Capítulo 35

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- ¿De verdad harías eso por mí? - Preguntó.

Ahora su mirada estaba iluminada de emoción, claro que conocía ese sentimiento.

- Por supuesto Dani, solo ten cuidado, de tu hermano me encargo yo - Mencioné.
- Genial ___, muchas gracias en serio, iré a preparar mi ropa para mañana -.
- De acuerdo, corre -.

Daniela salió feliz de la cocina y se fue a su habitación.

- Gracias ___, acabas de hacer feliz a mi hija - Dijo la señora Yenny llamando mi atención.
- No tiene nada que agradecer, puedo imaginar lo que siente a su edad, la estaré cuidando desde lejos para que todo salga bien - Aseguré.
- En verdad te lo agradezco, despistar a mi hijo es muy complicado -.
- Pero no imposible, evitaré una guerra, Christopher ni cuenta se dará, se lo aseguro -.

|Al día siguiente|

- Mamá vayan con cuidado, ___, Daniela y yo las veremos más tarde - Dijo Chris.
- Claro hijo, cuídense -.

Christopher, Daniela y yo salimos de su casa y nos subimos a la camioneta para poder partir al pueblo.

- Daniela, ¿No te parece que vienes muy arreglada para solo ir a comprar? - Preguntó Christopher mirándola serio.
- Yo creo que voy muy normal - Respondió Daniela simple.
- En mi opinión te ves muy bien Dani, siempre tienes que cuidar tu imagen porque eres una señorita, si quieres puedo enseñarte a cuidar tu cabello y tu piel - Mencioné.
- ¿De verdad ___? - Inquirió emocionada.
- Claro que sí, entre mis cosas traigo algunos productos que pueden ayudar a tu piel joven y a darle brillo a tu cabello, cuando volvamos son todos tuyos -.
- Muchas gracias ___ -.

Miré de reojo a Christopher, quien no sabía si sonreír o enojarse, lo que sea al menos había desviado su atención.

- No entiendo porque las mujeres se preocupan tanto por eso, con una simple crema basta - Aseguró.
- ¿De dónde sacas eso? Nuestra piel siempre debe lucir radiante, y del cabello ni se hable, es lo primero que una persona ve cuando te conoce - Dije.
- ¿Entonces te importa qué opinen los demás? - Cuestionó.

Lo miré mal, ¿En serio tendríamos esta plática delante de Daniela?

- Claro que no, eso no es lo que importa, el punto es que te sientas bien contigo misma, que cuando te mires al espejo te guste lo que ves, y claro que te tienes que amar tal cual eres, pero también debes cuidarte porque tú mismo eres tu mayor tesoro, si me importara lo que los demás opinen usaría una simple crema como tú dices - Respondí.

Daniela no pudo evitar reír mientras yo miraba con triunfo a Christopher.

- ¿Y tú siempre has cuidado así de bien tu cabello y tu piel? - Me preguntó Dani.
- Por supuesto, toda mi vida - Le conté.
- Con razón eres tan bonita -.
- Gracias Dani - Dije amable.

Christopher sonrió sin que Daniela pudiera darse cuenta.

- Tú también eres muy bonita, y con lo que voy a enseñarte lo serás más - Mencioné.
- Uy, eso suena muy bien, ¿Quién te enseño a ser así como eres? - Inquirió.
- Helen -.
- ¿Ella qué es de ti? -.
- Es cómo mi segunda mamá, ha estado conmigo desde que tengo memoria, antes de ella tuve muchas niñeras que terminaban por irse porque solo querían dinero y no me ponían la atención que una niña necesitaba - Expliqué.
- ¿Entonces oficialmente es tu niñera? -.
- Lo fue cuando la conocí, ahora te repito que es como mi segunda mamá, se suponía que dejaría de trabajar con nosotros cuando yo cumpliera dieciséis, solo que ella y yo ya nos habíamos encariñado mucho, me demostró que al final no estaba conmigo por el dinero que mi papá le pagaba, ella de verdad me quiere y me lo demuestra, por eso ahora sigue trabajando en casa de mi papá, está al pendiente de mí, me cuida y hace todo lo que tu mamá hace por ustedes -.
- Eso es muy lindo, ¿Entonces ella te enseñó todo? -.
- Bueno, las niñeras en New York están capacitadas para enseñar buenos modales y todas esas cosas de niños ricos que ves en las películas, créeme cuando te digo que hay algunas que te hacen pensar que por tener dinero o lujos eres más que los demás y ni el suelo te merece, en lugar de ayudarte de hacen daño porque te lo crees y eres déspota con las personas -.

Tenía para mí la atención de Daniela y de Christopher, eso sin duda me alegraba mucho, en New York no tenía a quien contarle muchas cosas así.

- Helen me enseñó a disfrutar de los privilegios que mi papá me da, me enseñó cómo tenía que portarme en casa, en una cena familiar, en una cena importante de mi padre, en cualquier lugar al que saliéramos a comer, me enseñó a cuidar mi piel, mi cabello, a hablar con respeto y educación, pero siempre me hizo mantener los pies en la tierra, a tratar a todas las personas como me gustaría ser tratada y a jamás juzgar por ningún motivo - Dije orgullosa de lo que Helen hizo en mí - Pero eso es algo que no todas las personas hacen, por ello entiendo que yo no les agradaba cuando me conocieron, sé que la forma en que lucía por fuera me hace ver cómo la típica niña fresa y presumida que trata a todos de la peor forma, pero espero que eso haya cambiado para este punto -.
- Nos dejamos llevar por las apariencias y ya sé que no estuvo bien, ahora me alegra conocerte mejor porque de presumida no tienes nada, tampoco eres grosera y eso me agrada, lamento que yo sí lo fui - Mencionó apenada.
- Descuida Dani, todos cometemos errores y está bien, de ellos aprendemos, yo tampoco pensaba lo mejor de Misuri cuando llegué y ahora veo que me equivoqué porque he aprendido demasiado gracias a ti y tu familia, y aunque me cueste admitirlo especialmente de Christopher, que aunque es un ogro conmigo me enseñó que si quiero algo debo obtenerlo con el resultado de mi trabajo - Comenté.

Estaba segura de que ya habría tiempo para que Christopher pueda darme todos esos besos que ahora mismo nos estamos guardando dado que su hermana está en medio de los dos.

|Regálame esta vida| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora