Reunión De Hechiceros Parte 8

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Al salir del instituto mis amigos quedaron asombrados al ver mi cara hinchada por el golpe, pero al menos salí con vida

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Al salir del instituto mis amigos quedaron asombrados al ver mi cara hinchada por el golpe, pero al menos salí con vida.

—Te llevaremos con nuestro líder, se llama Aleister. Es un poderoso hechicero, pediremos para ti refugio. —dijo Melinda

—Gracias. —no pude evitar llorar y abrazarla. Rogaba porque me dieran refugio en ese lugar que ni siquiera conocía.

Anduvimos en su auto por caminos que no reconocí, y en un momento me pidieron que cubriera mis ojos con una venda. Ya que nadie más podía saber la entrada de su escondite.

Cuando bajé del auto, la vista era espectacular. Un hermoso lugar lleno de naturaleza y la casa era más un castillo moderno de tan grande. Y quedé con la boca abierta de lo agradable del lugar.

Entramos y tuvimos que caminar varios metros hasta llegar a una sala que era privada del líder, donde solo se podía entrar con invitación.

Tocaron a la puerta y entró solo Melinda. Tras unos minutos ella sale y me dice que puedo entrar que el líder me está esperando.

—¿Ustedes no entrarán conmigo? — dije asustada, nunca había estado en presencia de un hechicero, menos uno que tenía fama de ser poderoso.

—No te preocupes, ve con confianza. —me dijo Melinda sonriendo.

Me sentía muy nerviosa, rogaba por caerle bien al líder.

Abrí la puerta y lentamente entré.

Era una sala amplia llena de libros y con un escritorio grande, muy elegante y en un sitial muy bello estaba sentado el líder.

De aspecto se veía como de treinta años, con una muy leve barba bien cuidada que le daba un atractivo especial. Y sus ojos azules eran perturbadores. Pensé en encontrar a un hombre más bien viejo y serio, pero este hombre como que no cuadraba bien en mi idea de un viejo hechicero. Se veía demasiado jovial, elegante y amable.

—Permiso señor, buenas tardes. —dije en tono un poco bajo

Él me sonrió amable y me invitó a sentarme cerca de él.

—Siéntate pequeña, no te sientas nerviosa, solo queremos ayudarte. —dijo con voz hipnotizante.

Me miraba con sus ojos de arriba abajo, y se quedó en la hinchazón de mi cara.

—¿Eso te lo hizo Cristian? — preguntó y en su rostro noté disgusto.

—Si señor, cree que soy una amenaza para su manada. —contesté

—Mis jóvenes te han estado observando y eres una híbrida, mitad bruja mitad lobo. —dijo el líder

—Eso ni yo lo sabía señor, de hecho, ni se el nombre de mis padres.

—Conocí a tus padres. —dijo el líder y yo abrí grandes mis ojos al tener frente mío por primera vez a alguien que me pudiese dar información de ellos.

Eternamente rechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora