C
ontra todo pronóstico, Allen volvió a abrir los ojos tras aventarse por el precipicio, el hecho de haber sobrevivido le sorprendió hasta a él. Rodó por el barranco, golpeando puntiagudas rocas para finalmente darse de narices contra la helada nieve. Obviamente, no le había salido gratis. Sentía un intenso dolor en la zona pulmonar, juraría haberse roto alguna que otra costilla, de su cabeza brotaba un poco de sangre, su tobillo se había torcido, un par de falanges estaban rotas, el codo de la mano de su garfio estaba entumecido y su arma artificial se había partido en dos, la retiró al ser ahora inservible mientras re-evaluaba su situación.
-«Almenos ahora no me persiguen.»
Examinó su zurrón y solo encontró cebollas y media cuña de queso, con síntomas que avecinaban el moho. No iba a durar mucho, con solo una espada para cazar, un hombre manco rodeado por leguas de nieve lo tenía bastante crudo.
-«Mejor no tentar a la suerte y ponerse en marcha»
Durante dos semanas Allen recorrió el Agualechosa rumbo al sur. Afortunadamente de nuevo, no se encontró con salvajes ni "otras cosas" durante todo el camino. Se alimentó a base de pequeñísimos peces que lograba ensartar en los arroyos y de algunos conejos de similar tamaño cuando de vez en cuando hallaba madrigueras ocultas.
Greystark recordaba constantemente lo sucedido antes de llegar al Torreón de Craster. No fue una tarea fácil pero lo había conseguido valiéndose de su ingenio. Sus pies le ardían al andar pese al espesor de la nevada, ahora esperaba algo de refugio bajo el techo del salvaje. Caminar por las endiabladas ventiscas lo debilitaron bastante, no obstante, pronto acabaría. Los primeros en recibirlo fueron varios de sus hermanos negros. Señalizaron la llegada con un único toque de cuerno.
-¡Por los siete! ¡Es Allen! Exclamó uno.
-¡Traigan al Lord Comandante! Dijo otro. El Norteño trató de hablar, pero se atragantaba con su propia lengua. Estaba agotado. Mormont salió de la cabaña poco después.-¡Hermano! ¡Estáis, vivo! El viejo Jeor casi brincaba de júbilo.
-Si... más o menos, Lord Comandante. Respondió mientras jadeaba. Más o menos...
-Dioses... os dimos por muerto hace ya mucho. ¿Qué ha sucedido con el resto? Posó su mano sobre su hombro.
-Podría haceros la misma pregunta. Juraría que eramos muchos más la primera vez que acampamos aquí.
-Oh, cierto. Pasad dentro. Os contaré.Todos ingresaron al interior de la gran choza central, el resto de la guardia se refugiaba de la tormenta que se endurecía por momentos allá afuera. Los mayordomos le entregaron pan, cortesía de las mujeres de Craster. Sabía a madera pero era a lo mejor que podía aspirar dadas las circunstancias. El dúo se sentó junto al fuego para charlar.
-Y bien... decidme, viejo amigo. ¿Qué sucedió con tu destacamento? Qhorin, Serpiente de Piedra, Nieve... Tenía a buenos hombres allí.
-Los mataron a todos, Lord Comandante. Jeor cerró los ojos y suspiró tras oirlo. Aseguramos un puesto de Vigía, tal y como ordenásteis. Acabamos con todos menos con una chica a la que capturamos. Se negó a cooperar, así que dejamos a Nieve a solas para que acabase con ella, insistió bastante. Quedamos en lo alto de la montaña pero no le volvimos a ver, una partida cayó sobre nosotros, muchos, serían por lo menos una veintena o treintena. Degollaron a Serpiente de Piedra y a Gerald. De Qhorin no sé que fue.
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Grandes Casas De Poniente - Casa Greystark.
Fantasy[En fase de desarrollo] La Casa Greystark, fundada hace 2.000 años antes de los sucesos de Juego de Tronos se extinguió tras la rebelión de los Reyes Rojos, o almenos eso contaron... Vive las peripecias de esta rama cadete de la Casa Stark durante l...