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NANON

No tuve tiempo de procesar la información que tenía frente a mis ojos, ya que, espontáneamente el espejo colapso y sufrió una especie de explosión, estallando frente a mí y haciendo que afilados pedazos de vidrios salieran despedidos para todos lados. Apenas tuve tiempo de cubrirme el rostro antes de sentir cortes en mi piel descubierta. El ardor me hizo soltar un quejido mientras me dejaba caer al suelo mojado.

No me atreví a levantar la mirada. Tan solo me quede quieto cubriéndome el rostro, el cual no había sido cortado como mis brazos ahora sangrantes. Estaba aturdido y embotado de dolor, terror y debilidad. Una horrible mezcla que me dejo paralizado y con los ojos abiertos bajo mis manos. Estaba demasiado atemorizado como para poder hacer o decir algo.

No podía ser verdad. Debí equivocarme. Lo que vi en el espejo no podía ser verdad.

Mis dudas fueron despejadas cuando me atreví a quitarme las manos de la cara.

— No — exhalé, al ver sus piecitos lastimados cerca de mí. Luego cerré mis ojos con fuerza, intentando fingir que no había visto nada. Que solo era mi mente jugándome una mala broma.

Mi corazón dio un vuelco cuando sentí una de sus manos posándose en mi cabello aun húmedo. A pesar de tener los ojos cerrados pude darme cuenta de que la luz se apagó al mismo tiempo, logrando que las primeras lagrimas se escaparan.

Quise gritar, quise pedir ayuda, llamar a Ohm, a quien fuera. Quise salir corriendo, pero aún estaba paralizado de miedo. No pude hacer nada.

Mientras tanto ella hablo con un susurro seco y cortante.

— Se acabó.

— No — volví a negar con la cabeza sin mirarla, intentando quitarme su mano de encima — No deberías de estar aquí.

— Tuve que volver — respondió.

— No es justo — sollocé aterrado — Dijiste que me dejarías en paz — reclamé, presionando con furia mis manos contra mi cara — ¡No deberías de estar aquí! — exclamé con voz quebrada.

— Tuve que volver — repitió con el mismo tono de voz — Ahora estas solo.

— No estoy solo — me atreví a gruñir — He estado acompañado por Ohm. Mientras él siga a mi lado no tengo nada de qué preocuparme. ¡No te necesito!

— Hermano...

— No me llames así — levanté mi mirada cristalizada hacia ella, clavando mis ojos en su rostro muerto que apenas se veía debido a la obscuridad que nos rodeaba.

A pesar de ello pude percatarme de que me miraba con lastima.

— Siento mucho tu perdida — pronuncio lúgubre, dejándome desconcertado.

— ¿Qué...?

— ¿No te has preguntado por qué Ohm no ha vuelto?

Mi corazón se detuvo de un momento a otro.

— Fue a comprar comida, dijo que no tardaría en volver — expliqué, intentando no mostrar inseguridad.

Nitcha hizo una mueca.

— Falleció — dijo simplemente.

Sonreí, negándome a creerlo.

— Mentira.

— No tengo porque mentirte. He vuelto porque él se ha ido.

— ¡Cállate! — grité, llevándome con rapidez las manos a los oídos — ¡Todo lo que haces es mentir!

Sin luz || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora