Grandes Casas De Poniente - Casa Greystark.

Los Gemelos II - Juego de Tronos

La marcha hacia el sur transcurrió con normalidad hasta Los Gemelos, los Frey, vasallos del abuelo de Robb Stark, habían sellado sus portones, impidiendo así cruzar al ejércitoa través del río Forca Verde. La tensión creció entre ambos bandos y los norteños apostaron a sus mejores arqueros para abatir a los cuervos que eran enviados al exterior, sin embargo; hasta el momento no lograron captar ningun mensaje sospechoso. El joven y sus más importantes abanderados se congregaron en una tienda para idear el próximo plan.

-Tenemos noticias nuevas del sur, mi señor, Tywin avanza hacia nosotros para presentar batalla. Tal vez hasta nos beneficie, hay que llevarlo a terreno accidentado, así dejaremos a sus jinetes en desventaja en caso de que vayan en serio. Aconsejó Rodrik Cassel, el maestro de armas de Invernalia a Robb.
-¡No! ¡Lo más acertado sería rodearles y acabar con el sitio de Jaime Lannister a Aguasdulces! Si hacéis eso, los señores ribereños se nos unirán. Rebatió Jon Umber “El Gran Jon”.
-En cualquier caso habría que cruzar el río, y de momento Lord Walder Frey sigue sin brindarnos el paso franco. Contestó Stark.
-Aun así, sigue siendo señor vasallo de vuestro padre, mi señora. Dijo Theon Greyjoy, pupilo de Eddard  a Catelyn Tully, presente también en la reunión.

-No llaman “El Tardío” a Walder Frey por ninguna razón, en El Tirdente ni siquiera llegó a tiempo. Hay personas que se toman los juramentos más enserio que otras. Argumentó la ribereña.
-Tiene razón, necesitamos ese cruce. Afirmó Theon.
-¿Y qué hay después? Preguntó Torrhen. Solo nos quedan dos opciones, y eso en caso de que logremos cruzar.¿Arremetemos contra el Matarreyes, o contra Lord Tywin? La reunión se vio interrumpida por la llegada de dos soldados, quienes habían prendido a un extraño. Theon se apresuró a ocultar el mapa de batalla.

-Tranquilo, chico, este no saldrá de esta tienda con cabeza. Dijo Jon con confianza, sosteniendo la vaina de su espada.
-¿Dónde estaba? Quiso saber Robb.
-Unos hombres lo encontraron en la maleza, parecía que contaba. Stark se acercó hacia el espía, quien le miraba con el rabillo de los ojos.
-¿A qué número llegaste?
-A veinte mil, puede que aún mas… Contestó cabizbajo.

-No tenéis porque hacerlo vos, mi señor, vuestro padre lo entendería. Comentó Rodrik a Robb, dando por sentada la ejecución del prisionero.
-Mi padre entiende de clemencia, cuando procede, y entende de honor. Soltadlo. Las orejas de los allí presentes no daban crédito a lo acontecido, no obstante nadie osaba objetar nada. Torrhen intercambió miradas con algunos de los señores. Robb se acercó al oído del espía y exhaló en voz alta.

-Diselo. Dile a Lord Tywin que veinte mil norteños van hacia el sur para ver si es verdad que caga oro.
-Si, mi señor, gracias mi señor. El preso retuvo las ganas de suspirar de alivio, acto después fue escoltado hacia afuera de la tienda. Tras un incómodo silencio El Gran Jon expresó su desacuerdo.

-¿¡Estás chalado, chico, porqué le dejas ir!?
-Llamame chico otra vez… Robb retó a Umber, este reculó.
-Pero mi señor, soltarle significa que ahora Tywin conoce nuestras fuerzas. Protestó Galbart Glover.
-Si, o almenos eso pensará. La verdad que ese tipo me ha dado la solución. Ahora Tywin cree que la totalidad de nuestras fuerzas avanza hacia su dirección, pero no tiene porque ser cierto. La mayor parte de nuestra infantería irá a enfrentarlo en el Forca Verde. Eso nos hará ganar un tiempo crucial, mientras está entretenido, el resto iremos hacia Aguasdulces a levantar el asedio. No solo supondría unir las fuerzas de mi abuelo con las nuestras, sino también, si tenemos suerte, apresar o matar al Matarreyes. Sin un caudillo aceptable los occidentales no lucharán en igualdad.

-Por todos los dioses, tienéis razón, parece un plan bien confeccionado. Admitió Jon.
-¿Si vos estáis en Aguasdulces, quien debería entonces dirigir a la infantería, mi señor? Preguntó Lord Greystark.
-Uhm, a ello vamos…
-Galbart Glover podría dirigir la marcha, gran parte de nuestros hombres de armas de a pie son suyos. Comentó Catelyn.
-Pensad bien en ello, mi señor, necesitaréis alguien con una mente lo suficientemente fría como para no retroceder. Añadió Torrhen. Tras aquella descripción Robb ya tenía clara su designación.
-En ese caso creo que nuestra mejor opción sería Roose Bolton. Ya ha demostrado su experiencia en el Tridente y en la Rebelión de los Greyjoy, estoy seguro de que cumplirá con su misión.
-Estaré encantado de dirigir la infantería, mi señor. Pero aún debemos cruzar el río. Roose, el señor del Fuerte Terror se pronunció.

-Cierto, con todo esto me había olvidado.
-Me temo que nuestra única opción es parlamentar y negociar con Walder, me temo. Agregó Glover.
-¿Y quién irá? Preguntó Cassel.
-Yo lo haré. Contestó Robb.
-¿Vos entrar a los Gemelos? No saldréis de allí si pisáis sus baldosas, mi señor. El Gran Jon mostró de nuevo su desacuerdo.
-No nos queda más remedio, alguien tiene que hacerlo.
-Y ese alguien seré yo. Exclamó Catelyn. Lord Walder me conoce desde que era una niña, jamás me haría daño.
-Amenos que obtenga beneficio a cambio. Umber dejó la posibilidad en el aire.

-Hay que hacerlo, en seiscientos años los Frey no han dejado de cobrar el peaje si no esperan algo a cambio posteriormente, si no hay otra opción debo ser yo quien negocie. Los señores cuchichearon entre ellos sobre el tema, Robb otorgó su permiso.
-Muy bien, negociaréis con él entonces, tened cuidado, por favor. Los dos se abrazaron, segundos después, se encaminó hacia afuera del campamento, montó en un corcel y partió a la fortaleza.

Varias horas después.

Habían pasado tres horas desde la marcha de Lady Catelyn, mientras tanto, los generales aprovecharon para repasar los planes de batalla.

-Una vez neutralizada la caballería debéis apresuraros y capturar el campamento norte antes de que las fuerzas se reagrupen. Comentó Torrhen, revisando un mapa del sitio de Aguasdulces según los informes.
-Entonces una vez terminado, rodeamos el este y el oeste. Sugirió Stark
-Ni hablar, el río que separa el campamento este del último es demasiado grueso para que lo cruce la caballería, y si apostamos hombres en el sur, nos arriesgaríamos a no poder volver a cruzar en caso de que Tywin… La lección de los dos señores se vio interrumpida por la llegada repentina de Catelyn.

-Madre… Se abrazó con ella. ¿Y bien? Todos quisieron saber el destino del cruce.
-Lord Walder os brindará el paso. Todo el mundo suspiró y celebró para sí mismos. Y sus cuatro mil hombres se unirán también a vos, salvo unos cuatrocientos que usará para guardar el castillo de quien te persiga.

-Bien, y que pide a cambio. Catelyn se tomó su tiempo para responder
-Tomarás a su hijo Olyvar como tu escudero, piensa ser armado caballero a su debido tiempo.
-Bien, bien. ¿Y?
-Cuando acabe la guerra, Arya se casará con si hijo Waldron cuando sean mayores de edad.
-No creo que eso vaya a gustarle… ¿Algo más?
-Tu también, cuando la lucha acabe, te casarás con una de sus hijas, la que creáis conveniente. Tiene unas cuantas que considera adecuadas.
-Ya veo… ¿Has podido ver a sus hijas? Greyjoy empezó a reir en tono burlesco.
-Las he visto, hay una… ¿Das tu consentimiento?
-¿Puedo rehusar?
-No si quieres cruzar.
-Entonces consiento. Robb se apresuró a salir de la tienda tras decidirse.

-Muy bien, ya habéis escuchado, hora de ponerse en marcha, hay una guerra que librar. Ordenó Lord Glover. Todos asintieron al unísono.

En breves la hueste se dispuso a montar en sus caballos y a levantar el campamento, la Guarnición de Los Gemelos abrió sus portones para permitir el cruce, marcha a la que se unieron los caballeros de los Frey, en dirección hacia Aguasdulces. La infantería norteña, comandada por Roose Bolton, Harrion Karstark y Wilys manderly, tomó el camino rumbo al sur-este, siguiendo el Forca Verde para presentar batalla a Tywin Lannister y comprarles algo de tiempo.