76. catorce de febrero.

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Fred había dormido en su piso solo para poder preparar mejor la primera sorpresa del día para su novia.

Jamás se había considerado alguien romántico, pero esta vez sentía que se lució. Llevaba en una bolsa con todos los globos que había inflado durante toda la noche. Arthur, su padre, le dio un gran consejo «usa un capacius extremis y tú vida será resuelta» dicho y hecho, Fred llevaba aproximadamente 4 bolsas al departamento de ella y su misión más difícil era entrar sin hacer ruidos.

La sorpresa consistía en dejar salir los globos que eran de corazones, poner pétalos de rosa por toda la habitación y ya que el día estaba nublado y con lluvias (porque si, estaban en épocas de lluvia) decidió prender velas por toda la habitación y darle su ramo de rosas con chocolates y su regalo.

Al llegar a la habitación con un silencio increíble decidió que lo primero sería dejar el regalo encima de su cama, agradecía el que Lea tuviera el sueño pesado y no escuchará nada. Lea tenía su habitación muy ordenada y esto era perfecto para ordenar la sorpresa. Comenzó a dejar pétalos de rosa por toda la habitación e incluso un par por la cama, eso ya se veía muy romántico.

Tranquilo de saber que el desayuno a domicilio llegaría en media hora continuo con las velas que prendió de forma inteligente para que la luz fuera tenue, abrió las cortinas para que la vista de la lluvia diera quizás un aporte más romántico y por fin libero los globos que ahora viéndolos dentro de la habitación se veían demasiados.

Ya estaba todo listo.

Camino hacia Lea y noto como estaba boca abajo con uno de sus camisones delicados de quien sabe qué lugar del mundo y aún dormida. Decidió despertarla.

—amor...— susurró en su oído, se acercó gateando sin zapatos y acarició su espalda.— amor despierta.

—mmm.— se quejó dándose vuelta hacia el.— ¿Fred? ¿Que haces aquí?

—te vine a despertar, es catorce de febrero amor, despierta.— en vez de eso ella lo abrazo dejándolo bajo ella.

—duerme conmigo un ratito.— pidió abrazándolo fuerte.

—pero amor, después podemos dormir todo lo que quieras.— sugirio.— me pondré pijama y todo.

Ella se sentó y tallo sus ojos. Fred observaba a Lea con esperanza e ilusión esperando que le gustará.

—¡Oh!— jadeo sorprendida y cubrió su boca, Fred sonrió y ella lo miró con los ojos abiertos seguido de mirar otra vez la habitación y nuevamente a el.— ¿Tú lo hiciste?

—si, solo para ti.— movió su cabello tras sus hombros.— ¿Y? ¿Te gusta?

—ay amor... ¡Me encanta!— chillo para darse vuelta hacia atrás y apretarlo.— ¡Te amo, te amo, te amo!— beso su mejilla y su cuello repetidas veces con mucha emoción.— Merlín, es que te amo.

—yo más mi amor. Abre tu regalo.

—esta bien, solo déjame ir al baño y vuelvo, ¡Ponete pijama!— grito corriendo al baño, cuando llegó a este rápidamente se lavo los dientes mientras se ponía más desodorante, siguió con cepillar su cabello y poner bálsamo labial, puede que haya encrespado sus pestañas y ya.

—pero que guapa te ves.— exclamó Fred viéndola caminar a la cama.— ¿De donde es ese camisón señorita? ¿Y se puede dar una vuelta?

—este lo conseguí en Estados Unidos.— comenzó a contar dándose una vuelta.— es de seda negra y es para dormir al lado de alguien.— llegó hasta el y se metió rápidamente por el frío que hacía.— que bueno que estés aquí, me gusta mucho.

𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐚- 𝐅𝐫𝐞𝐝 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora