Capítulo 25

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- Como bien saben hoy son nuestras últimas tres funciones, los necesito más que activos porque conocen bien la presión que se viene, no podemos tener errores - Mencionó Christopher.

Todos asentían mientras él daba indicaciones de todo lo que hoy se haría y de que manera.

- No quiero problemas ni discusiones, así que deben saber que sino estoy cerca pueden acercarse a ___, se dieron cuenta de que conoce ya gran parte de lo que hacemos y puede ayudarlos si tienen dudas - Les hizo saber.

Vaya, eso sí que no me lo esperaba, y creo que nadie, especialmente Greta, quien ya tenía intenciones de mencionar algo.

- ¿Y por qué ella y no yo? Llevo más tiempo aquí - Comentó mirando mal a Christopher.
- Greta, tu trabajo es de trapecista, conoces lo que haces y los números de tus compañeros, sin embargo jamás has estado con los animales y no has tratado con ellos, me gustaría saber ¿Cómo es qué puedes resolver las dudas de los domadores? Solo así podré dejarte el mando también - Le respondió.

Todos miramos hacia Greta, quien parecía que en cualquier momento se le saldrían los ojos de lo sorprendida que estaba por la respuesta de Christopher, la verdad es que seguramente yo también esperaría preferencia de su parte al haber tenido algo con él.

- Christopher, ¿Es en serio? - Preguntó incrédula.
- Greta ésto no es un juego, los animales tampoco lo son y créeme cuando te digo que ___ ya los conoce bien, ¿Tienes algún problema ahora? - Inquirió.
- Solo debes saber que no pretendo seguir sus órdenes - Dijo señalandome, yo solo puse los ojos en blanco.
- Nadie dijo que ___ iba a darte órdenes, por eso es que cuando estamos aquí es para que me escuchen con atención, ¿Vas a seguir hablando o ahora sí me vas a dejar continuar? - La cuestionó.

Greta no dijo nada más, por el contrario me dió una mala mirada y se mantuvo así hasta que Christopher terminó de hablar.
Dios, creo que cabare mi propia tumba con esta mujer cerca, está claro que no me soporta y que por supuesto se siente desplazada por Christopher gracias a mí.

- Ella me odia - Le dije a Christopher una vez que nos quedamos solos dentro de la carpa.
- Descuida bonita, no pasará de esa horrible mirada que te lanza - Aseguró.
- Seguramente estará más pendiente de lo que hacemos -.
- Probablemente, pero no te preocupes, en algún momento hablaré con ella, ahora es mejor que tú y yo nos apuremos porque tenemos que llegar al próximo destino -.
- De acuerdo - Acepte.

¿Hablar con ella? ¿De qué? Si las miradas pudieran matar la suya ya lo habría hecho conmigo.
Solo esperaba llevar las cosas en paz porque no quería generar problemas por algo que mi corazón recién comienza a asimilar.

(...)

- Cuéntame de tu vida en New York, me gustaría saber más de ti - Dijo Christopher.
- ¿Mi papá no habló contigo de eso? - Pregunté curiosa.

Ambos estábamos en el asiento del piloto y copiloto ya que íbamos de camino al último lugar del show.

- Bueno, no como tal, solo me dijo que se te dan muy bien las compras y que no mides la cantidad de dinero que gastas - Me dejó saber.
- Creo que es el único concepto que tiene de mí - Dije con pesar.
- ¿Por qué lo dices bonita? - Inquirió.
- No, por nada, mejor me conocerás por mi propia boca - Dije cambiando el tema.

Aún no sabía si confiar plenamente en Christopher y contarle cosas que a mi vida han marcado.

- La vida en la ciudad suele ser un poco difícil, mientras en el campo todo es paz y tranquilidad, allá hay mucho ruido y muchísima gente en las calles todos los días - Dije.
- ¿Y qué te gusta más? ¿El campo o la ciudad? -.
- Me gusta mucho la paz del campo, me siento bien porque puedo salir a dónde sea y aunque obviamente hay personas, no hacen los bullicios que en la ciudad se hacen, sin embargo estoy acostumbrada a todo lo que tiene que ver con tecnología, allá no tienes que ir al pueblo para poder hacer una llamada telefónica, pero creo que ya comencé a adaptarme aquí, lo mejor de todo es que no me llegan mensajes ni me entran llamadas que honestamente no quiero recibir - Confesé.
- ¿Lo dices por tu ex novio? -.

Yo asentí, Christopher me miró de reojo.

- Resulta que no es fácil aceptar que solo te ven como su banco personal de dinero, mi novio y mi mejor amiga en una relación a espaldas mías, no esperaba que me devolvieran el dinero pero sí al menos un poco de lealtad, cuando llegué aquí confieso que incluso esperé que Carlos se arrepintiera y pudiera venir a buscarme, supongo que ya hay alguien más que cumple sus caprichos - Me encogí de hombros.
- ¿Eso quiere decir que aún lo extrañas? - Preguntó.
- No sé si extrañarlo sea la palabra, es que se volvió tan rutinaria nuestra relación que me acostumbré, nunca me di cuenta de que él no me amaba como decía, cuando yo quería hacer algo lindo él tan solo buscaba excusas, pero cuando se trataba de salir a lugares caros o de viajes siempre decía que sí, soy tonta y lo sé, pero creo que esperé mucho de él y estoy pagando las consecuencias - Admití.
- Quiero creer que no estabas enamorada, solo fue la costumbre de tener a alguien contigo que te tomara de la mano, y no eres tonta, estabas cegada ___ y eso se vale, en el amor todo se vale mientras no dañe - Comentó.
- Así que sí sabes del amor, ¿Eh? - Lo miré.
- No soy un experto pero puedo ser un buen consejero -.

Yo reí ligeramente.

- ¿Sabes? Creo que tienes razón, al final de cuentas él solo me buscaba por conveniencia y yo lo confundí para tratar de engañar a mi corazón, vaya cosas me vienen a pasar -.
- Muñequita, ahora estás aquí y muy alejada de ese tipo, todos están admirados con lo bella que eres y te aseguro que nadie estará cerca de ti por conveniencia, a pesar de como luces por fuera, incluso a mí has llegado a revolucionar mi cabeza con tu forma de ser -.

|Regálame esta vida| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora