Capítulo 44.

278 15 5
                                    

Sábado, 3 de Agosto.

*Narra Ana*

No podía creerlo. No quería hacerlo. ¿Cómo podía odiar y al mismo tiempo querer tanto a una persona?

Eran las cuatro de la mañana, el día anterior me había quedado dormida llorando, no había comido nada, ni tenía pensado hacerlo. Respiré hondo tratando de calmarme, pero fue un intento en vano. Las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos. Había apagado mi móvil, que ahora descansaba sobre la mesilla. El viento nocturno movía las copas de los árboles del jardín, y yo estaba hecho un ovillo en el centro de la cama. Todo estaba oscuro, y tan sólo distinguía la silueta de los objetos gracias a la luz de la luna.

Estaba sola. Y estaba temblando.

Tanteé la cama en busca de un paquete de clínex, pero no había nada.

- Mierda- mascullé sorbiéndome la nariz y quitándome las lágrimas de los ojos con el borde de mi pijama-.

Me levanté y me asomé a la ventada de mi habitación, todo estaba muy tranquilo fuera, y con el contacto del viento mis lágrimas se habían cortado.

Decidí salir al jardín, quizás allí estuviese mejor, y pudiera pensar con más claridad. Cogí una de las mantas que había en el sillón de mi cuarto, y bajé en pijama y descalza con cuidado de no hacer ruido.

En el jardín todo era silencio. El agua de la piscina se movía lentamente, y la hamaca tenía un balanceo tan leve que invitaba a sentarse. Las lágrimas intentaron volver a brotar de mis ojos al pensar en la hamaca.

Sacudí la cabeza y respiré hondo. Me negaba a seguir llorando. Las chicas grandes no lloran, me recordé a mí misma. Aquella canción siempre me había gustado.

Me dirigí a la hamaca, y me tumbé en ella mirando el cielo estrellado. Deseaba con todo mi corazón poder volver atrás… Pero no sabía exactamente en qué punto parar. Quizás hubiese parado antes de darle la torta, a lo mejor tendría que haber hablado con él… No, había sido un gilipollas, un mentiroso. Y ahora le pertenecía, porque me había hecho suya.

Hundí mi rostro entre mis manos y un sollozo se escapó de mis labios. Hubiese retrocedido hasta cuando me dijo que si quería ser su princesa, volvería tiempo atrás y le diría que no… Aunque hubiese sido completamente incapaz, porque estaba perdidamente enamorada de ese irlandés de ojos azules.

Hubiese retrocedido, no debería haberme acercado… No debería haberme acercado aquel día. Debería de haber retrocedido más aún, no debería haberle conocido. Nunca.

- Debería haber muerto con la bulimia…- musité al viento, mi hamaca se movió un poco y yo cerré los ojos, una lágrima recorrió lentamente mi mejilla-.

Sí, debería haber parado justo ahí, justo antes de haberles visto. Debería haber seguido. ¿Cómo había podido ser tan tonta? Ahora entendía por qué me había puesto los cuernos, ¡era obvio! Él ya había conseguido todo lo que quería de mí, yo no había satisfecho sus expectativas, y ahora volvía con el principio. Con Holly. Porque claro, ella era rubia, delgada, guapa… En definitiva, era perfecta.

Fruncí el ceño y abrí los ojos. ¿Cómo me había dejado engañar? ‘’Te amo’’, me había susurrado mientras su cuerpo se fundía con el mío… Me había mentido, y yo había caído en sus redes como una ilusa.

El nudo de mi garganta volvió a aparecer. Odiaba todo esto. Quería volver a casa, deshacerme de todos los posters y no tener que verles nunca más… O al menos, no a él.

‘’Directioner’’.

Era cierto. Era directioner, aquello era inevitable. Joder, ¿por qué me había hecho aquello? ¿Por qué me había roto el corazón? ¿¡QUÉ LE HABÍA HECHO YO A ÉL!?

I found you (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora