[En fase de desarrollo]
La Casa Greystark, fundada hace 2.000 años antes de los sucesos de Juego de Tronos se extinguió tras la rebelión de los Reyes Rojos, o almenos eso contaron...
Vive las peripecias de esta rama cadete de la Casa Stark durante l...
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La situación en el Castillo Negro rozaba por momentos la denigrancia, los números de la milenaria orden que protegían el reino de los hombres menguaban a diario, los menos de mil hombres que actualmente servían a la Guardia de la Noche parecían insuficientes para la vigilancia del muro, por lo tanto, más que nunca, se veían necesitados de mano de obra. Antiguamente, “vestir el negro” era considerado todo un honor y privilegio entre todas las personas de los Siete Reinos, y muchos caballeros o hijos sin derecho a tierras de diversas casas se prestaban como voluntarios para tomar los votos, no obstante, con el paso de los años esta tradición ha ido desapareciendo hasta reducirse en una escasa cantidad de familias norteñas. Ahora, el Muro no es más que una segunda opción que muchos criminales, forajidos y víctimas de conspiraciones políticas o venganzas personales escogen para salvar la cabeza, por todo eso, la guardia ha perdido su prestigio, por lo que deben de conformarse en su mayoría del reclutamiento de convictos.
Allen Greystark supervisaba personalmente junto a Ser Alliser Thorne la instrucción de aquella morralla en el patio de armas del castillo, evaluando las habilidades de cada uno. Un día, ambos se encontraron en el patio y debatieron sobre la entrada de dos nuevos reclutas un tanto inusuales.
-Así que el bastardo de Invernalia, ¿eh? Dijo Allen. -Ujum, ni más ni menos que Lord Nieve, el bastardo de Eddard Stark, una pieza bastante rara hoy en día, hacía bastante tiempo que no nos traían a uno tan interesante. Exclamó Alliser. -Vaya casualidad, me sigo acordando de mi visita, Ned Stark siempre ha sido un hombre muy fiel a sus tradiciones. No me sorprende al fin y al cabo que se acabe prestando como voluntario, como hizo su tío. -Confiemos en que tenga el mismo caracter que Benjen, de lo contrario dudo mucho de que siga aquí por mucho tiempo, para mí no es más que otro bastardo. -Estoy de acuerdo, el tiempo nos dirá como se desenvuelve. Ambos observaron por un tiempo a los reclutas practicando su manejo de la espada.
-Bueno, pero eso no es todo. Le comentó Alliser. -¿Si? ¿Qué mas nos traen hoy? -Ni más ni menos que a un Tarly del Dominio, Samwell Tarly. Allen arqueó una ceja. -Bueno bueno, deja que piense… ¿Samwell no era el primogénito de Randyll Tarly? -Así es, pero creeme, cuando le veas comprenderás porque ha venido. Desde luego no lo hizo de buena gana como nuestro principito. -Je je, la verdad es que estoy ansioso. Bromeó.
Al cabo de un tiempo un muchacho inmensamente obeso, vestido con ropajes de cuero anchos y una armadura que le quedaba tremendamente pequeña apareció. El resto de reclutas se le quedaron mirando, bromeando sobre su aspecto.
-Muy bien, no seas tímido, diles a todos estos “caballeros” tu nombre. Le ordenó Ser Alliser. -S… Soy Randyll Tarly, de Colina Cuerno. El chaval tartamudeó al presentarse. B… Bueno, vengo de Colina Cuerno… He venido a vestir el negro. -Ha venido a comerse el puddin negro. Bromeó uno de los reclutas. En el castillo le llamaban Rata. -Bueno, no puedes ser peor de lo que pareces. Jon Nieve, que se encontraba al lado se encargó de responder por él.
