51

136 27 30
                                    

OHM

Cuando al fin me alejé de su cuarto comencé a dirigirme al salón con el propósito de ver la televisión... Solo para distraerme un rato. Estaba cansado de pensar tanto todo el tiempo; lo mejor sería ver una película de acción, llena de explosiones y tiroteos que no requiera mucho análisis de mente de mi parte. Mi cabeza necesitaba un descanso de tanta mierda junta y yo se lo iba a dar.

Me dejé caer en el cómodo sofá de Nanon y me acurruqué entre todos sus peluches, sintiéndome realmente a gusto y relajado. Encendí la televisión y cuando quise darme cuenta ya había perdido veinte minutos de mi vida cambiando canales de manera aleatoria, fue así como de repente llegué a los canales de cocina, y entonces me detuve en un programa de pastelería que llamo mi atención. Había una chica rubia y un viejo calvo, y ambos hablaban amenamente y cocinaban con lentitud algo dentro de un recipiente blanco. De fondo sonaba una tranquila música instrumental, lo cual le daba un ambiente cálido al programa.

Media hora después me encontraba casi babeando por los esponjosos brownies que habían sacado del horno. Todos perfectamente cuadrados y alineados. Ambos sonreían a la cámara al probar su preparación. Fruncí el ceño y apagué molesto el televisor, y me puse de pie para caminar de manera veloz a la cocina. ¿Cuál era la gracia de ver un programa de cocina si después no podrás comer? El estómago me suplicaba un poco de aquellos brownies con helado pero yo no sabía cómo hacerle entender que una pantalla nos separaba de nuestro deseo.

Así que lo decidí, iba preparar mis propios brownies caseros y iba conseguir que supieron mejor que los del señor calvo y la chica rubia. Saque mi celular de mi pantalón y Google "receta de brownies sencilla" y me puse a cocinar.

Mientras me ensuciaba las manos de chocolate y harina, diversos pensamientos distraídos comenzaron a invadir mi mente. De pronto ya no me encontraba cocinando para satisfacer mis propias necesidades; ahora había comenzado a pensar en cocinar brownies solo para Nanon. Me imaginaba a mí mismo llevándole los bizcochos de chocolate y a él recibiéndome con una sonrisa que le marcara al máximo los hoyuelos de sus mejillas. Sonreí de lado pensando en la posibilidad de poder animarle después de nuestros fracasos al visitar las iglesias. Quería despejar su mente y comer los deliciosos brownies a su lado. Solo los dos, sin ningún problema adicional de por medio...

Cursi, cursi, cursi, cursi...

Negué con la cabeza repetidas veces, intentando despejar mis pensamientos llenos de serpentinas y brillitos.

La cocina queda echa un asco, pero luego de unos arduos minutos interminables de trabajo gastronómico, logre sacar del horno mis propios brownies caseros. No lucían tan perfectos como los de la televisión, pero para ser la primera vez que los preparaba consideraba que había hecho muy buen trabajo.

Con una sonrisa boba en mis labios sostuve la bandeja entre mis manos y comencé a caminar rápidamente hacia la habitación de mi Nanon, el tiempo se me había pasado volando por lo que caí en cuenta que ya era hora prudente de ponerle fin a su siesta.

Cuando me encontré frente a la puerta decidí abrir con lentitud espiando primero desde afuera de la habitación. Pero lo que no me esperaba es que el cuarto estuviera completamente vació y obscurecido por la falta de luz natural por las cortinas extremamente cerradas, cortinas que yo no había cerrado anteriormente.

Fruncí el ceño al descubrir que Nanon no estaba acostado en la cama como yo creía, ¿había estado despierto todo este tiempo? Entre rápidamente a la habitación buscándolo con mi mirada inquieta. Deje la bandeja con comida en la mesita próxima a la cama, y luego me dirigí hacia las ventanas con la intención de abrirlas para que la luz solar entrara por ellas.

Sin luz || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora