Vida Y Muerte Parte 58

5.8K 416 2
                                    

Aleister me ayudó a quitarme el vestido de novia y yo le dije que me esperara en la cama

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aleister me ayudó a quitarme el vestido de novia y yo le dije que me esperara en la cama.

Dado que esta era una noche especial, me pondría el vestido de danza de mi madre y bailaría para Aleister, ese baile que pedía por fertilidad. Estaba la luna llena y sentía que afectaba mi deseo por él, aumentándolo. Quería que esa misma noche si fuese posible, llegara ese tan esperado hijo.

Sali con el traje rojo y él se puso nervioso de inmediato de solo recordar seguro, la noche tan apasionada que tuvimos en nuestra reconciliación.

Puse la música y la coreografía de Khadija llegó sola a mi memoria, y movía mi cuerpo, mi vientre y mis caderas con alevosía, provocando a mi compañero. Mientras miraba su atractivo cuerpo con deseo. Y en cuanto terminó la melodía me acerqué lentamente quitándome el traje, mientras él respiraba agitado mordiendo su labio esperando ansioso de verme otra vez desnuda.

En cuanto pudo me levantó y puso de inmediato sobre la cama, sujetando mis muñecas arriba de mi cabeza, a la vez que me besaba con ardor y mi boca le dio libre paso a su lengua. Y con sus dedos mágicos estimulaba mi intimidad encendiendo aún más mi cuerpo que ya lo deseaba.

Jugueteaba con mi cuello y era tan agradable sentir su boca y su aliento cálido en esa parte tan sensible, y me susurro con voz grave.

—Esta noche no te dejaré descansar Zara, es mi derecho de esposo.

Y yo solo esperaba ansiosa que cumpliera.

Luego se puso entre mis piernas y se daba gusto en tocar, apretar y mordisquear mis senos mientras que rosaba su virilidad contra mi cuerpo, poniéndome más ansiosa y me miraba feliz de verme respirar agitada tratando de alcanzar su boca.

Luego me seguía estimulando con sus movimientos entre mis piernas y sentí que ya no aguantaba más.

—Vamos amor, que estas esperando. — dije ansiosa

—Me encanta verte así mi amor, tu cuerpo ansioso por sentirme. —dijo mientras seguía estimulándome. Sus ojos brillaban lujuriosos preparando su néctar.

Rodee sus caderas con mis piernas acercándolo aún más a mi centro, mientras gemía de ansiedad, a ver quién sería el primero en rendirse.

Pero Aleister tenía menos fuerza de voluntad en esto que yo, y perdió sin remedio.

Porque no aguantó más para empezar embestirme con pasión desenfrenada, y esta vez ni siquiera debíamos guardar silencio porque estábamos en nuestra propia casa.

Y los gemidos crecían como ese día al igual que la pasión que nos volvió salvajes. El celebrando su triunfo de por fin ser compañeros de vida y yo, que por fin tenía un amor que estaba dispuesto a ser solo mío y que luchó tanto por ello.

Rodábamos por la cama, el arriba, yo arriba y no nos cansábamos. Era una guerra de su cuerpo con el mío, buscando ese descendiente, que antes de ser concebido ya trataban de impedir que llegara. Y con más ganas incitaba a mi amor, para continuar amándonos.

Eternamente rechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora