Rocadragón II - Vientos de Invierno

28 2 0
                                    

La Loba Gris disfrutó de una alcoba y un baño de lujo, contrastando con la atmósfera desarraigada y rudimentaria de la isla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La Loba Gris disfrutó de una alcoba y un baño de lujo, contrastando con la atmósfera desarraigada y rudimentaria de la isla. Gozando de un tiempo para evaluar mejor las opciones que tenían, desayunó en el salón. Poco a poco se hizo notar el mono de no tener una vaina cruzada sobre sus rodillas, sin nada que poder hacer y con una cantidad infinita de pasillos que recorrer, mató el tiempo recorriéndolos y tomando apuntes de los mismos. Aprovechó del mismo modo para entablar conversación con varios miembros del la corte de la Reina, un curioso elenco de etnias ajenas a Poniente con miles de historias que intercambiar.
Algo más entrado el sol, quedó con su Rey para dar un paseo por la playa. Mientras bajaban la interminable escalera, repleantearon su estrategia.

-¿Entonces qué opináis de ella? Quería saber Lady Greystark.
-¿De quién? Nieve se hacía el tonto.
-Vamos… No juguéis conmigo, majestad. La chica Targeryen.
-Esto… tiene buen corazón. Era evidente que escupió lo primero que se le vino a la cabeza.
-Oh sí, seguro que lo primero que resaltáis de ella es el corazón. Afirmó, insinuando la posibilidad de un amorío entre ambos.
-No hay tiempo para eso. Rectificó.
-A decir verdad, ahora que lo pienso es una fantástica idea. Aún estáis soltero y necesitaréis un heredero más pronto que tarde. Sugirió entre risas.
-¿En serio? Acabaríamos peleados a los dos días de casados, demasiado carácter para mí.
-Eso es justo lo que os hace falta, mi Rey. Sacad pecho y no dejéis que se os imponga esa mujer. Por mucho fuego y sangre que tenga no pueden derretir el hielo norteño.
-Por los Dioses… ¿Os dedicáis a escribir poemas cuando no estáis guerreando? Dijo en tono irónico. Poco después se empezaron a escuchar campanas desde la costa. Cuando los dos se asomaron observaron el kraken de oro dibujado en las velas de los barcoluengos. Ambos se miraron fijamente antes de recibirles.

Lograron llegar a la orilla antes de que la primera barca tocase tierra firme. Al llegar, entre los hijos del hierro que empujaban la embarcación, distinguieron un rostro particularmente familiar. Le miraban con un desprecio que desbordaba por completo el islote. Tardó unos cuantos segundos en darse cuenta de que le observaban, Theon Greyjoy hizo cuerpo para la que le estaba a punto de caer encima.

-Jon… no te esperaba por aquí. Entonces dio un par de pasos en frente y lo tomó de la solapa del cuero, sus hombres ni siquiera hicieron nada por detenerle.
-Lo que hiciste por Sansa es la única razón por la que no te mato ahora mismo. Después de dedicarle aquellas "bonitas" palabras, lo soltó. Con la mirada baja, volvió a ser prendido por Evelynn. Esta, menos compasiva y con heridas aún abiertas, le golpeó en el hígado.

El “Príncipe de Pyke” calló redondo al suelo, gimiendo leves alaridos de dolor mientras la espuma del Mar Angosto rompía contra su rostro. Allí mismo le pisoteó un par de veces para dejar patente su odio.

-¡Que te jodan, traidor! Le gritó inclinando el cuello hacia su figura, una escena lamentablemente que presenciaron tanto hijos del hierro como locales.

Grandes Casas De Poniente - Casa Greystark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora