Capítulo 14

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Me había recostado en el sofá, Mario estaba tirado en la alfombra mientras veía el techo de su oficina, sus manos estaban cruzadas sobre su abdomen, parecía estar relajado. Yo por mi parte estaba muy incómoda, quería salir de aquí e ir a casa, aunque Marian me haya dicho que todo estaba bien y que había cerrado muy bien la casa, que no me preocupará por hoy y aclarara la situación de una vez por todas.
Mario: ¿qué edad tiene tu bebé?- dudé un poco en responderle, pero sería sincera.
T;N: va a cumplir 3 años.- él asintió mientras cerraba los ojos y lanzaba un suspiro.
Mario: me duele saberlo.- lo miré de reojo, una lágrima salió por la comisura de su ojo y cayó de golpe.- esa bebé pudo haber llevado mi sangre, sí tan solo no te hubiera lastimado así, ¿cómo es ella?
T;N: es hermosa.- suspiré.- sus ojos son hermosos, su piel es suave y su voz al decir mamá es adorable, además de que su cabello es rizado, tiene una hermosa sonrisa.
Mario: me lo imagino.- volvió a suspirar.- es tu hija, me imagino que su papá la adora también.
T;N: no.- aclaré mi garganta, me senté en el sofá y me recargue en el respaldo de este.- su papá no tiene idea de que ella existe, y prefiero que siga así.
Mario: no deberías de ser egoísta.- me miró por unos segundos y después volví a cerrar los ojos.- sí yo fuera su papá me encantaría que me lo dijeras.
T;N: me contó tu mamá que te volviste adicto al tabaco.- él se levantó enseguida con pesadez y se sentó a lado de mí.
Mario: no es adicción, puedo dejar el cigarro pero una cosa muy distinta es que yo quiera hacerlo.- se recargó en el respaldo relajando por completo su cuerpo.- me ayuda a sentirme tranquilo, estoy pasando por mucho estrés por culpa de mi padre, a veces quiero salir corriendo y desaparecer, ya no sé sí él me salvó la vida o me quiere provocar la muerte.
T;N: no te diré nada al respecto, muchas veces me dejaste en claro que no me metiera en tus asuntos.- él soltó una risita.
Mario: una semana después de que te fuiste, yo te grité en medio de la calle, deseaba que te metieras en mis asuntos y me hicieras enojar con tus verdades.- lo miré de reojo.- anhelé ver tu ceja fruncida y tus manos colocadas en tu cintura mientras me regañabas por permitir abusos, pero ya no estabas, te busque por semanas, por meses, incluso pasó un año y yo seguía esperándote, te llamaba por error a cada instante pero la grabadora me arruinaba todo.- burló.- hubo un momento en dónde ya la imitaba, fue difícil, no supe sí era el remordimiento mezclado con la falta que me hacías, o solo era lo último, pero lo que debes tener claro es que en ningún momento deje de extrañarte, de anhelarte.- hizo una mueca.- mi madre fue testigo de cómo fueron mis días desde que te fuiste, mi padre también estuvo presente y en lugar de apoyarme me entrego la empresa, cayó en el alcoholismo y me presionó para que la empresa siguiera en la lista de las mejores, Marco intentó defenderme pero yo no se lo permití...- noté que una lágrima resbaló por su mejilla.- antes de que aparecieras de nuevo, quería tirarme al vacío, perderme y morir, me siento cansado de todo lo que sucede a mi alrededor, estoy cansado de ser para los demás un hombre fuerte que puede lidiar con cualquier cosa y que no siente culpa de nada.- me acomodé mejor sobre el sofá para mirarlo fijamente, sus ojos seguían cerrados.- quisieron forzarme a contraer matrimonio con Catalina y hasta la fecha lo siguen haciendo, no comprenden lo que yo siento y dejan por debajo mis decisiones, quería luchar por ti con toda la fuerza que tenía, pero mi padre se encargó de gastarla en su vida y sus deseos.- noté que su rostro tenía un gesto de asco y dolor.- cuándo le decía que te extrañaba, me golpeaba la espalda y me decía que no fuera inútil, que mujeres había muchas en la tierra y que tú no eras nadie, ¿cómo le explicaba que para mí lo eras todo?- su voz sonó entrecortada.- y yo sabía que por más mujeres que se pusieran frente a mí, no te encontraría en ellas y ni siquiera me interesaba en buscarte en algún cuerpo, en otros labios o incluso en otras risas, sabía que sería en vano, me acostumbré a vivir con el dolor, tanto que ni siquiera me dí cuenta de cuándo ya me encontraba en el suelo.
T;N: no te echaré en cara el daño que me hiciste, ya es suficiente tortura para ti- suspiré.- lamento mucho que tu padre te haya tratado de esa manera, que haya logrado que minimizaras tus sentimientos por darle prioridad a los de él.- aclaré mi garganta.- antes de mirarte jure que ni siquiera te dirigiría la palabra, te odie tanto que no me quedaba espacio para otro sentimiento hacia a ti, ni siquiera lástima me dabas, quería destruirte, que sintieras que ni siquiera un perdón podría arreglar una herida tan profunda, pero ahora, siento pena por ti.- él abrió sus ojos y se enfocó en los míos.- no sé sí me estoy equivocando al tenerte compasión, pero sé que mi madre te hará pagar sí me estás mintiendo.- él metió la mano en la bolsa de su pantalón y sacó su celular, estaba roto de la pantalla, puso una canción que yo conocía a la perfección, "Mirrors" de Justin Timberlake, lanzó un suspiro y después extendió su mano hacia a mí.
Mario: ¿puedes concederme esta última pieza?- dudé un momento, él me miró fijamente, algo en él me convenció y tome su mano con lentitud, él se puso de pie con pesadez y elevo mi mano para entrelazarla con la suya, la otra se colocó en mi cintura con delicadeza, comenzamos a movernos al sonido de la música, me olvide de todo el rencor que tenía dentro de mí, de la sed de venganza y de otras cosas que me lastimaban, él envolvió con fuerza mi cintura y hundió su cara entre mi cuello, yo recargue mi barbilla en su hombro mientras el olor de su perfume entraba por mi nariz, sentí nostalgia, una lágrima resbaló por mi mejilla y cayó sobre su hombro. Él soltaba suspiros constantemente, mi corazón se sentía tranquilo e incluso había dejado de latir con rapidez, aquel nudo en mi estómago había desaparecido.
Mario: te ves hermosa.- no respondí nada, mis pies descalzos tocaban la suave alfombra, él cuidaba sus pasos para no terminar encima de mis pies. Soltó mi mano y me rodeó completamente la cintura, quizás creyó que yo me quitaría, me abrazaba con fuerza mientras sentía cómo se humedecia mi cuello y hombro. La canción terminó, él se separó de mí con lentitud y tomó mi rostro entre sus manos, sus ojos estaban irritados y sus mejillas estaban húmedas, me regaló una sonrisa llena de sinceridad, yo hice lo mismo mientras limpiaba la lágrima que recién salía de su ojo. Su rostro se inclinó un poco hacía a mí, nuestras narices se acariciaron y nuestros labios exigían hacer lo mismo, él mordió su labio inferior y después dejó un beso en mi mejilla.
Mario: vamos al sofá.- tomó mi mano y me llevo a sentar, él se quedó sentado en el suelo y después se recostó.- yo voy a dormir aquí, sólo te pido que no sueltes mi mano hasta que tú duermas, no quiero despertar y que esto haya sido un sueño.- cerró sus ojos y dejó su mano entrelazada con la mía.- estoy ebrio y no quiero que sea mi imaginación, trata de descansar, pequeña.- me recosté en el sofá sin decir ninguna palabra, él se acercó lo más que pudo a dónde yo me encontraba para que mi brazo no estuviera incómodo, se veía derrotado mientras dormía, su respiración era pesada e incluso se movía inconscientemente, sentía dolor por él.

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