Sarsfield I - Choque de Reyes

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osterior a la batalla del Cruce de Bueyes, Robb dividió sus fuerzas y las mandó a diferentes enclaves estratégicos de las Tierras del Occidente. Un pequeño destacamento de mil hombres comandado por Rodrik Ryswell, Torrhen Greystark y Marq Piper fueron despachados a hacerse con las cabezas de ganado que se encontraban en los  prósperos dominios de Lord Donnel Sarsfield, uno de los pocos supervivientes de la batalla anterior. La partida quedó al mando de Greystark, quien pese a ser de menor rango que su señor, Ryswell, era mejor comandante a ojos del Joven Lobo.

Rápidamente los hombres galoparon hasta rodear la fortaleza y desmontar. Los muros eran de una piedra blanca, de unos ocho metros aproximadamente, pero aprovechaban la colina en la que se asentaban para plantear una defensa tenaz a cualquier asaltante. Después de que los sitiadores cavasen trincheras y montasen empalizadas, Lord Sarsfield salió al encuentro de Torrhen para parlamentar. Torrhen le lanzó un ultimátum, que entregase sus bienes y a sí mismo pacíficamente o reduciría las aldeas próximas a cenizas, quemaría los campos, derrumbaría su fortaleza y acabaría con su vida una vez finalizado. Su plazo era de tres días.
Sarsfield se rió y escupió en su oferta, refugiándose en su castillo.
Finalizado el plazo, el norteño cumplió con su promesa, ordenó a las catapultas que terminó de construir aquél día disparar a discreción contra los muros, derribándolos y resquebrajándolos, los infantes  acabaron con el resto y apresaron a Donnel, quien fue ejecutado en persona por él. El resto de su estirpe fueron confinados como prisioneros a Princesa Rosada.

Tras el asedio, los soldados de Piper y Ryswell se cebaron con las villas colindantes, prendiendo fuego a las casas y a los campos de cultivo. Torrhen se mantuvo reacio al saqueo, solo era una amenaza disuasoria, pero tampoco detuvo a los hombres, consideraba deshonroso tener que rebajarse al nivel de Tywin, pero no quería echarse a los hombres de su señor y a los de Marq encima. Pasase lo que pasase, el ejército de Robb tendría su comida.

Al mismo tiempo, en El Risco.

Tras tomar Marcaceniza, la partida del Rey en el Norte asediaba El Risco, fortaleza de la Casa Westerling. Allí Robb confió como comandantes en él mismo, en Jon Umber, “El Pequeño Jon”, en Walder Frey “El Negro”, y en la debutante Evelynn Greystark, que comandaba hombres por primera vez en batalla. Como parte del plan de tomar castillos para obligar a Tywin a salir al encuentro de los norteños, sitiaron la fortaleza y se dispusieron a asaltarla en una noche. Los grupos de Walder Frey “El Negro” y el Pequeño Jon escalaron las murallas, mientras que Robb y Evelynn encabezaron el ataque central con ariete por el centro. La Casa Westerling, pese a ser una antigua y orgullosa Casa, sufría de una precaria situación economía y la escasa guarnición y pobre situación de las puertas decantaron la batalla, la cual fue vencida sin demasiada oposición. No obstante, un flechazo alcanzó el brazo de Robb, quien fue apartado de la lucha. Evelynn comandó en su nombre las fuerzas hasta que Ser Rolph Spicer, castellano del castillo, acabó por rendirlo.

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