Gerda La Escandinava Parte 48

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Me levanté temprano porque me indicaron que hoy llegaría mi nueva maestra para entrenar mi lado licántropo

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Me levanté temprano porque me indicaron que hoy llegaría mi nueva maestra para entrenar mi lado licántropo.

Ella venía del aquelarre de Fenrir, solo eso le daba puntos. Los pocos días que estuve con él me ayudaron a salvar mi vida y la de James. Estaba ansiosa por conocerla.

Fui a la cocina y traté de preparar el mejor asado de carne y busqué un buen vino tinto.

Estaba segura de que la carne le gustaría. Aleister me miraba como preparaba todo para su llegada.

— Si fuera hombre realmente me sentiría celoso por la forma que te esmeras en recibirla. — me dijo

— Los escandinavos son muy buenos maestros, quiero agradarle. — le respondí

Luego fui a ponerme un vestido más formal para la ocasión de recibir a mi maestra.

Cuando entró por la puerta quedé más que admirada, venía con un traje negro formal pero muy al estilo nórdico. Era una rubia platinada, de piel muy blanca, rostro perfectamente armonioso y no solo se veía elegante, sino que la fuerza de su mirada azul y su presencia imponían respeto por sí solos.

Me encantó cómo se veía mi maestra, estaba segura que sus enseñanzas serían tan productivas como las de Fenrir.

— Bienvenida maestra, me siento muy feliz de recibirla, tengo muy buenos recuerdos de las enseñanzas del líder Fenrir. — le dije mientras le indicaba que se podía acomodar a la mesa para comer con nosotros.

— Bienvenida Gerda, estamos encantados de recibirte. Ya mandé a preparar una habitación a tu gusto. — dijo Aleister

— Gracias Aleister, sigues igual de hospitalario, estoy gustosa de ayudar a tu gente.

Luego me miro a mí.

—También me complace que me asignaran la tarea de enseñarte Zara, Fenrir me contó que eres una excelente alumna. Y que acabaste con veintiún inquisidores. Quizás tengas raíces escandinavas después de todo. —Y me miró sonriente

Terminando de comer me dijo.

— Tu comida quedó exquisita Zara tu futuro compañero es un hombre con mucha suerte. — dijo de pronto y me quedé pensando, qué compañero, entonces entendí que en el futuro sí tendría la posibilidad de tener un verdadero amor. Ya me habían dicho que uno de sus talentos era predecir el futuro, así que, si ella lo decía, podría estar segura que terminaría por ser verdad. Y la miré con una sonrisa de oreja a oreja.

Después nos sentamos en el living y la observaba mientras conversábamos. Me hubiese gustado tanto ser como ella, no solo por su belleza, sino que por todo lo que representaba su personalidad.

Observaba sus ojos, sus gestos. Tenía una expresión seria, típica de sus tierras. Era incluso más bella que Blanche. Daría lo que fuera por ser así. Y no podía dejar de mirarla.

Eternamente rechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora