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OHM

Había tenido una mañana bastante tranquila. Últimamente los días estaban pasando muy desapercibidas y monótonos en mi vida, por lo que me estaba resignando a dejarme llevar por el exterior esperando que me sorprendiera.

Enciendo mi televisor con el único objetivo de encontrar algo que ver en Netflix. El ruido de mi celular empieza a alertarme que mi bandera de entrada tiene un mensaje nuevo. Me parece un tanto extraño que alguien hoy en día se disponga a usar la mensajería por encima de cualquier otra aplicación para chatear.

Decido ignorarlo pues en este momento no me apetece nada más que estar pasando tiempo conmigo mismo en este sofá.

Un tímido ruido en la puerta me hace perder el hilo a las imágenes que llevo rato viendo en el televisor, decido detener por un momento la transmisión e ir a revisar quien toca mi puerta a las 11 de la noche.

Abro la entrada de golpe encontrándome con el cuerpo de Nanon mucho más pálido y delgado desde la última vez que lo vi.

— Hola bonito, pasa por favor — en su rostro se dibuja una sonrisa un tanto rara, como si le estuviera costando mucho trabajo darme un gesto amigable. Pasa sin siquiera contestarme y deja una pequeña mochila sobre mi sillón.

— No sabía que íbamos a cambiar las llamadas a las 3 de la mañana por las visitas inesperadas — intento romper la tensión que sin querer se estaba formando entre los dos.

Sus ojos se encuentran con los míos, y el brillo en ellos me da entender que no la está pasando nada bien.

— Si te molesta, puedo irme, aun alcanzo el ultimo autobús, yo... — me siento a su lado y me permito por impulso acariciar su mejilla intentando que detenga su discurso.

— No digas tonterías, me encanta que estés aquí. ¿Quieres algo de tomar?

— Cerveza está bien, por favor.

Dirijo mis pies descalzos a la cocina, mi instinto de preocupación estaba haciendo que mis impulsos se descontrolaran, quería ayudar a Nanon, era lo único que podía pensar.

Sus piernas temblaban sin que él pudiera controlarlas, yo notaba su nerviosismo, en sus ojos había un sentimiento que me estaba costando trabajo identificar, era como un niño pequeño totalmente indefenso.

— ¿Quieres contarme que te sucede? — sus ojos pasaban de sus rodillas a sus manos que sostenían la cerveza. Estaba decido a obtener respuestas, era mi oportunidad. Tal vez por teléfono se podía escapar finalizando la llamada, pero ahora estaba aquí, frente a mí.

— No sé a qué te refieres Ohm. Mejor hay que ver algo en tu televisor.

— No Nanon, deja de mentirme por favor. No me pidas que crea que estas totalmente bien, cuando han sido meses en los que llevo notando que algo te sucede.

— Estas exagerando por favor, dame el control remoto yo...

— Estoy cansado de todo esto, quiero ayudarte, pero me siento tan perdido. ¿Crees que estoy exagerando por pensar que algo anda mal? Llevas más de 3 meses llamándome todos los días a las 3 de la madrugada, fingiendo que lo haces sin pensar. Me he dado cuenta por las redes sociales, que te la pasas en la casa de tu mamá, con Nonnie o con Love. Estas evitando tu apartamento Nanon, más bien estas evitando quedarte solo — le lanzo mi discurso de manera desesperada.

— Acepto que no estoy pasando por mi mejor momento, pero creo que estas siendo un poco paranoico Ohm — levanta su cerveza del portavaso y alcanzo a notar que está temblando. Se cree el mejor actor del universo, pero yo lo conozco tan bien, que sé que me está mintiendo.

— Nanon estas temblando — tomo la cerveza de sus manos y lo obligo a que me mire a los ojos, en ellos encuentro un huracán de sentimientos.

Ayúdame.

Alcanzo a descifrar en esa mirada que solía estar llena de paz.

— Perdón si te estoy molestando, no debí de haber venido, olvida todas las llamadas, pensé que te gustaba hablar conmigo, pero creo que te estoy haciendo sentir muy incómodo. Yo mejor me voy, perdón por todo esto Ohm, yo solo quería sentirte cerca.

Alcanzo a tomar su mano antes de que se levante del sofá. No quiero que se vaya.

— Por favor quédate, podemos pedir pizza y ver una película — su rostro volvió a embonar una sonrisa tan falsa como la que se colocó al llegar, yo lo sentía, su respiración era irregular, el cuerpo entero le temblaba, Nanon no estaba bien, pero no podía hacer nada si él no me decía que era lo que le pasaba. Sus ojos me gritaban sin control, querían que entendiera el mensaje.

Ayúdame.

Ayúdame.

Ayúdame.

Desvió su mirada de la mía, y sentí como su cuerpo se relajaba. El agarre de mis manos entre las suyas me estaba permitiendo sentir la gran piedra que llevaba cargando sobre sus hombros, de alguna manera por nuestro tacto me estaba mostrando que no solo no estaba pasando por su mejor momento, si no que estaba estancado en un laberinto del que no sabía como salir.

— Acepto tu plan, me quedo.

Y ahí lo entendí todo. Así como las llamadas comenzaron sin fin a la misma hora, las visitas a mi departamento también habían obtenido su meta de salida.

Esta era la primera de las muchas que recibiría en mi futuro próximo.






DANI

Sin luz || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora