Visiones Espantosas Parte 5

13.5K 1K 40
                                    

Mis amigos me dejaron en casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mis amigos me dejaron en casa. Y mientras entraba tomé con la mano mi amuleto.

Todavía estaba en shock después de ver a la bestia. No podía creer todo lo que existía a nuestro alrededor sin que lo supiéramos. Y lo que más deseaba, era que este ser horrible realmente no pudiera acercarse a mí con el amuleto que me dio Charlotte.

Entré a casa como siempre directo a mi habitación, pero como nunca mis tíos y mi prima se me quedaron viendo.

—Zara ven aquí — de pronto me llamó mi tía

Me acerqué a la cocina dónde estaba ella y le quedé mirando, para ver que tenía que preguntarme.

— Te noto distinta. ¿Pasó algo hoy en el instituto?

— No nada. —respondí

— ¿Estás segura?, no puedo determinar qué, pero no estás igual que siempre. —insistió

— Solo ha sido un típico y aburrido día en el instituto nada más, seguramente estoy un poco más gorda. — le dije para tratar de desviar la conversación

— En realidad yo te veo delgada, creo que hasta tu piel se ve mejor. ¿Te sientes bien? — dijo mi tía

Y yo no podía creer que en realidad estaba preguntando cómo estaba yo. Era como si de pronto hubiese dejado de ser invisible y su interés me parecía genuino.

— Si tía estoy perfecto.

Tanto mi tío como mi prima se me quedaban mirando fijamente.

— Bueno me voy a mi dormitorio tengo mucha tarea que hacer.

Me puse mi pijama y seguí investigando acerca de la vida de las brujas. El tema ya me estaba obsesionando. Después de las experiencias que tuve hoy día estaba ansiosa por aprender de todo, sobre todo a mantener alejadas a esas bestias.

Pensaba, cómo había sido posible haberme fijado en Cristian, si en realidad era un monstruo, en todos los sentidos de la palabra.

Si tan solo hubiese sabido que se veía la mitad de feroz que el lobo en el bosque hubiese corrido del terror.

Entonces en mis lecturas vi que uno de los talentos de las brujas era el poder hacer levitar objetos.

Así que se me ocurrió, sentarme en mi cama y empezar a practicar. Primero con pequeños objetos, para que fuera más fácil.

Pero en realidad no sabía cómo hacerlo, estuve mucho rato tratando de levitar muchas cosas, pero nada resultó.

De pronto se me ocurrió mirar a mi ventana y pegué un grito de susto, vi a Cristian que me observaba desde afuera en la oscuridad.

Traté de cerrar mis ojos varios segundos, ya que mis amigos me habían dicho que podría tener visiones que sería parte de mi cambio y que no debería asustarme.

Froté con fuerza mis ojos y me di valor para volver a mirar.

Pero para mí horror, todavía podía ver su rostro en la ventana, su mirada me infundía mucho miedo y era notable como tenía su mandíbula apretada.

Entonces en una mano tomé mi cuchillo de plata y en la otra levanté mi amuleto.

Estos gestos parecieron molestarle en gran manera, pero tras unos segundos se fue.

Me costó un poco recobrar la calma, mi corazón parecía que se iba a salir de mi pecho.

Traté de calmarme y dormir sosteniendo tanto el cuchillo como el amuleto.

Pero era difícil conciliar el sueño.

Tenía miedo que entrara mientras dormía. Y que con sus feroces garras y dientes me matara.

Pero estaba muy cansada así que finalmente me dormí.

No tenía claro si eran visiones del futuro o pesadillas producto de mi miedo.

Pero nuevamente me vi en mis sueños. Estaba en el bosque tan feliz. Era un lugar hermoso lleno de flores. Mi corazón estaba lleno de paz. De pronto todo lo bello se oscureció y apareció de nuevo ese monstruo de aspecto feroz. Y al tratar de defenderme con el cuchillo fue en vano, al acercarse a mí el animal de un mordisco hizo que lo soltara. Y el amuleto de Charlotte pareció perder su efecto.

Al sentirme acorralada, comencé a correr en el bosque, estaba desesperada sintiendo que la bestia venía detrás. Pero no pude correr mucho, ya que por su tamaño rápidamente me dio alcance, empujándome con sus patas y caí.

Del dolor quedé tendida en el suelo, y la bestia se paró sobre mí, tenía su feroz cabeza justo frente a mi cara. Y le supliqué que no me matara. Pero pese a su aspecto amenazante, no me mordía ni me destrozó con sus garras. Solo sentía con terror cómo respiraba cerca de mi cara y mi cuerpo más que con ganas de matarme con curiosidad.

Luego la bestia se puso en dos patas, me levantó del suelo y me llevó a un lugar desconocido. Podía ver con tanta nitidez cómo me llevaba colgando, mientras veía que se abría paso por el bosque hasta un lugar donde nunca había estado.

Cuando llegamos a ese lugar desconocido para mí, que me pareció era el hogar de la bestia, me miraba con esos ojos terroríficos. Y desperté gritando cuándo sentí tan vívidamente cómo mordió mi cuello.

Creo que mi grito fue muy grande, ya que tanto mis tíos como mi prima llegaron corriendo hasta mi cuarto para ver qué pasaba.

Extrañamente no tenía ni el cuchillo de plata ni el amuleto en mis manos, pero del terror estaba cubierta de un sudor frío, y no podía controlar mi respiración.

Cuando se dieron cuenta que solo era una pesadilla entonces se fueron.

Me quedé en la oscuridad con los ojos abiertos de par en par. Por esa noche no pude volver a dormir más.

Cuando busqué el cuchillo y mi amuleto, se hallaban bajo mi almohada. Era raro, no recordaba haberlos dejado ahí sino dormirme con ellos en mis manos.

*

Eternamente rechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora