— ¡Arriba bella durmiente ya salió el sol! — me despertó de un grito Fenrir desde la cocina
Me desperté cansada como si me hubiesen apaleado todo el cuerpo.
Y sentí un rico olor a café.
—Desayuna rápido debemos ir a olfatear inquisidores. —dijo Fenrir
La parte más difícil fue bañarme con esa agua helada, pero poco a poco me estaba acostumbrando.
—¿Y de dónde vamos a sacar la muestra de olor para rastrearlos? — le pregunté
—Tengo un maletín lleno de objetos que usaron esos sádicos. — respondió
Salimos con el Jeep a toda velocidad ya que debíamos volver temprano para mi entrenamiento.
—Te agradezco mucho que me enseñes Fenrir. — le dije sonriendo
Y me devolvió la sonrisa. Luego continuó con su serio aspecto de escandinavo.
—Antes debemos pasar por una tienda para que cubras un poco tu aspecto, no puede verte nadie conocido. Y pasaremos por unos amuletos que camuflan tu campo de energía.
Tras pasar a los lugares indicados, tenía peluca, lentes y un amuleto en el cuello.
De hecho, caminando pasamos al lado de una compañera de clase y me ignoró.
Empezamos a caminar en un barrio que se veía peligroso, de cuando en cuando sacábamos disimuladamente un objeto que perteneció al grupo de sádicos y lo olfateábamos para seguir el rastro por donde pasábamos.
Estuvimos varias horas sin resultados.
—Si lo que hacen es interrogar y torturar, debe ser un lugar grande para que puedan hacer sus fechorías sin ser notados. Y aislado del ruido como un sótano o una bodega alejada. De lo contrario los gritos de los torturados alertarían a los vecinos. —dije pensando en voz alta
Entonces Fenrir mira de nuevo el plano y la zona que nos tocaba, pero solo se veían casas residenciales. Ninguna zona de bodegas o algo parecido.
—Si estos asesinos creen actuar en nombre de su dios quizás tengamos suerte cerca de alguna iglesia. —dijo Fenrir
Y buscamos en el mapa, había dos en el área.
Fuimos a la primera y Fenrir dudaba de entrar.
—¿Nunca has entrado a una iglesia? — le pregunté
—No.
—Yo si pude el otro día, vamos, si no puedes entro a echar un vistazo y salgo. —le dije
Fenrir por alguna razón no pudo cruzar la puerta, pero yo sí.
Entré y me paseé por el pasillo olfateando a ver si encontraba el dichoso olor, pero nada.
Entonces salí y le dije a Fenrir.
—¿Cómo es que puedes entrar a una iglesia? — me preguntó asombrado
—No tengo idea. —respondí
Fuimos a la segunda, pasó lo mismo, entre sola.
Pero esta vez sí había algo. Me senté en una banca disimuladamente y unos tipos hablaban con un cura, desde lejos pude percibir ese olor. Y cuando dejaron de hablar y se disponían a salir me arrodillé y bajé la cabeza simulando que rezaba.
Luego los seguí discretamente hacia la salida, y le hice un gesto a Fenrir que ellos eran los olorosos que buscábamos.
Nos apresuramos a subir al jeep para seguirlos discretamente.
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Eternamente rechazada
אנשי זאבZara es públicamente humillada al declararle su amor al chico de sus sueños. No tiene amigos y tampoco padres. Sus tíos la criaron por obligación y sin amor. Ha sido rechazada toda su vida y cuando ya no puede con su pena, decide ocultarse en un par...