El Pasado Quiere Repetirse Parte 57

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Volví al aquelarre y los primeros en verme fueron mis amigos góticos, que corrieron a abrazarme felices.

Los tres ya estaban en pareja y tenían planes de unirse formalmente. De los tres quien más me sorprendió fue mi amiga Charlotte.

Al parecer en los más de dos años que estuve entrenando, todos adquirimos más madurez, y en mi caso, sanidad en mi corazón.

—¿Es en serio? ¿Y quién es ese valiente que domó a la fiera de la seducción? —dije riendo

—Ya te lo presentaré. — dijo riendo feliz y se fueron para dejarme a solas con Aleister.

Se acercó a mi como si no me hubiese visto en muchísimos años, y me besó sin decir nada por largos minutos apenas dándose tiempo para respirar.

—Por fin volviste mi amor, contaba los días, si supieras. —y tomó mis cosas, yo pensé que las llevaríamos a mi pequeña cabaña, pero se fue directo hasta una nueva habitación recién construida. Era un hecho, esperaba que cumpliera mi palabra. Y yo de solo ver que esta vez todo iba en serio me puse nerviosa.

Esta habitación estaba decorada por demás hermosa. Se notaba que había puesto todo su empeño en que quedara como una verdadera habitación de enamorados y muy romántica, por cierto.

Y cuando guardaba mis cosas, revisando entre sus cajones, como siempre de puro curiosa, encontré el pequeño zapato que le había regalado ese día que estaba tan triste y que le prometí un hijo. Todo este tiempo, ya casi cuatro años, lo tenía guardado entre sus cosas de valor.

Y me giré a verlo, no solo era paciente al esperar, se veía hermoso y elegante como nunca en su forma de vestir con la que tanto se esmeraba y me sacaba suspiros.

De pronto tocan apresuradamente la puerta. Y cuando abre era la líder de Bretaña.

—Aleister, Zara, disculpen que los moleste en este momento de intimidad, pero debo decir algo serio.

—Pasa por favor, siéntate. —dijo Aleister y yo mientras miramos preocupados que tenía que decir.

—Desde que nos enteramos del ataque al aquelarre de Fenrir y hablamos con Gerda por lo de sus visiones, estuve haciendo mis propias indagatorias. Seguramente no sabes Zara, pero tengo parentesco con Aleister, tanto él como yo provenimos de una antigua rama de los druidas. Y me preocupa la seguridad de ustedes dos. Me enteré que familiares de Blanche planean venir el día de su boda a vengarse por su muerte. — dijo la líder de Bretaña

—Me esperaba esto, a veces los hechiceros y brujas pueden tener comportamientos muy parecidos a los lobos cuando se trata de venganza. Tengo todo listo para adelantar o mover el lugar de la boda según decida Zara. — dijo Aleister y se me queda viendo.

Lo primero que sentí fue profunda indignación, querían repetir la historia de mi madre y mi padre dejándonos sin la opción de elegir. Y después del daño que nos hicieron la manada de Cristian y la propia Blanche. Mis nervios por el compromiso quedaron en segundo plano y dije.

—¡Esa víbora me causa problemas hasta desde el infierno! ¿Existe la posibilidad que le tendamos una trampa? — pregunté

—¿Y cómo? — Dijo Aleister

—Celebremos esta tarde la unión y mandamos invitaciones falsas para mañana a varios invitados, incluidos todos los miembros del consejo. Esta vez sí quiero ver ejecuciones en masa, para acabar de una vez con tanta envidia. Si no se conforman que no la tomaras en serio, con todo lo que se arrastró por ti, es que son elegantes y venenosos igual que ella. Que mueran igual entonces. Que el consejo sea nuestro testigo y los juzgue. — dije resuelta, la líder de Bretaña me miraba sonriente, intuía que era por mi rápida capacidad de respuesta.

Eternamente rechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora