Aguasdulces III - Tormenta de Espadas.

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Habían pasado ya casi dos años desde que Gregor partió de su hogar junto a su familia para combatir a los Lannister

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Habían pasado ya casi dos años desde que Gregor partió de su hogar junto a su familia para combatir a los Lannister. Por el camino, logró por primera vez hacer amigos verdaderos, encontrar el amor y sentirse identificado con una causa. Pese a que todo no iba tal como lo planeado, era uno de los pocos en mantener el optimismo bien alto. El de hoy parecía un buen día para permanecer adentro del Castillo, ya que afuera dilubiaba desde la pasasa luna.

Recientemente surgió otro imprevisto con Ser Jaime, el Matarreyes fue liberado por Catelyn Stark, para que este a cambio, liberase a sus hijas, perdiendo así a su prisionero de mayor valor y un importante peso de negociación.

Pese a todo, era partidario de mantener la cabeza fría. El bastardo desayunaba aquél día junto a su amada Dacey.

-Buenos días Dacey. ¿Dormiste bien? Normalmente sueles llegar antes que yo a la mesa. Ja, ja. Nieve apuraba los restos de su tostada mientras hablaba.
-Buenas. Pues no… no he podido dormir bien con la galerna.  Almenos parece que alguien está de buen humor. ¿No? Sonrió y tomó asiento.
-Pues ya lo creo, hoy es uno de esos días en los que simplemente te levantas con buen pie, es pura suerte, imagino.
-Genial. Entonces te dejo a lo tuyo. Si no me equivoco hoy montabas guardia en el pasillo principal. ¿Ando errada?
-No. Ahora mismo me dirigo hasta allí. Nos vemos tras el almuerzo cuando me releven. Gregor besó su frente.
-De acuerdo, mi amor, hasta entonces. Tras despedirse, el norteño abandonó las cocinas y caminó hacia su puesto, según se acercaba pudo escuchar un crenciente alboroto.

Al llegar al pasillo, averiguó que el griterío provenía de las mazmorras, por fortuna, los guardias ya estaban alertados. Tras bajar a la carrera, divisó los cadáveres de Martyn y Willen Lannister, dos escuderos de una rama cadete apresados en el Bosque Susurrante, apenas unos niños. Su asesino fue nada más y nada menos que Rickard Karstark, respaldado por cuatro secuaces que le cubrieron las espaldas mientras se perpetraba los homicidios, allí los retuvieron hasta nuevo aviso. Los cuerpos fueron envueltos en mantas y llevados al pasillo para que el Rey Robb los contemplase. La noticia no pareció agradarle para nada e hizo llamar al señor de Bastión Kar.

-Cinco hombres. Cinco hombres para asesinsar a dos prisioneros indefensos. Unos chavales. Se quejó El Joven Lobo.
-Asesesinato no, majestad. Yo lo llamaría venganza. Rickard trató de justificarse.
-¿Venganza? Estos chicos no mataron a vuestros hijos, mi señor. Vi a Harrion morir en el Bosque Susurrante, y Torrhen…
-¡Estrangulado por el Matarreyes! Eran parientes.
-¡Eran niños! Stark gritó con toda su furia. Ahora míralos. Están muertos.
-Decidle a vuestra madre que los mire también. Ella los ha matado tanto como yo.
-Mi madre no ha tenido nada que ver con esto. La traición la propiciásteis vos
-¿Traición? Traición es liberar al enemigo. En la guerra se mata al enemigo. ¿No os enseñó eso vuestro padre, chico? Brinden Tully le propinó un puñetazo al traidor, el golpe casi  lo noquea. Tras recuperarse y alzarse de nuevo escupió sobre el suelo. Robb ordenó que se le dejase.

-Eso es, dejadme con el rey. Quiere soltarme un rapapolvo antes de liberarme. Así es como castiga la traición nuestro Rey en el Norte, o debería llamarlo: “el Rey que perdió el Norte.”
-Escoltad a Lord Karstark de vuelta a su celda, tío, colgad al resto.
-¡No por favor señor, yo solo vigilaba al resto, me estaban obligando! Uno de los cómplices trató de suplicar.
-Alto, este solo era el vigilante. Colgadlo el último para que vigile la muerte de sus compañeros. Finiquitadas las sentencias los presentes se abrieron a debatir sobre el destino de Rickard.

-Maldita sea… Robb maldijo, se sentó en una silla.
-Ni una palabra sobre esto debe salir de Aguasdulces, mi señor. Aconsejó Edmure Tully. Eran sobrinos de Tywin, los Lannisters siempre pagan sus deudas.
-¿Quieres que sea mentiroso además de asesino?
-No sería mentir. Podemos enterrarlos y guardar silencio.
-Al diablo, tío, se supone que lucho por la justicia. ¿Seguimos luchando por ella si no la mantengo entre mis filas? Un asesino es un asesino, no importa de que tan alta cuna sea. Karstark debe morir.
-Alteza. Enfadar a los Karstark en este momento tan crítico no creo que sea buena idea. Ahora mismo suponen un cuarto de nuestra infantería y otra buena parte de nuestros caballos. Informó Gregor.
-Tiene razón. Son norteños, Robb. Jamás olvidarán la muerte de su señor. Catelyn apoyó la idea

-Yo también lo creo. Mantenerlo como rehén sería lo ideal. Así nos aseguramos de retener el apoyo de la casa. La Reina Jeyne se sumó a la corriente. Diles que mientras sigan siendo leales no se le causará daño alguno. Los tres dejaron la idea sobre la mesa. El Rey en Norte debatió en sus pensamientos que idea tomar, hasta que finalmente se decidió, miró fíjamente a Nieve.

-Que Rickard sea trasladado al patio de armas, su ejecución se celebrará en menos de media hora.

Allí mismo Robb ejecutó a Rickard Karstark por los crímenes de traición él mismo, siguiendo la tradición de los Primeros Hombres de blandir la espada, tal y como su padre le enseñó. Las predicciones de Nieve se hicieron realidad cuando aquél mismo día los soldados y abanderados leales a la Casa desertaron del ejército y comenzaron a saquear en represalia diversos dominios al sur de la capital ribereña. Fueron necesarias arduas negociaciones para que los ánimos se calmasen y como mínimo, que los soldados regresasen a Bastión Kar. Nuevamente, la cosa pintaba de mal en peor para Stark, y en búsqueda de mejores oportunidades, ordenó de una vez la marcha hasta Los Gemelos para el casamiento de Edmure.

Grandes Casas De Poniente - Casa Greystark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora