El Pasado Que Vuelve Parte 33

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— Zara sé que sufriste mucho en manos de Cristian, y créeme que me culpo cada día, porque si ese día hubiese estado contigo quizás pude haberlo evitado

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— Zara sé que sufriste mucho en manos de Cristian, y créeme que me culpo cada día, porque si ese día hubiese estado contigo quizás pude haberlo evitado. — dijo el líder

Yo no respondí nada, este encuentro solo traía a mi memoria recuerdos dolorosos.

— Sé que te fuiste con la idea de que yo nunca te amé en realidad, que solo estaba interesado en tu pureza. Que solo quería tenerte en mi cama, que hasta me había arrepentido de comprometerme contigo y que me avergonzaba de ti. Pero te equivocas Zara, solo malinterpretaste las cosas. De verdad lo que piensas está muy lejos de la verdad.

— Tuviste tiempo suficiente para haberme aclarado todo esto. ¿Qué pasó?, ¿La francesa te cambió por otro? ¿O es que ya se acabaron las mujeres bellas y refinadas y te vez en la obligación de venir conmigo para no quedarte solo? — dije molesta.

— ¿Podemos ir a un lugar para hablar más tranquilamente? —me dijo

— No, yo ya te saqué de mi vida, vuelve al aquelarre. — y me di la vuelta y seguí caminando.

— Zara escúchame... — dijo mientras me agarraba el brazo

— Estoy aquí para estudiar una carrera, para ser una profesional, para que nunca más piensen que no valgo nada, tengo muchas bocas que tapar incluyendo la tuya. ¡Ahora suéltame! — y di un tirón para librarme de su agarre.

Caminé más rápido, en realidad este hombre con su presencia me arruinó el día.

Entré en mi habitación y tiré mi mochila al suelo. Me puse mi pijama y solo me acosté a dormir. Estaba demasiado molesta para leer. Encontraba el colmo del descaro después de tanto tiempo venir a dar una explicación que ya ni venía al caso.

Es que acaso no se daba cuenta que había pasado más de un año desde que debería haber abierto la boca, para no humillarme de la forma que lo hizo. Yo ahí en el aquelarre parada como una idiota, mientras él se lucía con la francesa. Seguramente pensaba que iba a ser una esposa sumisa que, tras el compromiso, iba a soportarlo todo.

—Si necesitara compañía ya tengo un inglés que me echó el ojo, así que vete a la mierda líder mujeriego. — pensé en voz alta y me puse a dormir.

Me desperté de mal humor, realmente estaba todo bien hasta que llegó él.

Traté de hacer un esfuerzo por olvidar que lo vi. Era imposible verlo y no asociarlo a todo lo malo que me pasó con Cristian. Y me daba ganas de vomitar. Recordar cómo estaba lastimada mi intimidad y el terror de que Cristian sobre las mismas heridas siguiera lastimándome.

Me duché y traté de poner música alegre para despejar mi mente y olvidar el horror.

Sali para la universidad escuchando mi música y tarareando bajo, mientras me comía una manzana.

A primera hora nos tocaba ver una parte de la universidad en donde tenían toda clase de reliquias, como un museo.

Miraba los cuchillos antiguos, y todo tipo de herramientas muy antiguas. Pero lo que me llamaba más la atención es la conservación de partes de cuerpos, como manos, huesos, cráneos. Era como una arraigada fijación con la muerte.

Eternamente rechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora