poder decirte que ella no te alejará de mi nieta, además de que el destino me convenció de que, por muy fuertes que sean las pruebas, ustedes siempre se van a encontrar en medio o en el final del camino, así que anímate, por lo pronto termina de comer lo que te preparé, mientras arreglaré tu habitación para que puedas subir y descansar un poco.- asentí, ella se levantó de la silla y la tomé de la mano para detenerla, me miró con ternura.
Mario: ¿puedo dormir en tu casa hoy?- sonrió sin ninguna malicia, acarició mi mejilla y asintió.
Madre: es tu casa también.- le sonreí, solté su mano y ella salió del comedor. A pesar de extrañar a T;N, de estar afectado por lo que está sucediendo, estar en brazos de mi madre me hace sentir pleno y un poco seguro.