[En fase de desarrollo]
La Casa Greystark, fundada hace 2.000 años antes de los sucesos de Juego de Tronos se extinguió tras la rebelión de los Reyes Rojos, o almenos eso contaron...
Vive las peripecias de esta rama cadete de la Casa Stark durante l...
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Evelynn ya había perdido la cuenta de cuántos días había permanecido recluida en aquél poste, humillada y maltratada. Las palizas y abusos físicos y psicológicos eran su único desayuno. Llegaron a flagelarla, a golpearla en corro, a producirle cortes en el torso, extremidades y rostro, a simular ahogamientos. Todo ello en vano, no cedió ni un milímetro, prefiriendo su propia muerte a la liberación de los hijos del hierro. Conforme los días pasaban su figura se veía más debilitada, al igual que muchos de los incursores que visitaban su estancia, comenzó a sentir dolores de cabeza acompañados de tos. Había contraido la “enfermedad”, tema de conversación que escuchaba constantemente de parte de sus captores, por lo visto una epidemia azotaba el castillo.
Aquella noche solo gozó de un breve sueño, dormir ya no era siquiera un lujo abundantemente accesible. Los rayos del sol tostaban la parte delantera de su cuerpo. Con visibles heridas en el, era muy tarde para echarse atrás. Horas atrás había recibido la visita de Vickary, no pudo entender nada, ya que se desmayó. Observaba como el chico a su cargo se paseaba alrededor de la sala, intercambiando miradas en constantes ocasiones, llegado un punto en el que no pudo evitar iniciar una conversación.
-Van a violarte esta noche, ¿Sabes? Ya no saben que hacer para que aceptes. Evelynn lo escuchó perfectamente, pero no se dignó a responder. ¿Te sigue dando igual? -Vete a la mierda. Respondió con voz seca, tosió un par de veces. Sus labios estaban agrietados, igual que su lengua. El chico dejó de deambular sin rumbo y se acercó. -¿Por qué lo haces? ¿Por qué no quieres? Le dijo en tono airoso. Vas a matarnos a todos. Es tan fácil como decirles unas palabras y todos en paz. ¿Tanto te cuesta? -¡Que te jodan te digo! Estuvo apunto de saltarle pese a las ataduras. El hijo del hierro se calló por un momento, hasta que decidió volver a hablar. -Solo intentaba hacer lo mejor por vos. Se rascó las muñecas y miró a otra parte. -¿Lo mejor para mí? ¿Después de lo que hicisteis? Se os debería de caer la cara de vergüenza. Me tomáis por puta al igual que por necia, que os den. No voy a cambiar de opinión. -¡No! ¡No lo entendéis! ¡Tenéis una vida, una familia! ¡No las cambiéis por vuestro honor! Se atrevió a levantarle la voz.
-¡Que familia idiota! ¡Me arrebataron la mitad de la que me quedaba! ¡Nunca, nunca os dejaré iros! Gritó con la fuerza que le restaba. Tras una breve pausa, puso en marcha un plan que llevaba maquinado tiempo atrás, dejó que el destino decidiera la suerte de la improvisación. P.. Perdón… Yo no… Entonces la chica rompió a llorar desconsoladamente, sus lágrimas no tardaron en empapar el rasgado camisón. Tímidamente, se acercó a consolarla. -Hey, hey, ya pasó. -Mierda… lo he fastidiado todo. Dijo entre sollozos. -Tranquila. Aún hay tiempo de enmendarlo. Solo tenéis que respirar y tomároslo con calma, ya llegaréis a entrar en razón. Tomad. Agarró una bota de su cinturón y se la ofreció. Se la bebió casi entera de un trago. -Gracias… Tosió. ¿Cómo te llamas? Dijo más calmada. -Urgen. Ya está mejor. ¿Veis? -Lo siento, he armado un escándalo. Es indignante de mi parte. Verás… es que… la cuestión es que si me entrego a Lord Whitehill dudo que vaya a poder regresar a casa… Le informó mirándole a los ojos. Nuestras familias llevaban tiempo enfrentadas y… salir por ese portón… preferiría morir aquí a que me entregasen a Ramsay. La historia pareció conmoverle, se acercó aún más. Vio su corazón accelerado al ver que sus acercamientos daban fruto.