78. desconfianza.

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—que lindos son los lunes.— bufo Lea abrochando su camisa color negro.— tan fríos y perezosos.

—tú puedes amor.— ánimo Fred.

—no puedo.— gruño de mal humor. Camino a la cocina abrochando su falda de tubo color gris y acomodó sus pantys negras.— necesito un café para vivir.

—y yo necesito que me des al menos un beso antes de irte.— se acercó a ella y Lea limpio un rastro de pasta dental.

—¿No tengo pasta dental en la cara?

—nop.— se inclinó a dejar un beso suave y luego uno más largo y tierno.— ¿Nos juntamos en...? Oh, recordé que tengo que hacer algo por la tarde y puede que termine tarde el trabajo, ¿Te parece que me quedé en el piso y mañana vamos a cenar algo?

—¿Tienes algo que hacer?— hizo un puchero y lo abrazo.— ¿Que tienes que hacer?

—no es nada importante en realidad, pero si me va a atrasar un poco de trabajo y me voy a quedar hasta que tú probablemente estés durmiendo. Si quieres puedo llegar igual a abrazarte.

—oh no, es mejor que descanses en el piso y nos vemos mañana.

—esta bien. Te amo.


...


Lea se acostó sola esa noche, y sabía que no era una tragedia estar sin Fred por su trabajo pero la verdad era que si le costaba dormir sin el por varias razones, algunas como frío, se sentía desprotegida e incluso sola. La cama se sentía muy vacía sin el.

En la mañana se despertó e hizo su rutina normal pero sin los besos de buenos días asi que fue a la cocina por algo de comer y su café para bajar a la oficina.

Tenía tanto trabajo que se sentía abrumada, pero la idea de juntarse a comer con Fred en la noche la animaba demasiado, tampoco es que haya trabajado con una sonrisa, es más, lo hizo en medio de suspiros y bufidos. Lea reviso su agenda y noto como esta semana no tenía reunión con nadie hasta el viernes, lo bueno era que las citas y reuniones siempre significaban un poco de menos trabajo así que la ponía feliz. Saco cuentas, busco información, escribió informes, y cuando notó que era la hora para por fin salir comenzó a ordenar todo para arreglarse.

Camino a un espejo que tenía y se encrespo las pestañas para ponerse labial y un poco de este en sus mejillas, también cepillo su cabello y arreglo su ropa poniéndose más perfume.

Tomo su cartera y salió de su trabajo camino hacia enfrente donde estaba la tienda. Iba muerta de hambre por haberse saltado el almuerzo pero todo iba a valer la pena en la cena.

—¡George, hola!— se acerco y le dio un beso en la mejilla.— ¿Cómo estás?

—bien ¿Y tú?

—bien, vengo a buscar a Fred.

—oh pero-

—tranquilo, él me dijo.— aclaro para no sonar entrometida, se dio vuelta y comenzó a subir la escalera. Quizás fue un error de ella, quizás debió tocar o quizás el le debió avisar que estaba con alguien.— ¡Hol...a!— se quedó helada al ver que estaba Fred sentado y al otro lado del escritorio una chica con gafas y un lápiz, parecía una reunión más... Personal.

—debes elegir algo más estético bobo.

—¡Oye!— se quejó Fred entre risas.— Lea.— se notó lo nervioso de su voz, la chica alzó la mirada y sonrió guardando todo rápido en una carpeta al igual que Fred unos papeles.

—yo... Lamento interrumpi-

—no, no interrumpes.— sonrió la chica de manera amable.— ya estaba casi por irme.— explico escribiendo una última cosa en el papel y ella negó.

𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐚- 𝐅𝐫𝐞𝐝 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora