___'s POV.
Mi última maleta iba tan repleta que no había conseguido cerrarla a pesar de que me había sentado sobre ella, tanta fue mi desesperación que grité como loca haciendo que mi padre y Helen vinieran de inmediato a mi habitación.- ¿Qué pasa cariño? - Preguntó preocupada.
- No cierra Helen, mi maleta no cierra - Dije desesperada.
- Y no cerrará, ¿Por qué hay tantas maletas? No nos iremos para siempre - Mencionó mi padre.
- Papá solo llevo lo esencial, no sé si iremos a la playa así que llevo vestidos y bikinis, tal vez iremos a donde neva y llevo ropa abrigadora, mi maquillaje, pijamas, ropa interior, bolsos, zapatos, solo lo que necesito - Dije.Mi papá negó con la cabeza repetidas veces.
- Elige dos maletas y baja ya - Ordenó.
- ¿Dos maletas? Papá no puedo hacer eso - Me quejé.
- No llevarás tantas maletas ___ -.
- Bueno, que sean cuatro - Pedí.
- Dije dos, elige bien -.
- ¿Dos y media? - Propuse.Mi papá pareció pensarlo y terminó por asentir para luego salir de mi habitación.
- ¿Cómo haré para que mis cosas quepan en media maleta? - Pregunté frustrada, Helen solo me veía risueña - Ya iremos a comprar ropa cuando estemos en aquel lugar -.
- Claro cariño -.(...)
Cuando por fin estuve lista abordamos el jet privado de mi padre, me senté junto a la ventana, me coloqué mis lentes oscuros y me puse los audífonos para poder quedarme dormida hasta llegar al hermoso lugar donde vacacionariamos.
(...)
Abrí los ojos y el jet aterrizó, sentía que mi cuerpo se asaba, hacía demasiado calor.
- Papá, ¿En dónde estamos? Hace mucho calor - Pregunté.
- Claro, Misuri suele ser caluroso cariño - Respondió.¿Musuri? ¿Qué rayos hacíamos en Musuri?
Confundida bajé del jet junto a mi padre y entonces me encontré con un chico alto de tez blanca, ojos claros y cabello castaño, el chico saludó a mi padre muy cortésmente y tomó mis maletas para subirlas a su camioneta, nada linda por cierto, al menos no para mi gusto.- ¿Por qué se lleva mis maletas? - Pregunté confundida.
- Tranquila hija, vamos - Mencionó mi papá.Un taxi llegó por nosotros y sin más subimos, tal vez solo estábamos de pasada por aquí o papá compraría alguna propiedad.
Entre más avanzábamos más alejados estábamos del centro, las casas alrededor iban siendo menos y mi confusión iba creciendo, Helen me miraba un tanto preocupada pero no decía nada, mi papá parecía muy tranquilo.
Decidí relajarme y esperar a que pronto podamos irnos de aquí.
Finalmente nos detuvimos afuera de una casa con apariencia rústica de dos pisos, bajamos del taxi y caminamos hasta que nos encontramos con el mismo chico que nos recibió.- Adelante, es por acá - Nos indicó el camino.
Mi papá comenzó a caminar tras él y Helen y yo lo seguimos.
Entramos en aquella casa y caminamos hacia lo que supongo es la cocina, ahí estaban dos señoras, una de unos 40 años cuando mucho y otra de 60 o más tal vez.- Yenny, doña Piedad, ¿Cómo han estado? - Preguntó mi padre eufórico saludando a ambas mujeres.
- Iván, que gusto volver a verte, las cosas van muy bien por aquí, ¿Cómo han estado ustedes? Mira que grande y bonita se ha puesto ___ - Mencionó la señora que al parecer se llama Yenny.¿Ella me conoce?
Por cortesía le regalé una sonrisa, aunque no tuviera idea de quién es.- Muy bien, aunque con algunos inconvenientes - Comentó mi padre.
- Sí, fue lo que Christopher me comentó -.¿Christopher es el chico que nos recibió y nos miraba desde el marco de la puerta?
- Darían ven aquí, devuelve mi vestido -.
De pronto una pequeña niña de tal vez 6 años venía corriendo y se escondió detrás de Yenny, por lo que sé.
A los segundos una chica de 15 o 16 años entró también quedándose quieta cuando vió a mi familia.- Oh, lo siento, hola - Mencionó la chica mayor.
- Comportense chicas - Dijo la señora Yenny firme - ¿Quieren beber algo? - Nos preguntó.
- Oh no, nosotros ya nos vamos, muchas gracias por recibirnos y ayudarme - Dijo mi padre.Menos mal ya nos íbamos de aquí, moría de calor y mis tacones se enterraban en el pasto de afuera.
- No es nada, nos vemos dentro de ocho meses - Mencionó la señora Yenny.
- Espero que con buenas noticias -.Y para ese entonces espero no volver con papá.
- Gracias por atendernos, que amables - Dije comenzando a despedirme de las personas.
- Oh no señorita, no te despidas - Se apresuro a decir mi papá.
- ¿Por qué no? - Pregunté sin entender.
- Porque tú te quedas aquí - Dijo de repente.
- ¿Qué? - Cuestione.Mi asombro estoy segura de que era muy difícil de ocultar.
- ¿De qué hablas? ¿Helen? - Ella me miraba sin decir nada y con pena.
- Pronto volveré por ti - Aseguró mi padre.
- Papá, no me puedes dejar aquí, con estos extraños - Me quejé.
- Deberás aprender a conocerlos -.
- Papá no, por favor, ésto debe ser una broma -.
- No ___, no lo es, vamos Helen - La llamó.Ambos comenzaron a caminar conmigo detrás.
- Papá basta, no puedes hacerme ésto - Supliqué.
- Es por tu bien cariño, te amo, cuídate mucho -.
- ¿Por mi bien? Me estás abandonando en este lugar que jamás había visto en mi vida -.
- No te estoy abandonando hija, ya te dije que voy a volver -.
- Papá no - Dije al borde de las lágrimas viendo como se subían al taxi - Helen por favor - Le pedí.
- Lo siento mucho bomboncito mío, no puedo hacer nada - Dijo triste.
- No quiero quedarme aquí - Mencioné dejando salir una lágrima - No voy a quedarme aquí - Dije dispuesta a caminar, sin embargo ese chico se atravesó en mi camino - Quítate, tengo que irme -.Las puertas del taxi se cerraron y entonces éste encendió el motor, que solo me indicaba que se estaba yendo.
- ¡Papá! - Grité.
El chico se quitó y yo comencé a correr tras el taxi, sin éxito alguno puesto que mis altos tacones no me dejaron dar más de diez pasos cuando mi papá y Helen desaparecieron de mi vista, haciéndome sentir ese hueco en el estómago que creí que se había quedado en el olvido junto a mi niñez, pero que sin embargo, será algo que me acompañará de por vida, de eso ya podía estar segura.
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|Regálame esta vida| Christopher Vélez
FanfictionTú, como piedra preciosa, como divina joya, valiosa de verdad, tu belleza es sin igual... De mi vida doy lo bueno, soy tan pobre ¿Qué otra cosa puedo dar?... Nuestras almas se acercaron tanto así, pasarán más de mil años, muchos más, yo no sé si ten...