Saliendo A Flote Parte 31

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La doctora se dio cuenta que mi trauma era grande, y que iba mucho más allá de lo que me había pasado antes de llegar al hospital

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La doctora se dio cuenta que mi trauma era grande, y que iba mucho más allá de lo que me había pasado antes de llegar al hospital. Era una vida entera de abandono y rechazo.

Por lo tanto, mi estancia en el psiquiátrico se alargó. Y tuve la oportunidad de terminar mis estudios y recibir el famoso certificado. Estuve allí alrededor de un año.

Cuando lo tuve en mis manos, no sabía qué rumbo tomar, y la doctora me preguntó.

— ¿Te has preguntado alguna vez si te gustaría ir a la universidad?

— La verdad no, no tengo dinero ni quién me apoye. — respondí Honestamente

— Pero existen las becas, porque no postulas a una Zara. Yo puedo ser tu patrocinadora. ¿Te gustaría intentarlo?

Y de pronto me pareció una gran idea, como toda mi vida fui ignorada y rechazada, nunca me plantee que quizás podría lograr algo importante con mi vida.

— Si, me gustaría intentar. — respondí

— Y qué tipo de ciencia te atrae Zara? — dijo la doctora

Y ya que había visto tanta cosa rara como licántropos y Hechiceros y yo misma era un fenómeno, me llamaba la atención el estudio de los seres humanos y el mundo. Buscar en los rastros de la historia, el origen de todo esto. Cómo es que aparentemente solo existían humanos, sí en realidad había muchos más seres. Quizás sería una forma de entender mi propia naturaleza.

— Me llama la atención la carrera de antropología. — respondí

— Muy interesante elección Zara, te voy a apoyar. — dijo la doctora

Y de pronto la doctora se convirtió en mi hada madrina. Sacándome de las cenizas para que pudiera brillar por cuenta propia, sin depender de ningún hombre. Lograr algo por mí misma, para sentirme valiosa.

Se me pasaban los meses entre el tratamiento y mi preparación para el examen de admisión. La verdad no se me hizo difícil, al estar siempre sola en el instituto tuve suficiente entrenamiento para solo concentrarme en los libros. Ya que no tenía amigos y no iba a fiestas, tenía las mejores calificaciones y mi mente ya estaba entrenada para absorber todo tipo de conocimiento.

Y llegó el día tan esperado de la respuesta de la beca.

Con la doctora nos tomamos de la mano y respiramos hondo antes de abrir el sobre.

Y no lo podía creer, estaba oficialmente aceptada, en una universidad prestigiosa de Inglaterra.

No solo tenía una puerta importante abierta ante mí por primera vez, sino que además conocería otro país y las posibilidades se veían infinitas.

La doctora se había convertido en la madre que nunca tuve, sí bien no era tan mayor, ella había perdido una hija. Entonces más que paciente y doctora, formamos un vínculo más familiar.

Me comprometí a visitarla lo más seguido que pudiera y no perder contacto con ella. De hecho, esta mujer había sido trascendental en mi vida, y no tenía ninguna intención de que saliera de ella.

En los últimos meses antes de que me dieran de alta del psiquiátrico, podía salir en el día, busqué un trabajo para poder juntar dinero y comprarme lo necesario para irme a mí nueva universidad.

Antes de irme a la universidad tuve la oportunidad de arrendar por breve tiempo mi propio departamento.

Se sentía bien tener mi espacio propio, sin que nadie me impusiera sus reglas.

Agradecía en lo más profundo de mi corazón haber encontrado a la doctora. En realidad, había perdido todo interés en la magia y en este mundo que formaba parte de mí.

Ahora me dedicaría por completo a estudiar el origen de todo esto, mi objetivo era convertirme en una científica, que pudiese demostrar con hechos que no solo los seres humanos han pisado este planeta.

El reto sería grande, pero si lo lograba, sería un mérito que nadie me podría quitar.

De seguro las pruebas científicas estaban ahí, y si lograba encontrar alguna, el reconocimiento sería grande. Y por fin tendría algo de lo que sentirme orgullosa.

Por mí físico no estaba destinada a ser una belleza, pero si podía ser perfectamente una mujer intelectual. De hecho, me atraía ser más esto último. Ya que la belleza es muy pasajera, pero lo que deja huella en el mundo tras tu partida son otro tipo de cosas.

Había pasado un año desde mi cumpleaños número dieciocho. Esa noche tan terrible.

Pero ahora era distinto, iba a festejarlo tranquilamente con mis únicos tres amigos de la vida, los chicos góticos.

Me preparé mi propia torta y los invité. Hasta puse unos globos y adornos. De verdad parecía un cumpleaños de gente normal.

Llegaron los tres y me trajeron regalos.

Nos saludamos efusivamente incluso con Gunther ya que no nos habíamos visto en mucho tiempo.

— ¿De verdad te vas a Inglaterra a estudiar? — preguntó Melinda

— Si, voy a estudiar Antropología en una universidad prestigiosa.

— Pero, ¿no te da pena dejar el aquelarre? — dijo Charlotte

— En realidad, solo lamento dejarlos a ustedes tres chicos. — les dije

— ¿Y qué pasó con el líder nunca entendimos? — dijo Gunther

— Antes de mi secuestro, me di cuenta que estaba arrepentido de comprometerse conmigo, se avergonzó de presentarme en sociedad esa noche. Y en realidad tuve la certeza de que no era amor lo que sentía por mí. Solo le atraje porque era virgen, le atraía mi falta de experiencia. Pero a la hora de tratar con gente importante se sentía más cómodo con mujeres bellas, elegantes y refinadas. Entendí que cuando uno ama no puede avergonzarse de esa persona, muy por el contrario, le nace presumirla, porque se siente orgulloso.

— Pero que pienses eso del líder es demasiado triste Zara. — dijo Melinda

— No te preocupes, tampoco todo fue tan malo, aprendí mucho de sexo, para utilizarlo con mi futuro marido, un hombre que se sienta orgulloso de mí. Y no puedo decir que no disfruté cada noche con él porque estaría mintiendo. Pero después de un año mi corazón todavía sangra. Solo sé que debo esforzarme por salir adelante con mi vida como sea. Mi doctora me aconseja que comience una vida desde cero allá. — dije Honestamente

— ¿Entonces dejarás para siempre el estudio de la magia? — dijo Charlotte

— Si, no se ofendan, pero ese estudio lo único que me trajo fue dolor. Quiero intentar vivir una vida normal, en la medida de mis posibilidades. — les respondí

Luego de sus preguntas nos dedicamos a escuchar música, a beber, a reírnos y nos sacamos fotos para tener de recuerdo para la posteridad.

Me sentí alegre, en los años que viví con mis tíos, nunca había celebrado un cumpleaños. Este era el primero de mi vida en dónde lo pasé muy bien.

Entonces llegó el momento de la despedida, prometimos que nos escribiríamos y que no perderíamos el contacto.

Fue un momento muy emotivo, ellos hasta ahora eran los únicos amigos que había tenido en la vida. Y se me apretaba el pecho al despedirme de ellos. Pero sabía que era hora de continuar mi propio camino.

Había perdido años de mi vida ilusionada con Cristian, mas de medio año con Aleister pensando que formaría una familia. Pero mi doctora me enseñó que a pesar de las desilusiones la vida sigue. Y el dolor de la pérdida con los años va disminuyendo poco a poco hasta que por fin desaparece.

*

Eternamente rechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora