Wesley
Es lamentable tener que estar una vez más para limpiar los desastres de Royce. No puedo dejar de sentirme culpable por todo lo que pasa frente a mis narices y no hago nada para evitar. Si bien logramos sacar a diez de ellas sanas y salvas, no es lo mismo que verlas a todas libres de este infierno.
Los cuerpos de las chicas aún seguían tendidos en el pasillo, cada una reventada a balazos. No hay lugar de sus cuerpos dónde no haya un agujero y se aprecie la sangre brotar de este. Esta situación me está preocupando de más. Royce perdió aún más la cordura luego de haber asesinado a Abigail, por lo que empiezo a creer que ella sí era importante para él.
Despejé el rostro de una de las chicas y fue inevitable no sentir esa punzada amarga en el pecho. Anoche le prometí a Sasha sacarla de este infierno, pero no tenía ni idea que la muerte era su única salida. ¿Por qué no esperó unos días más como le había dicho? Me pregunté, viendo su rostro bañado en sangre. Una bala atravesó por completo su cabeza. Tuvieron que haberlas tomado muy cerca y con una M45, no me cabe ni la menor duda por el tipo de cartuchos que hay tirados en el suelo.
—¡¿Qué hacen estas malditas perras aún aquí?! — gruñó.
—¿Qué fue lo que pasó? — pregunté, manteniendo la calma.
—¿Qué tipo de pregunta es esa? ¡Las muy putas pretendían escapar luego de haber terminado con el trabajo en el casino! — la fuerza con la que habla y la poca decencia de referirse a una mujer me trae recuerdos de mi padre—. ¿Dónde estabas, Wesley?
—Fui al hotel a descansar. He pasado días enteros sin dormir bien.
—Levanta toda esa mierda de mi piso — siguió su camino hasta su oficina, y dejé las órdenes a los hombres de seguridad para que se hicieran cargo de los cuerpos.
Siempre es lo mismo, cada que comete una masacre soy yo quien tiene que hacerse cargo de todo. Esta no es la vida que había soñado de pequeño, pero lamentablemente es la que me tocó vivir a fuerza de mi voluntad.
—Busca a la hija de Dupont y pacta un encuentro con esa mocosa engreída — ordenó, tan pronto me vio entrar a su oficina.
Me tensé al instante, sintiendo que los latidos de mi corazón se volvían más rápidos y fuertes. Natalie está siendo alguien con gran valor e importancia en mi vida. Y, aunque sé que estamos en un plan para acabar con Royce y nada más sucederá, no deja de ser agrio saber que le ha gustado la mujer que tanto deseo y que tanto me gusta a mí. Además de que está el temor latente de que se entere de su verdadero rostro.
—Para que me pidas eso, es porque ha llamado tu atención la hija de Dupont, ¿o me equivoco?
—¿Eres ciego o imbécil? ¿No te fijaste en ese culo y en esas tetas? Esa chiquilla lo que le hace falta es una buena cogida para bajarle un poco las ínfulas de diosa que se carga.
Sudé frío mientras apretaba el culo para no reventar de furia. No me puedo echar para atrás, porque a fin de cuentas la necesito para poder entretener a Royce, pero que ganas de mandarlo todo a la mierda y guardar a Natalie en una cajita de cristal donde solo yo pueda contemplar su belleza.
—Bien.
—Verifica que no quede rastro de esas malditas perras.
—Lo haré — me levanté de la silla y, antes de salir de la oficina, me detuvo.
—Necesito que encuentres a la hermana de Abigail, se escondió muy bien de mí. No hay rastro de ella por ninguna parte del país. Si no la encuentras directamente, tráeme al marica que siempre está con ella. De algún modo hay que sacar a las ratas de sus madrigueras.
—Cuenta con ello — salí de la oficina, tragando todo el odio y el rencor que siento por él.
Debemos movernos rápido antes que se dé cuenta quien es realmente Alexia Dupont. Aunque me enerva pensar en su próximo encuentro, más por el hecho que no puedo estar presente para cuidarla, no puedo echar al balde lo que por años he trabajado junto a Tami y Ernesto para hacerlo caer. Sería una falta de respeto a todas las chicas que han perdido la vida injustamente
Me cercioré que desaparecieran los cuerpos de las chicas y más rabia y odio sentí. Cada corte de su cuerpo fue un dolor que sentía en carne viva. Royce no respeta y tampoco le importa la memoria de un muerto. Antes permitía que les diéramos un entierro digno, pero ahora las corta en pedazos y se las da de comer a sus perros. Todo lo aprendió de mi padre, o por lo menos esa es la excusa barata en la que se escuda para no poseer un poco de humanidad en su alma.
Regresé a la casa con muchas cosas encima. El peso de mi familia está cada día pasándome factura. Las atroces acciones de Royce son algo a lo que nunca me he acostumbrado a lidiar, tal vez porque sí tengo un corazón y lo siento quebrarse como el de todas aquellas personas a las que ha maltratado y asesinado a su conveniencia. El cansancio de vivir en este mundo se está haciendo más notorio.
Todo me esperaba, menos que Natalie estuviera en la entrada de la casa, además muy bella, esperando por mí. O eso quise creer, pues una sonrisa apareció en sus labios tan pronto quedé frente a ella.
—¿Qué haces fuera de la cama, Nat?
—Te estaba esperando, Wes — lo confirmó.
—Ya estoy aquí — corté el espacio que nos separaba, pero antes que dijera cualquier otra palabra, me apoderé de sus labios, perdiéndome una vez más en su dulce sabor y olvidando por largos segundos entre sus besos a lo que realmente tenemos que enfrentarnos.
ESTÁS LEYENDO
Venganza[✓]
ActionTras la desaparición y repentina muerte de su hermana gemela, Natalie pierde lo que tanto ha brindado al mundo; la humanidad. Con el deseo latente de encontrar al culpable y hacerle pagar el cruel asesinato de su alma gemela, inicia su propia invest...