Zara es públicamente humillada al declararle su amor al chico de sus sueños. No tiene amigos y tampoco padres. Sus tíos la criaron por obligación y sin amor. Ha sido rechazada toda su vida y cuando ya no puede con su pena, decide ocultarse en un par...
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*Narra Zara
Después de seis meses tras el rechazo a Cristian llego el día de la fiesta.
Faltaba muy poco para la celebración de primavera. Y estaban comenzando a llegar los invitados.
El castillo y todos sus alrededores estaban siendo decorados, ya que esta fiesta era importante. Se enviaron las invitaciones indicando que habría una unión en el aquelarre. Entre todos los líderes era un rumor a voces que nos amábamos y para mantener la paz esperamos hasta esta fecha.
Estaba emocionada porque pronto sería formal mi compromiso, ya no debería estar escondiéndome, y podríamos vivir en libertad nuestro amor.
Pero el líder estaba últimamente bastante distraído, no sé si sería por sus asuntos, pero lo sentí un poco distante. De hecho, llevaba muchos días sin siquiera tocarme. Y no quise molestar.
En la cena de ese día, cuando fue la fiesta, había muchas brujas y hechiceros importantes, nuevamente estaba esa bruja despampanante que me había provocado celos. Esta vez le pregunté quién era.
— ¿Quién es esa bruja de vestido rojo con la que siempre hablas? — y lo miré
— Ella es la líder del aquelarre de Francia. — dijo él
— ¿Tiene asuntos importantes que tratar contigo?
— Como todos los líderes. — dijo él
— ¿Y porque la última vez que te vi con ella te coqueteaba tanto y parecía tener tanta confianza contigo?
— Solo te pareció Zara — y no dio ninguna explicación más, y hasta sentí que le molestaban mis preguntas.
Tras la cena, todos se quedaron en el living bebiendo y conversando. La líder de Francia nuevamente se acercó a mi amor. Traté de observar detenidamente su comportamiento, para ver si mi desconfianza era infundada.
Pero resulta que tenía razón, ella otra vez lo miraba con ojos provocadores, y con leves gestos trataba de tocar su hombro y su cara. Entonces decidí acercarme.
— Hola me llamo Zara. — me presenté sola con ella
— Hola Zara mucho gusto — dijo y continúa dirigiendo su atención a mi amado como si yo no estuviera allí, dejándome parada frente suyo. Fue una forma elegante de tratarme con desprecio, pues cualquiera sabe que es de mala educación hacer ese desplante a la anfitriona de la fiesta, ósea yo, cuyo nombre aparecía en las invitaciones. Pero ignoré la ofensa.
Me senté al lado del líder, esperando a ver si me presentaba como debía ser y de paso ponía en su lugar a la francesa. Pero al parecer no tenía intenciones de hacerlo. Me quedé escuchando a ver que conversaban. Recordaban viajes de él a París, y como ella había sido una excelente anfitriona. Lo invitaba a ir de nuevo.
— Nos divertimos tanto Aleister, ¿cuándo podrás ir de nuevo? — dijo ella
— Bueno si no fuera por la fiesta de primavera me escaparía ahora mismo, realmente necesito desestresarme un poco. — dijo el líder
