Son Muchos Enemigos Parte 49

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Antes del amanecer salimos con mi maestra al bosque. Me entregó un libro en dónde estaban detalladas rutinas de ejercicios que debería seguir prácticamente por el resto de mi vida.

Era lo que me mantendría vital y fuerte para enfrentar cualquier peligro. También otro libro en dónde aprendería los rituales que ellos utilizaban y que eran muy útiles.

Para el bosque llevamos unas grandes bolsas pesadas que no sabía que tenían.

— Por ser una híbrida Zara a lo largo de tu vida tendrás muchos enemigos. Lamento decirte que jamás podrás vivir en el anonimato. Ni tener una vida normal como pretendías en Inglaterra. El consejo te llamó para conocerte porque están conscientes de que puedes desarrollar una fuerza muy grande que debe estar siempre controlada y jamás irse en contra del consejo.

Continúo— Podrás tener enemigos en manadas de licántropos que te vean como una amenaza. Enemigos brujos, que puedan pensar lo mismo. Ni hablar de la Santa Inquisición, que no descansará en tener la más mínima oportunidad de acabar contigo. Y hasta en este mismo aquelarre, los celos y la envidia conforme vayas ganando más fuerza harán que destaques y que estos sentimientos negativos crezcan en los corazones de quienes te rodean. Un híbrido poderoso será siempre un blanco a eliminar. Tienes que tener en cuenta eso. En toda tu vida jamás debes bajar la guardia ni dejar de entrenar.

Continúo— Vamos a vernos varias veces. En estos días debo entrenarte para que puedas enfrentarte a tus enemigos en cualquier lugar. Fenrir te ayudó a despertar tu lado salvaje, pero la batalla no siempre será en el bosque, ni en lugares desolados. Puede que ni siquiera alcances a transformarte, o sencillamente no puedas. Así que lucharemos con distintos elementos, para que aprendas a utilizar lo que esté a tu alcance para acabar con la vida de cualquiera que te enfrente.

De los sacos comenzamos a sacar palos, espadas, cadenas, cuchillos, bolas de acero, lanzas, hachas, escudos, martillos, y otras cosas más.

Primero partimos por el entrenamiento físico, que era por demás duro. La efectividad de mi defensa debía combinar la fuerza física que pudiera desarrollar sin transformarme, la elasticidad de mis músculos, la velocidad de reacción y el uso de los conjuros que ayudaran a todo lo demás.

Los objetos que teníamos era la representación de lo que podría encontrar en cualquier parte sí estaba lo suficientemente concentrada. Hasta una escoba podría ser utilizada como arma para golpear puntos específicos para dañar a un humano, disminuir la fuerza de zarpazo de un lobo, o desconcentrar a un hechicero antes de lanzar su conjuro.

— Lo primero que necesito Zara es que cases un ser vivo para poder hacer un ritual de sangre. Este te ayudará para que puedas invocar más fuerza física sin transformarte en Lobo. No tendrás la misma potencia que con la transformación, pero, de todas formas, será una fuerza muy superior a un ser humano. — dijo Gerda

Y salí corriendo al bosque a tratar de encontrar un ser vivo que atrapar, fue bastante difícil, hasta que logre con una red y el conjuro inmovilizador atrapar un conejo.

Nos quitamos toda la ropa con mi maestra, y ella me hizo memorizar el ritual en el antiguo idioma de su pueblo. Me explicó lo que significaba y procedí a realizar el ritual.

Con ello solicitaba a la naturaleza me diera la fuerza que necesitaba para combatir y defenderme, y en ofrenda entregaba la vida del pequeño animal. La sangre debía ser vertida en un pocillo, en dónde con palabras específicas teñía partes de mi cara y mi cuerpo como los indios que van a la guerra. El resto del contenido se vertía por completo en mi cabeza. Era muy parecido a lo que hicimos la otra vez con Fenrir.

A los pocos minutos pude sentir que algo cambiaba en mi cuerpo, no es que adquiriera más musculatura de inmediato, pero si podía advertir un aumento más que significativo de mi propia fuerza.

Eternamente rechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora