Lista

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Días después de enterarme de mi embarazo, Tao; el asiático que no termina de convencerme del todo, Tomás, Tami y yo, nos encontrábamos terminando de planear el ataque a Royce. Pero ninguno de ellos quiere que me ponga en riesgo, más no hay poder humano que logre convencerme de no cumplir con la promesa que le hice a mi hermana, además, siento en lo más profundo de mi ser que Wesley me necesita.

—No pueden dejarme a un lado. Tami, sabes muy bien que, aunque me digas que no, voy a ir por Wesley así sea por mi cuenta.

—Me tienes hasta la madre con este tema, Natalie. Tengo que cuidar de ti y de mi sobrino, no puedo arriesgarlos. ¡Entiéndeme!

—No nos va a pasar nada — la miré suplicante—. Déjame ir, ¿sí?

—¿Por qué quieres ir? Dame una buena razón para ponerte en riesgo. Aún no sabemos a cuántos nos tenemos que enfrentar para sacarlo de allí, y que Royce no se haya pronunciado luego de arrancarte de sus manos es una advertencia.

—Porque tengo que asegurarme que está bien, porque no he tenido paz durante un mes entero sin saber nada de él. No te imaginas lo doloroso que fue... — los recuerdos de la última vez que lo vi me azotaron con violencia—. Estaba muy mal cuando lo sacaron de ese cuarto, y me enfurece el hecho de no haber podido ayudarlo.

—Te aseguro que lo voy a traer, pero no me pidas que te permita ir cuando tienes a una pequeña vida que depende de ti... — intervino Tomás, tratando de hacerme entrar en razón.

—Lo amo. Me enamoré de Wesley sin siquiera saber cómo ni cuándo. Y saber que ha estado sufriendo durante todo este tiempo me está matando lentamente. Necesito asegurarme con mis propios ojos que está vivo, que aún está dando pelea para acabar con su verdugo y que aún tiene una oportunidad para conocer a su hijo. Él no merece sufrir como lo está haciendo, no cuando ha sido un hombre tan bueno. Tengo que confesar que me sigue haciendo ruido que lleve la misma sangre de ese bastardo, pero Wesley es un hombre bondadoso y de buen corazón, que lo único que anhela es el bien para todos y renacer en una vida donde no tenga que fingir quien no es. Donde, en lugar de luchar por sus buenos principios a pesar de haber nacido rodeado de la mierda, sea feliz cada uno de sus días. Merece tener esa vida que tanto ha soñado desde que era tan solo un niño. De ese buen hombre que ha ayudado sin recibir nada a cambio fue del que me enamoré, no del que lleva un apellido maldito que lo margina a un mundo oscuro y cruel — no pude contener más tiempo las lágrimas, pues el embarazo me ha puesto el triple de sensible y emocional.

—Me vas a hacer llorar a mí también, Palomita, y detesto no verme ruda cuando en realidad soy un alma sensible — limpió sus lágrimas esbozando una sonrisa grande—. Wes no pudo haber encontrado mejor mujer que tú.

—Cuidaré a mi bebé por encima de todo. Si las cosas se ponen feas, daré un paso atrás, pero no me niegues la oportunidad de ir con ustedes.

—Está bien, solo porque no es común que la dama sea quien rescate a su príncipe azul — bromeó, aligerando el ambiente.

—Como ya está decidido, ¿podemos seguir con los planes? — inquirió Tomás, no muy convencido de la decisión de que vaya con ellos.

—Sigue armando tu plan, guapo — no sé cómo hace Tami para siempre mostrar buen humor.

Los siguientes días nos dedicamos de lleno a trazar cuidadosamente la estrategia. Tami irá con Tomás por uno de los costados de la bodega donde tienen encerrado a Wesley, y me guste o no, debo ir con Tao a atacar el frente de la misma. Que Royce no haya dado el brinco cuando me sacaron de la mansión, es extraño.

—No tienes por qué desconfiar de mí, al igual que Wesley, he tratado de evitar que la trata de personas siga siendo un negocio — Tao cortó el silencio que teníamos desde que salimos de su casa—. Si Royce no se hubiera obsesionado con tu hermana, ella estaría viva ahora mismo.

—Pero no lo está — suspiré—. Y se me es difícil confiar en ti.

—No deberías hacerlo más, ahora sabes que estamos del mismo lado. Si es por lo que sucedió la otra vez que nos vimos, eso solo fue actuación. Desde un principio he sabido que estás unida a Wesley.

—Es raro, es todo.

—Lo sé — soltó una risita—. Eso mismo me dijo mi esposa cuando hice hasta lo indecible por hacerle ver que era un buen hombre.

Me quedé viéndolo un poco sorprendida. Ese hombre malicioso, atrevido y burlón que conocí esa noche, ya no está. Ahora luce sereno, amigable e incluso su mirada es sincera y gentil.

—Lo siento, pero es difícil creer en las personas, más cuando vienen de ese mundo tan bajo.

—No te preocupes, te entiendo — se recogió el cabello en una coleta, cambiando a una postura más rígida—. Recuerda, si la fiesta se sale de control, vete y no mires atrás. Nosotros tenemos mucha más experiencia y sabemos sortear ataques.

—Solo sácalo de ese lugar, por favor.

—Lo haré — sonrió torcido—. ¿Estás lista para salvar el trasero de tu querido? Confío en ti, Natalie, hoy serás los ojos en mi espalda.

—Estoy lista — me llené de valentía, suspirando hondamente sin apartar la vista del estrecho camino boscoso que nos lleva a la bodega.

Venganza[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora