Capítulo 42

748 47 8
                                    

|Días después|

Mi padre había vuelto de su largo viaje vacacional, si bien lo había extrañado me urgía con locura verlo puesto que necesitaba hablar con él, tal vez lo que tenía que decirle después de pensarlo bien durante varios días es lo que me motivaba a seguir de pie y con un poco de ánimos para mantener la mente fría al menos unos días.

- Mi pequeña, ¿Cómo van las cosas por aquí? - Preguntó mientras se acercaba a mi escrito y lo rodeaba para poder llegar a mí, abrazarme y besar mi frente.
- Puedes verlo por ti mismo papá, también hablar con quienes alguna vez fueron tus socios, ahora hay gente nueva que quiere formar parte de la empresa - Le conté.
- Es de lo que pude percatarme, y no sabes lo orgulloso que me siento por eso, en verdad te está yendo de maravilla, siento que ya todo puede marchar bien en tus manos, mi patrimonio no pudo estar en mejor poder que el tuyo - Afirmó.
- Papá esto se debe en gran mayoría gracias a lo que aprendí en Misuri con la familia Vélez, me dieron grandes lecciones que hoy puedo aplicar, por eso es que necesito hablar contigo -.
- Me alegra que aún los tengas muy presentes, pues bien, te escucho hija mía -.

Mi papá se sentó delante de mí y entonces supe que debía decirle todo.

- Hace meses que no sé nada de Christopher y su familia, y entiendo que después de las relaciones fallidas y para nada sinceras que tuve en el pasado creíste que Christopher se quedaría atrás y yo podría tener una vida normal sin él, la realidad es que eso no ha podido ser posible - Admití.

Ya tenía su atención, ahora me tocaba dejar salir todo mi sentir, por primera vez, hacia mi padre.

- Papá, me enamoré de verdad, Christopher no me vió como su medio para obtener dinero sin límites, tampoco me pinto el mejor de los escenarios para hacerme más tonta y al final dejarme sola, no solo me dio lecciones de vida sino también de amor y lo que significa tener a alguien a quién le importes de verdad sin un valor de pesos de por medio -.

Mi corazón en este momento estaba siendo expuesto por completo a mi padre.

- Necesito volver a verlo papá, lo extraño y cada día que pasa siento un vacío en el pecho, y sé que me comprometí a algo con tu legado y no pienso fallar, pero tampoco voy a fallarle a mi corazón, así que se me ocurrió algo para que mi vida pueda tener un balance - Dije.
- ¿De qué se trata? - Inquirió.
- Traer a la familia Vélez a New York, cambiar su vida así como ellos cambiaron la nuestra, porque de no ser por ellos la pesadilla llamada gastos compulsivos de ___, jamás habría terminado para ti - Aseguré.

Él me miró dándome la razón.

- ¿Y cómo pretendes hacer eso? Su vida está en Misuri ___ - Comentó.
- Lo sé papá, y sé que lo que han logrado con el circo les ha permitido vivir dignamente, pero en New York pueden tener otras oportunidades, y no tendrían que terminar con el circo, tal vez puedan solo dejarlo en manos de los acróbatas, se me ocurría que los animales puedan volver a su hábitat natural, a dónde pertenecen, yo haría todo porque ellos estén bien y tengan una buena vida sin dejar de ser la familia tan unida que son, pero necesito tu apoyo por algunos días para poder viajar y convencerlos - Expliqué.

En verdad no podía averiguar lo que mi papá estaba pensando, tal vez creía que estoy loca y puede que tenga razón, pero solo rogaba con mi ser entero que me apoyara, yo necesitaba volver a ver a Christopher.

- ¿Y si no resulta lo que estás planeando? - Cuestionó.
- Papá no quiero ser negativa - Dije segura, no quería creer que mi corazón terminaría más destrozado.
- Siempre debemos pensar en el peor de los escenarios - Mencionó.
- Pues entonces tal vez yo deba resignarme y entender que aunque haya amor de por medio, nuestros destinos son otros -.
- Ay hija, jamás te había visto de este modo y no quiero ser yo quién rompa tus ilusiones ahora que puedo creer que el amor tocó tu puerta de una manera sana y real, así que prepara tus maletas porque dejaré que te vayas por tres días a dónde tu corazón te llama -.
- ¿Hablas en serio papá? - Pregunté emocionada.
- Nunca hablé más en serio mi niña - Aseguró.

No pude evitar correr a abrazarlo, me sentía la persona más feliz del mundo.

(...)

Mis maletas estaban hechas, me iría en el jet privado de mi papá, en verdad no llevaba muchas cosas, si algo había aprendido muy bien era a viajar con lo necesario e indispensable.

- Cuídate mucho mi niña, nos vemos en unos días - Dijo Helen.
- Lo haré Helen, aquí nos veremos -.

Ambas nos despedimos, yo caminé hacia la camioneta que me llevaría a la zona de despegue, pero antes de poder subir una voz me detuvo.

- No sabes cuánto me alegra que por fin hayas recapacitado y regresaras a dónde perteneces en verdad - Mencionó Carlos.

Ay no, justo él.

- ¿Qué haces aquí? - Pregunté disgustada mirándolo.
- Jamás mentí cuando dije que te extrañaba, no sabes lo arrepentido que estoy por todo lo que pasó, eres tú la mujer de mi vida, a quien quiero a mi lado por el resto de mis días, no puedo vivir sin ti ___, y ahora que te miro así, convertida en todo una mujer, confirmo que te extraño aún más, jamás he dejado de amarte - Dijo.

Lo único que pude hacer fue reír fuerte, ¿En verdad pensaba que caería así de fácil?

- Carlos, en serio ahorra todo lo que tengas que decir, llevo mucha prisa y no pienso perder ni un segundo más contigo, todo eso que dijiste puedes decírselo a alguien más porque a mí ya no me interesas, no me busques nunca más porque mi corazón ya no es para ti, así que si me disculpas tengo un vuelvo que tomar, hasta nunca Carlos -.

|Regálame esta vida| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora