[En fase de desarrollo]
La Casa Greystark, fundada hace 2.000 años antes de los sucesos de Juego de Tronos se extinguió tras la rebelión de los Reyes Rojos, o almenos eso contaron...
Vive las peripecias de esta rama cadete de la Casa Stark durante l...
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Con varios días de dura marcha, las tropas de Robb Stark llegaron al Bosque Susurrante, el más próximo a Aguasdulces, en el señorío de Puentetorcido. Algo nevado y silencioso, confirmando las estimaciones de los maestres, que comenzaban a dar por echo el final del verano. Tras comprobar el terreno, los comandantes pudieron afirmar que los arboles eran lo suficientemente gruesos como para ocultar la vista al interior, lo cual permitiría apostar sus huestes adentro sin llamar demasiado la atención.
Fue entonces cuando un grupo de batidores les sorprendieron adentrándose, pero para su sorpresa, el blasón que portaban era aliado, la trucha plateada de los Tully. Un hombre de aspecto serio y canoso se les acercó, vistiendo una armadura de escamas con un emblema de una trucha de sable. Era el Pez Negro.
-Woouh, woouh. Brynden ordenó a su caballo detenerse. Vaya vaya, al fin habéis venido, sobrino. -Tío, que bien volver a veros, pensé que os habían echo prisionero como al resto. Respondió Robb. -Eso ni hablar, muchacho, habrán derrotado nuestro ejército pero no nos han vencido aún, tengo a hombres hostigando las partidas de forrajeros del Matarreyes constantemente, pero la verdad es que hacemos lo que podemos.
-Sobre ello quería hablarte. ¿Con cuántos hombres cuentas? Estamos disponiéndonos para atacar a los hombres de Ser Jaime. -Casi mil dispersos por todo el tridente, la mayoría heridos por las luchas. Tytos Blackwood aún resiste en Aguasdulces con el resto de supervivientes. -Debemos apresurarnos pues. Según mis informes, Roose ha sido derrotado en el Forca Verde, no deben de estar despreocupados por nosotros. Unid vuestros jinetes y acompañadnos a la batalla. El tiempo apremia. -Aguardad, mi señor, atacar con todo ahora sería una locura, primero hay que deshacernos de sus caballos o enviar un ataque al castillo con los ríos de por medio sería un suicidio, estos bosques son idóneos para tender una celada.
-No era mi idea de presentar batalla, pero podría funcionar. ¿Cómo lo habéis pensado? -Esto es la guerra, sobrino, aquí da igual la presentación, lo importante es el resultado. Atraeremos a los jinetes del campamento norte hacia nosotros, preparando un ataque sorpresa con un pequeño número de hombres en estos bosques, mis muchachos llevan aquí ocultos días, no será hoy la excepción. Ese orgulloso rubiales del Matarreyes se encuentra allí, mis jinetes vigilan sus movimientos día y noche. Si le capturamos, es casi media guerra para nosotros. -Concuerdo. ¿Qué haremos con los otros dos campamentos? -Es imposible rodear el campamento este sin ser descubiertos, así que solo podemos eliminar el oeste, pero estad tranquilo, sin su comandante y dos tercios de sus tropas se lo harán encima antes de atreverse a cruzar.
-Suena bien, deberíamos ganar esta batalla con comodidad si todo va según lo planeado. -Observad tranquilo muchacho, vos apostad a vuestros caballeros en semicírculo en el bosque, cuando se adentren al valle ya estarán perdidos, dad la señal entonces.
Tras ponerse de acuerdo, Robb aprestó a sus huestes ocultas entre la maleza del bosque, invisibles a la viste de cualquier que se adentrase en el claro. La unidad de los Greystark se colocó en el flanco izquierdo, capitaneado por Maege Mormont y el propio Torrhen. Él y sus vástagos cabalgaban juntos hasta su posición.
