Capítulo 39

826 48 9
                                    

|Meses después|

- Mi pequeño Bill, cada día eres más lindo - Dije mientras le dejaba la comida en su jaula y lo acariciaba, él ya confiaba en mí y yo en él - Iré con los revoltosos monitos -.

Christopher había entrado a su casa por un poco de agua, habíamos estado todo el día de un lado para el otro con los animales.

- Ustedes cada vez son más traviesos, no quiero imaginar que sería de mí si no me quisieran - Les dije riendo.
- Bonita - Gritó Chris desde la puerta llamando mi atención, así que de inmediato me acerqué a él.
- ¿Qué pasa amor? - Pregunté confundida cuando lo ví con el semblante serio y preocupado.
- Hay alguien que quiere verte - Dijo.
- ¿A mí? No me digas que es Carlos otra vez - Dije enojada.
- No muñequita, ven a verlo por ti misma -.

¿Quién podría ser?
Con total curiosidad entré a la casa para poder dirigirme a la sala, entonces mis ojos se cristalizaron de inmediato, mi corazón comenzó a latir con gran velocidad y emoción.

- Helen - Dije.
- Ven aquí bomboncito -.

Sin pensarlo demasiado corrí hacia sus brazos y dejé que éstos me envolvieran para dejar salir las lágrimas retenidas.

- Estás aquí, estás conmigo - Mencioné feliz.
- Ya estamos juntas mi niña hermosa, no sabes cuánto te he extrañado, mis días son oscuros sin tu luz - Respondió.
- Yo también te extrañé - Afirmé.

Entonces el carraspeo de mi papá me hizo separarme de Helen, él también estaba aquí.

- Ven aquí hija mía - Dijo.

A pesar de todo también lo había extrañado demasiado.

- Papá -.

Tal cual una pequeña niña me acomodé en los brazos de mi padre, que bien se sentía poder abrazarlo de nuevo.

- No hubo día en el que no pensara en ti -.
- Te extrañé papi -.
- Y yo a ti mi corazón -.

Él limpio las lágrimas de mis ojos y beso mi frente.

- Yenny, Christopher, muchas gracias por todo lo que han hecho por nosotros, mis palabras nunca serán suficientes para demostrar mi gratitud, mi hija está tan diferente y madura gracias a ustedes - Mencionó completamente agradecido.
- En realidad todo el esfuerzo ha sido de ___, ella en verdad se esmeró por aprender y encontrar habilidades que servirán en su vida - Mencionó la señora Yenny.
- Me siento orgulloso de ti hija, muy orgulloso - Aseguró mirándome - Y por todo lo que han hecho me tomé el atrevimiento de traerles algunas cosas, recibanlo como muestra de mi agradecimiento, sé que jamás será suficiente por lo que lograron - Dijo a la familia de mi novio.

De pronto varios hombres de seguridad de mi padre comenzaron a entrar con un montón de cosas, ropa, comida, zapatos, artículos de higiene, juegos y juguetes para Dani y Darían, incluso alimento para los animales.

- Oh no, Iván, no era necesario - Dijo Yenny apenada.
- No me lo rechacen Yenny, es lo menos que puedo hacer, ___ por fin puede volver a su hogar a tomar el control de lo que ahora le pertenece - Afirmó mi padre.

Volver a mi hogar, eh ahí la palabra, volver, eso solo significaba una cosa.

- No me quiero ir - Dije llamando la atención de todos.
- ¿Qué? - Preguntó mi papá.
- ¿De qué hablas mi niña? - Inquirió Helen.

Ellos me miraban confundidos.

- Dije que no me quiero ir - Repetí segura, ganándome una mirada llena de amor por parte de Chris.
- ¿Ah no? ¿Por qué? - Cuestionó mi padre.
- Porque me gusta estar aquí, me gusta el circo, me gustan los animales, me gusta hacer mi propia ropa y todo lo que la familia de Chris implica, además, me enamoré papá - Confesé.
- ¿Te enamoraste? ¿Y de quién? Seguramente algo pasajero igual que Carlos - Aseguró.
- Pues no papá, llevo varios meses de novia con Christopher, y te juro que jamás había sentido lo que ahora mismo experimento - Dije sin preámbulo alguno.

Mi papá y Helen no podían creer lo que estaban escuchando, definitivamente se habían quedado sin palabras.

- Lo pasajero terminó para mí papá, las personas en serio pueden cambiar y estar aquí me hizo entender muchas cosas, así que no quiero irme - Afirmé.
- Pero ___, tu vida está en New York, tu misión está con tu familia, todo lo que he trabajado es para ti, para que lo manejes y lo hagas crecer como tanto me gustaría, jamás imaginé que te enamorarias del hijo de mi mejor amigo, pero debes entender que tu camino continúa en New York - Dijo.
- Pero papá -.
- Tus sueños, tus ilusiones, hija hay muchas cosas de por medio, y yo sé que te encariñaste con Misuri y la familia que te recibió, pero debes tener en cuenta que eres mi única hija y heredera - Continuó diciendo.

Definitivamente sentía demasiada presión sobre mis hombros, mi corazón se estrujaba con el pasar de los minutos.

- Tu papá tiene razón mi niña, yo te entiendo, de verdad lo hago, pero también sé que debes volver a tu hogar - Lo apoyo Helen.
- Papá, Helen -.
- Hablemos un momento cariño - Chris se atrevió a decir por fin.

Extendió su mano hacia mí y yo la tomé, fue entonces que caminamos hacia afuera de la casa en donde estaban los animales.

- Te amo, eso jamás debes dudarlo porque no está permitido - Mencionó acariciando mi mejilla - Cambiaste y marcaste mi vida como no imaginas, conocerte, saber qué te hería y te lastimaba por dentro me hizo saber que tengo como novia a la mujer más valiente del mundo -.

Después de todo había compartido con él aquello que me hacía sentir mal, gracias a Christopher mi lucha contra la comida iba siendo menos.

- Tu mundo y el mío son completamente distintos aunque nos cueste admitirlo, nos une el amor y eso es evidente, siempre nos unirá, pero no puedo ser egoísta contigo mi amor, tienes muchos sueños que cumplir, muchas metas por alcanzar y un cargo que tomar, no puedo detenerte amor mío, no voy a hacerlo - Mencionó.

Mis ojos lo miraron afligidos.

- Chris -.
- Tienes que irte muñequita, debes hacerlo y lo harás, tu lugar está en New York y yo lo entiendo bien -.
- Chris yo no quiero irme, te amo demasiado - Dije con lágrimas en los ojos.

|Regálame esta vida| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora