Capítulo 62.

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Domingo, 25 de Agosto.

Unos golpes me despertaron de repente. Abrí los ojos sobresaltada, encontrándome con que a mi lado no había nadie. Fruncí el ceño y observé mi alrededor, estaba en la habitación de un hotel de Nueva York, estaban llamando a mi puerta.

Suspiré y volví a tumbarme, cuando vi que habían dejado una nota en la mesilla de noche. Extrañada me incorporé para leerla.

''Me he tenido que ir temprano, no te quería despertar. Nos vemos por la tarde, te quiero. — N.''

Sonreí al leer lo último, aún con la nota en la mano; cuando escuché de nuevo cómo aporreaban la puerta tan fuerte que, antes de que hablasen, supe quiénes eran.

- O abres o echamos la puerta abajo. Sólo diré que estamos juntas y somos capaces de hacerlo, ¿sabías?- la advertencia de Andrea me hizo poner los ojos en blanco, pero no me moví-.

- ¡Abre!

La voz de la rubia me hizo plantearme en si abrir o no, teniendo a ese torbellino con patas era consciente de que tirarían la puerta. Resoplé exasperada de tener unas amigas como ellas, y me levanté de mala gana para abrirles la puerta.

Allí estaban ellas, todas perfectamente vestidas mientras que reían (cosa que iba ligada a ellas). Las miré fastidiada y me crucé de brazos.

- ¿Qué queréis?

- ¿Qué haces en pijama todavía?- Ángela me miró con los ojos muy abiertos-. ¡Tenemos que salir a explorar!

- ¡Sí! ¡Explorar por Nueva York!- la apoyó Martita dando saltos-. Vamos, Ana.

- A lo mejor quiere salir en pijama por Nueva York. Quién sabe- miré a Sole entornando los ojos, haciéndola soltar una carcajada-.

- Dadme cinco minutos...

Les cerré la puerta en las narices, dejándolas con la palabra en la boca. Rápidamente abrí el armario del hotel, sacando una camiseta corta y pegada de color blanco, tenía dibujado a Micky Mouse tapándose los ojos mientras que hacía dos cortes de manga. <<Muy apropiado, querida.>>. Saqué uno de los pantalones cortos que me había traído, y me puse mis converses negras.

Entré en el baño para lavarme los dientes y cepillarme el pelo. Antes de abrirles la puerta a las salvajes, cogí mi móvil e identificación, la cartera y las llaves de la habitación. En cuánto mis amigas me vieron, tiraron de mis brazos sacándome del cuarto mientras que gritaban que volvíamos a estar en Nueva York.

- Perrie nos ha abandonado por Little Mix- me informó Andrea-. Vamos a ir a desayunar a la calle, ¿qué te parece?

- ¡Genial! Ayer tan sólo comí yogurt. Oye, ¿cómo podéis tener tanta energía por la mañana? Yo estoy agotada.

- Son las doce y media de la mañana. ¡Llevamos horas despiertas dando vueltas por el hotel!- me dijo Ángela abriendo los brazos-.

- Tiene una azotea preciosa- añadió Marti sonriente-.

Bajamos por el ascensor hasta recepción, captando la mirada de todos los clientes y trabajadores del hotel, éramos cinco chicas demasiado gritonas e inquietas. Pasear con ellas era un show, íbamos haciendo tonterías constantemente. Nos topamos con una manada de rubios (que serían modelos, porque estaban buenísimos) a los que Sole saludó animadamente.

Acabamos sentadas en un Starbucks, desayunando café y donuts. No conseguía explicarme cómo estando en Nueva York acabábamos haciendo lo mismo que en Madrid. Después de haber pagado seguimos con nuestro paseo, al ser domingo había pocas tiendas abiertas; aunque de haberlo estado no llevábamos suficiente dinero como para comprar.

I found you (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora