𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐚- 𝐅𝐫𝐞𝐝 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]

88. el mejor día de la vida.

Lea se paró en la entrada y suspiro con miedo, porque en cuanto abrieran las puertas de madera de aquel castillo... Sería la esposa de Fred Weasley.

El paso de ser novios a esposos era muy grande, porque tendrían que afrontar la vida de una manera diferente. Ahora que iba a ser su esposa muchas cosas cambiarían, y eso le gustaba.

—¿Estás lista, hija?— Lupin sostuvo su brazo derecho.

—estaremos aquí.— Sirius beso su mejilla mientras abrían las puertas. Lea apretó el ramo de flores entre sus manos, observando la reacción de Fred.

Fred... Sintió sus piernas temblar. Había pasado veinte minutos nervioso sin poder dejar de moverse y al verla su corazón se detuvo, porque podía jurar que nunca había visto a una novia tan hermosa. Abrió los ojos de la impresión sintiendo las lágrimas caer y las limpió, pero seguían cayendo. Lea le sonrió suspirando y caminando por el pasillo que ahora se sentía increíblemente largo y la caminata súper lenta, y es que lo único que quería era llegar hasta él y abrazarlo y besarlo.

Cuando llegó al altar abrazo a sus padres con fuerza, porque no querían que siguieran llorando a pesar de que ella lo hacía.

—no puedo creerlo... Hace a penas unos años te enviaba muñequitas para jugar.— susurró Lupin limpiando sus lágrimas.— lo siento, los siento. Ve mi amor, estás hermosa.

—gracias.— le dio un último abrazo a Sirius para llegar frente a Fred sonriendo. Se suponía que él debía tomar sus manos, pero como estaba temblando Lea lo hizo.— ¿Estás bien?

—te ves...— respiro agitado.— muy linda, hermosa mejor dicho.— sonrió mirando al casamentero quien empezó a hablar. Hasta Lea escuchaba como Fred reiteradas veces tragaba de forma sonora por los nervios así que solo acariciaba sus manos.

—tú igual.— susurró por lo bajo. Apretó su ramo y le dio una leve mirada a los invitados.

—¡...Y ahora los invito a tomar sus manos, y declarar sus votos ante todos los invitados!— el casamentero miró a los dos. Lea acarició sus manos cuando sintió que temblaba y Fred suspiro temblorosamente sin dejar de llorar.

—bueno, umh...— Fred trago duro y tomo aire.— yo, Fred Weasley, te recibo a ti; Lea Black, como mi esposa.— tomo más aire.— y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.— tomo el anillo temblando como nunca antes lo había hecho y le puso el anillo con dificultad.

—yo, Lea Black-Lupin, te recibo a ti; Fred Weasley, como mi esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.— le puso el anillo con una sonrisa sintiendo la emoción en su pecho. Mordió su labio esperando escuchar que por fin lo podía besar.

—¡Y ahora, puede besar a la novia!— Fred limpio su rostro y agarró su cintura pegandola bien a él para bajar a besarla con mucho amor. Lea se agarró de sus hombros y cuando se separó beso su mejilla. Los aplausos en su entorno se hicieron presentes, pero ellos estaban en su burbuja.

—esta bien Freddie, no llores.— pidió acariciando sus mejillas.— no me gusta verte llorar.

—lo siento.— beso su mano con una sonrisa y aún sus ojos lagrimeando.— Merlín, es que te vi y... Uff... Te ves perfecta. Son lágrimas de felicidad.

—¡Fred!— se quejó abrazándolo.— te amo tanto.

—te amo más.— tomo su mano y salieron de ahí en medio de pétalos de rosa. Cuando la pareja llegó afuera al pasillo del castillo sonrieron besándose nuevamente.— ahora vamos a disfrutar nuestra boda.