CAPÍTULO 84

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POV MARÍA JOSÉ

Sus palabras me atraviesan con más fuerza que la bala que me atravesó el hombro, y se me revuelve el estómago.

- ¿Todo? ¿Te...? - Parpadeo, incapaz de verla a través de las lágrimas. Su rostro refleja tanto dolor como siento yo mientras se abre la puerta y reaparece la enfermera.

- ¿Quiere que me vaya? - pregunta ella, que capta el tenso silencio de la habitación.

- No. Llévatela - contesta Daniela -. Estoy segura de que su familia se preocupa cada segundo que la pierden de vista.

Abro la boca para decir algo. Lo que sea. Pero ya no es Daniela. Es Calle. Cierro la boca con fuerza, pero luego me digo que ni hablar. Si es la última vez que voy a verla, voy a decirle sin pelos en la lengua lo que pienso y siento.

- No he terminado. No hemos terminado. - Me mira a los ojos.

- Yo decido cuándo hemos terminado.

Me quedo boquiabierta al oír de sus labios unas palabras tan parecidas a las que me dijo aquella noche, la primera que le dejé marcas en la espalda. Vuelvo la cabeza y miro por encima del hombro a la enfermera. Me duele todo el cuerpo, ya que el dolor se impone a los calmantes.

- Fuera.

- Señora Garzón...

- ¡He dicho que fuera!

La enfermera retrocede hasta la puerta, que se vuelve a cerrar. Me vuelvo para mirar a mi esposa.

- No hemos terminado. ¿Me entiendes? Pronuncié unos votos, y lo hice con toda la intención de respetarlos. - La máscara pétrea desaparece y en su lugar veo una expresión desconcertada.

- ¿Me estás diciendo que yo no?

- ¿Quieres deshacerlo todo? ¿Acabar con todo? - Se pasa una mano por el pelo mientras me mira fijamente, con expresión desolada.

- Me cago en la puta, María José. Eso no es lo que quería decir, pero a lo mejor debería hacerlo, joder. Si me quedara un poco de decencia en el cuerpo, lo desharía todo, hasta la primera vez que te toqué. - Parece que tuviera que obligarse a hablar -. Pero aunque tuviera poder para hacerlo, no desharía nada. Ni un puto segundo. Si eso me convierte en la zorra más egoísta del mundo, pues ya está.

- ¿Y qué coño has querido decir? - Me echo a llorar. En parte porque nada tiene sentido, pero sobre todo porque no soporto ver la expresión torturada de su cara.

- Que haría retroceder el tiempo para ahorrarte todo el dolor que has sufrido. Que volvería a cuando estábamos comiendo tarta y bailando. Que regresaría al momento en el que estuviste a punto de morir por mi culpa, joder.

La culpa impregna todas y cada una de sus palabras, y lo detesto. No ha sido culpa suya. Me niego a que cargue con esta responsabilidad.

- Tú no apretaste el gatillo. Fue ella.

- Pero debería haberlo impedido. Debería haberlo sabido.

Extiendo la mano para tocarle el brazo, absorbiendo parte de su fuerza, desesperada por asumir su dolor de la misma manera que ella quiere asumir el mío.

- Sé que eres una súper mujer, pero ni siquiera tú puedes saberlo todo. - Aprieta los dientes mientras se inclina hacia delante y me coloca una mano en la cara.

- Te dije que te mantendría a salvo y no lo he hecho. Eso es algo con lo que tendré que vivir el resto de la vida. - Vuelvo la cara para besarle la palma de la mano.

ME PERTENECES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora