Capítulo 5

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___'s POV.
El vestido no me ayudaba mucho a dejar de sentir frío luego de haberme bañado con agua helada, algo que jamás había hecho, tuve que dejarlo pasar para poder maquillarme y peinarme antes de ponerme los tacones y salir del baño.
Una vez abajo estaba dispuesta a ir a desayunar, pero cuando entré a la cocina ya no había nada en la mesa.

- ¿Y mi desayuno? - Pregunté.
- Te dije que si querías comer tenías que levantarte temprano, se acabó el tiempo, todos terminamos y ya nos vamos, así que ahora, si quieres llevar ropa, acomoda tus maletas y traelas - Me respondió orgulloso de mi derrota.

¿En serio me dejaría sin comer? Pues claro, si este idiota disfruta viéndome sufrir.
Enojada caminé de vuelta a ese sofá horrible y me senté para poder tratar de cerrar mis maletas, y tras mucho esfuerzo lo logré, tendría que dar tres viajes otra vez, así que empecé.

- ¿A dónde se supone que vamos? - Le pregunté curiosa.
- Trae tu maleta - Dijo.

Él caminó hacia la parte trasera de su casa y yo lo seguí, salimos de ésta y mis ojos se abrieron grandes cuando me di cuenta de lo que había ahí.
Eso era literalmente un tren, solo que los vagones eran sustituidos por jaulas en donde había diversos animales como monos, gorilas, aves, elefantes, tigres, leones, también había tres especies de autos gigantes al inicio de todo ese enorme tren o lo que sea.

- ¿Qué es ésto? - Inquirí.
- Te presento a tus compañeros de trabajo - Dijo señalando a los animales.
- ¿Mis qué? -.

Ahora sí estaba perdida.

- Sube tus maletas al segundo remolque -.
- ¿Re que? - Lo miré confundida.
- Remolque, es ese - Señalo uno de los autos gigantes.
- No Christopher, en ese ya están todas las camas ocupadas, el otro es de los trabajadores, no puede estár ahí - Daniela llegó y de inmediato se interpuso en mi camino.
- Ella no va a quedarse conmigo - Dijo Christopher completamente serio.
- Lo hará Christopher, Daniela tiene razón, ya no hay camas -.
- Pero mamá - Se quejó.

Claro que esta enojado.

- No hay más, ___, acomodate en el primer remolque - Me dijo la señora Yenny.
- Pero soy hombre y ella mujer, está mal que nos quedemos juntos - Aseguró Christopher.
- Oh, yo estoy segura de que nada pasará - Mencionó su mamá.

Y justo ahí entendí a qué se referían.

- Oh no, con su hijo nunca señora Yenny - Afirmé.

Sin más arrastre mi maleta hasta el remolque que me indicaron, como pude la subí y miré el interior, realmente parecía una casa en forma de auto.

- Esa es mi cama - Señaló la que estaba junto a la ventana derecha - No te acerques - Advirtió.
- No pretendía hacerlo - Aseguré.

Caminé hasta la cama que estaba junto a la ventana izquierda y dejé mi bolso y la primer maleta, me hacía falta traer las demás.

(...)

Cuando por fin terminé me quedé sentada un momento en la cama, todo era paz hasta que Christopher entró.

- Estos son los lugares a los que iremos, el primero queda a cinco horas de aquí, y cuando lleguemos, comienza tu trabajo - Avisó.

Christopher dejó un enorme folleto en mis manos, en él venían todos los lugares en los que habría un show, que ahora sabía son funciones de circo, "The magic circus, the awaited night", era el título que acompañaba las fotos de los que participan.

- Yo jamás he estado en un circo, no sé nada - Mencioné.
- No es nada de otro mundo, así que prepárate -.

Pues no tenía opción, eso estaba claro.

(...)

Christopher era quién hacia que todo ésto se moviera, cuando comenzamos a avanzar podía sentirse como nos íbamos un poco hacia atrás por todo el peso, sin embargo el camino ya era más ligero.
Yo había ido observando por la ventana mientras me mantenía recostada en la cama, jamás había viajado en una cosa de éstas y por carretera tanto tiempo, la vista no era mala y al menos me mantenía distraída, aunque tal vez me había quedado dormida como media hora cuando los gritos de Christopher otra vez se hicieron presentes.

- Deja ya de dormir y levántate, ya llegamos - Dijo.

Con ganas de gritarle me estiré en la cama y sin más me puse de pie, ¿Ahora que seguía?

- Ven -.

Christopher y yo salimos del remolque y nos encontramos con su mamá, su abuelita y sus hermanas.

- Es hora - Les dijo.

Ellas asintieron y se fueron sin decir nada, Christopher en cambio me llevó a donde estaban las jaulas de los animales.

- En dos horas los tigres y leones salen a dar su show, tú tienes que limpiar sus jaulas cuando estén afuera y dejarles su comida lista, Bill es el tigre macho, Martha es la hembra, Jei es el león macho y Jitana la hembra - Comenzó a decir.

Iba a meterme a la jaula de tigres y leones, este tipo estaba loco.

- Los monos vas a alimentarlos cuando estén en su jaula, a ellos vas a limpiarles aunque estén ahí, y a los gorilas esperas a que salgan también, el macho es Mat y la hembra Rosa - Explicó.

Alimentar y limpiar a los animales salvajes, que gran idea.

- De las aves me encargo yo y los elefantes son completamente tuyos -.

Ay no, ésto era broma.

- Estás loco si piensas que yo haré eso - Dije segura.
- No te pregunté si quieres hacerlo, lo harás muñequita, y recuerda, todo tiene un uso limitado, no más, no menos - Aseguró.

Sin dejarme hablar se fue dejándome en la mira de todos esos animales a los que tendría que limpiar y alimentar, maldita sea, ¿Por qué mi padre me había dejado en ese lugar y con esa gente que es dueña de un circo? ¡Un circo!

(...)

Los trabajadores que Daniela había mencionado ya habían llegado, se encontraban al interior de la enorme carpa, que Christopher ya había montado con otros hombres, practicando sus trucos, no pude mirar más ya que me tocaba limpiarle a los monos y darles de comer.

- ¿Qué tan difícil puede ser? Dicen que los monos son amables - Dije para mí misma.

Me acerque con cuidado y sin más abrí la reja, primero limpio, después los alimento.
Cuando creí que todo iba bien uno de ellos me miró fijamente, ni siquiera me había dado tiempo de cerrar la reja de nuevo cuando los cinco monos que estaban dentro de la jaula saltaron y comenzaron a hacer un desastre con la comida, el agua y las cosas que Christopher me había dicho específicamente que son para uso limitado de los animales.

|Regálame esta vida| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora