Capítulo 17.

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Lunes, 1 de Julio.

Me desperté la primera. No pude evitar mirar a mis amigas, que parecían todas retrasadas así dormidas y con esas poses tan raras, ninguna dormía tan adorable como Niall. Algo se movió a mi lado y me sobresalté; Marta me miró con los ojos entrecerrados, como si no entendiese qué hacía yo despierta (solía ser una de las últimas en levantarme).

- Marta, son las diez de la mañana- le dije en voz baja para no despertar a las demás-.

- ¿Y?- me preguntó ella sin entender-.

- Niall había quedado conmigo, pero no sé a qué hora- <<Sí, Niall es así listo.>>. Supuse que Marta no pillaría el sarcasmo tan de mañana-. Sigue durmiendo si quieres, no voy a hacer ruido- añadí-.

Mi amiga me miró por última vez antes de hundir la cara de nuevo en un cojín. Me levanté intentando no molestarlas y fui a la cocina, abrí la despensa de Ángela. <<Genial, tienen mis galletas de chocolate favoritas.>>. Cogí el paquete y me senté en una silla con el móvil. Le envié un mensaje a Niall preguntándole a qué hora quedábamos. El mensaje con la respuesta me llegó rápidamente. Vendría sobre las doce a mi casa, y el muy capullo no me quería decir a dónde íbamos.

Decidí dejar a mis amigas durmiendo tranquilamente e irme a mi casa para arreglarme. Quizás lo peor de tener que ir a mi casa a pie era que llevaba puestos aquellos tacones, con los que ya ni si quiera podía caminar.

Cuando llegué a mi casa intenté no hacer demasiado ruido, no quería despertar a mis padres; aunque no sirvió de mucho, al pasar por el salón allí estaba mi madre. Me hizo preguntas tipo: ‘’¿dónde has dormido?, ¿con quién has dormido?, ¿a qué hora os fuisteis al piso de Ángela?, etc.’’. Le mentí en algunas de mis respuestas, pero hubo otras en las que no me hizo falta.

Cuando terminó aquel horrible interrogatorio le informé que había quedado con Niall a las doce. Suspiró y negó con la cabeza, la escuché musitar ‘’no tiene remedio’’, y al momento me dijo que corriese a ducharme, que parecía un mapache e iba a asustar al chaval. Le di un beso en la mejilla, agradeciéndole que fuese tan comprensiva con la situación y conmigo, y entré corriendo en el baño.

Al mirarme en el espejo entendí a mi madre. Realmente parecía un mapache, es más, ¡empezaba a pensar que lo era! ¿Qué me había pasado en los ojos? <<Qué vergüenza, ¡he salido así a la calle!>>. Me desnudé y me metí en la ducha, agradecí el agua caliente sobre mi cuerpo, relajando todos mis músculos.

Salí de la ducha envuelta en una toalla y abrí las puertas de mi armario. Comencé a rebuscar entre los cajones, nada me parecía bien. Al final acabé sacando la primera camiseta que pillé (la cual era gris y tenía tres flechas negras), y me puse unos vaqueros cortos con mis vans negras enteras, las cuales me habían regalado mis padres las últimas navidades. Me dejé el pelo suelto, pero me recogí dos mechones con trenzas hasta unirlos en la parte de detrás de mi cabeza.

Volví al baño para recogerlo un poco y volví a mirarme, debía maquillarme, ya no solo por Niall, sino también para que mi madre no viese aquellas ojeras tan enormes. Cuando creí que ya no se notaría, cogí el dinero que me había quedado tras la fiesta y mi móvil (que tenía poca batería). Al pasar por el salón me despedí de mi madre, que estaba leyendo.

Abrí la puerta y Niall apareció tras ella, haciendo que me sobresaltase.

- ¿Niall? ¿Qué haces esperando en mi puerta? Qué susto, joder- dije llevándome una mano al corazón, intentando recuperarme del susto-.

- Lo siento- se disculpó él-. Es que acababa de llegar y bueno, no quería llamar al timbre, iba a aparecer un desesperado- rió-.

- Oh, pues no me hubiese importado- contesté sonriendo-. Niall… ¿Te puedo dar un beso?- le pregunté tímidamente-. No hay paparazzis- añadí con una sonrisa esperanzada y voz de niña pequeña, él se rió divertido-.

I found you (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora