Zara es públicamente humillada al declararle su amor al chico de sus sueños. No tiene amigos y tampoco padres. Sus tíos la criaron por obligación y sin amor. Ha sido rechazada toda su vida y cuando ya no puede con su pena, decide ocultarse en un par...
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Nos juntamos con mis tres amigos góticos nuevamente en los senderos que se adentraban en el bosque. Pero esta vez fuimos hasta una cabaña remota. Me dijeron que debían ayudarme a despertar mis dones. Que por alguna razón se hallaban dormidos.
Esa era la forma de que pudiera ser como ellos, que pudiera conocerme a mí misma y por fin saber cuál era mi lugar en el mundo.
Debo admitir que estaba ansiosa, no sabía qué pasaría, pero mi intuición me decía que estaba en el camino correcto. Ya era hora de dejar de ser invisible, la perdedora como dijo Cristian. De descubrir quién era realmente yo.
Después de caminar varios minutos llegamos hasta la cabaña.
Se notaba que no era habitada, solo de entrar a la sala principal se veía un círculo con un pentagrama. Y había muchas velas.
— Este ritual que vamos a hacer Zara es muy importante, con el comenzarán a despertarse tus dones para que puedas aprender de nosotros. — dijo Melinda
— Pero debes tener en cuenta que tener estos dones conlleva también una gran responsabilidad, esto no es un juego Zara. — me advirtió Charlotte — No puedes abusar de tus dones, todo lo que hagas para dañar sin causa te será devuelto por triplicado. Nosotros somos servidores de la naturaleza, jamás olvides eso. Si abusas de tu fuerza por motivos egoístas, la misma naturaleza se cobrará la deuda.
Yo escuchaba detalladamente todo lo que me decían y comprendí la importancia del hecho.
—Tu vida ya no va a volver a ser la misma Zara, tómate unos minutos para pensar ya que todavía estás a tiempo de arrepentirte. — me dijo Gunther
Luego ellos tres salieron de mi vista y se dirigieron al segundo piso subiendo por una escalera. Tras varios minutos, volvieron vestidos con túnicas y capas negras, y de sus cuellos colgaban collares con símbolos que no conocía.
— ¿Estás segura de tu decisión Zara? — pregunto Melinda.
—Si — respondí con seguridad.
— Ahora debo hacerte una pregunta muy personal Zara. — dijo Melinda
— Está bien
— ¿Eres virgen?
— Si — respondí sonrojada.
— Qué bueno es mejor así. — dijo Melinda
Y no entendí que tenía que ver eso.
Tiempo después me dijeron que al tener intimidad no solo sometemos nuestros cuerpos a las caricias, si no a un intercambio de energía. Es decir, la energía de la otra persona pasa a nuestro ser por un tiempo. Al momento de iniciar una bruja o hechicero, era mejor que estuviera con su propio campo energético libre de toda influencia.
Entonces me indicaron que debía quitarme toda la ropa y colocarme un vestido blanco para luego colocarme en el centro del círculo.
Me cambié, me puse en el centro del círculo. Y mis tres amigos góticos comenzaron a caminar alrededor del círculo hablando en un idioma extraño.
