Capítulo 34

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Era viernes por la noche, ya tenía todo listo para ir a casa de la señora Mary, solo esperaría a Mario porque dijo que él pasaría por ambas, preparé la cena antes de que mi padre llegará, hoy se quedaría aquí junto a Adam porque según ellos no es bueno dejar la casa sola por las noches, la he dejado muchas veces y ellos no han dicho nada, seguramente no quieren quedarse solos en aquella casa que tanto sufrimiento tiene. Bajé las escaleras junto a Dania, le había puesto su conjunto favorito de ropa de algodón, hoy parecía estar un poco frío el clima.
T;N: cenen y no se detengan por hacer lo que gusten aquí.- ambos me miraron desde el sofá.- hay golosinas en la alacena, fruta, bebidas, helado y preparé la cena para ustedes, también hay películas debajo del televisor y cada habitación tiene calentador.
Adam: está bien.- sonrió.- ve tranquila, pero no olvides avisarme lo que pase, si necesitas que vaya por ti iré sin pensarlo dos veces, lleva suéter porque hace frío.- levanté la gabardina que tenía en la esquina del sofá y él me sonrió con tranquilidad.- estaré al pendiente de mi celular, no llegues muy tarde por favor.
Papá: tu hermana ya creció.- le recordó.- ya no es una niña que tiene que seguir las reglas, ella puso sus propias reglas.- me miró con orgullo, me sentí agradecida con ambos, Adam asintió mientras apretaba sus labios y suspiro.
Adam: pasó tanto tiempo que yo aún la sigo viendo cómo una niña.- burló.- y más ahora que hay una mini T;N gritando alegremente mientras se come una fresa, quizás por eso sigo viendo a T;N cómo una niña.- escuché el claxon de un auto, ambos se pusieron de pie y dejaron un beso en mi frente, después de despidieron de Dania.
Papá: pásenla bien y coman delicioso, mis niñas.- asentí, Adam me miró y con una sonrisa me repitió todo lo que anteriormente ya me había dicho.
Salí de mi casa con ellos cuidándome la espalda, abrí la puerta que daba a la calle y lo miré a él parado a un lado de su auto mientras nos veía con una sonrisa, casi corrió para darme un beso en los labios y sostener a Dania en sus brazos, mi padre y Adam lo miraron sorprendido al notar que me había dado un beso, pude notar su nerviosismo.
Adam: no te pediré una explicación de porque besaste a mi hermana.- suspiró.- después hablaremos los 3 y aclararemos algunas cosas.
Papá: efectivamente ese momento llegará.- los miré a ambos y ellos me sonrieron.- cuídalas con tu vida si es necesario y no dejes que coma en pocas cantidades, ya sabes que es muy vergonzosa y sí se le antoja algo no te lo dirá.
T;N: papá.- lo miré y se encogió de hombros.- nos vemos en la noche.- dejé un beso en la mejilla de ambos y después camine hacia el auto de Mario, mientras él acomodaba a Dania en la sillita de seguridad, yo me abrochaba el cinturón. Mario se despidió de ellos con la mano y después se subió al auto junto conmigo, sentí que soltó un suspiro y sonrió.
Mario: me puse nervioso.- reí, encendió el auto y comenzó a conducir.- no creí que ellos estarían aquí o que alcanzarían a ver cuándo te dí un beso, creí que me golpearían.
T;N: ellos jamás harían eso, a no ser que me hagas llorar nuevamente.- él mordió su labio inferior y yo aclare mi garganta.- ¿es válido aún sentir nervios? estaré en casa de tu madre, comiendo junto con ella y...- me interrumpió enseguida.
Mario: me habló un momento para preguntarme que tipo de refresco te gustaba más y que ya tenía la comida de Dania lista.- burló.- ella está igual de nerviosa que tú, no le iba a decir que ustedes irían a visitarla, pero también me ganaban las ansias de decirle.- ambos reímos.
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Mario abrió con las llaves que su madre, tiempo atrás, le había entregado, todo estaba muy limpio y el olor a panquecitos había impregnado la sala, digamos que ese olor fue el que nos dió la bienvenida.
Frente a nosotros apareció la señora Mary, vestía con un delantal de florecitas, su cabello estaba lleno de harina y despeinado, nos miró con los ojos cristalizados y corrió rápidamente a donde yo me encontraba para hacer un hermoso abrazo de 3.
Mario: me pondré celoso, mamá.- se cruzó de brazos a nuestro lado, ella lo miró y le sacó la lengua.
Mary: ¿puedo?- me preguntó mientras extendía sus brazos hacia Dania, asentí enseguida, parece extraño pero mi hija no dudo ni un segundo en abalanzarse sobre ella, Mary le dejó muchos besos en los cachetes y después se los limpiaba con la manga de su blusa rosa.
Mario: ¿verdad que es hermosa?- ella asintió con el sentimiento a punto de desbordarse por sus ojos.
Mary: preparé una comida exquisita ¿pasamos al comedor?- asentí con ilusión, la casa no había cambiado mucho respecto a los muebles, sin embargo, había más color y luz, aparte de que se respiraba mucha tranquilidad. Mario abrió la puerta del comedor y nos dió el pase a nosotras, yo entre después de la señora Mary, el comedor era más pequeño y tenía un hermoso mantel color salmón, en el centro un adorno florar que se extendía en ese mismo lugar y los platos ya estaban servidos con sus respectivos cubiertos, además de que se habían tomado la molestia de traer una silla de bebé para Dania.
Mary: siéntense, yo me encargaré de poner cómoda a mi pequeña nieta.- ambos asentimos, Mario se sentó a mi lado y Dania quedó entre la señora Mary y yo, tenía un pequeño plato con una porción de ensalada, un trozo de pollo y en otro plato tenía un pequeño cóctel de frutas con palillos en forma de ositos, se había esforzado muchísimo. Nosotros comeríamos pescado frito con arroz blanco y ensalada, además una copa de vino y pastelillos. Comenzamos a comer antes de hablar de cualquier cosa, me encargue de darle cumplidos por su increíble sazón y ella comenzó a platicarme de algunas cosas que ocurrieron mientras estábamos separados, además de contarme anécdotas vergonzosas de la infancia de Mario.
Mary: le gustaba andar desnudo cuándo Martín no se encontraba, yo corría detrás de él por horas para poder ponerle la ropa interior, salía de la bañera y huía de mí.- burló mientras se comía un brócoli.- se sentaba en la alfombra completamente desnudo y se ponía a jugar con sus carritos, hasta que se quedaba dormido en ese lugar podía ponerle su calzón.
Mario: mamá, no tenías que decir eso.- suspiró avergonzado mientras me veía por segundos.
T;N: claro que sí.- reí.- era algo que yo cómo tú novia tenía que saber.
Mary: cómo...¿ya son novios?- la miré con curiosidad y después miré a Mario, él aclaró su garganta.
T;N: ¿aún no tenía que decirle?- dije preocupada por la reacción sorpresiva de ambos.
Mary: claro que sí, cariño.- extendió su mano hasta que llegó a mi y le dió pequeñas caricias.- no entiendo porque mi hijo quería ocultarme algo tan importante y que tanto había esperado, me da mucho gusto por ustedes, espero que ahora sí puedan ser felices.- sonrió.- y me dirán que voy muy apresurada pero... iré viendo cosas para la boda de ustedes, sé que no faltará mucho para que eso suceda.- miré a Mario y él me sonrió apenado, hice lo mismo, él tomó mi mano debajo de la mesa y entrelazó nuestros dedos, él sabía que me había puesto nervios y que incluso me había dado cierto miedo a que ella revelara nuestra relación y la existencia de nuestra hija.

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