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OHM

A la mañana siguiente el tiempo se me paso volando. Todo comenzó a acontecer velozmente a mí alrededor, tanto así que cerca de medio día ya me encontraba a bordo del autobús que me llevaría al centro de la ciudad. Tenía mi cabeza demasiado ocupada como para ponerme a pensar en otra cosa que no fuera saber que era lo que le había sucedido a Nanon.

Al llegar a mi destino, tuve que tomar un taxi que me llevara a mi departamento, a pesar de que este no estaba muy alejado de la estación de autobuses. Afuera llovía mucho y la verdad es que no tenía ánimos de cargar mi maleta a pie. El clima nublado había hecho hacerme sentir decaído, algo solitario. Incluso sentí deseos de darle directamente la dirección de Nanon al taxista, pero al final termine por desistir, pensando que al menos tenía que ir a ver a los cuyos, darles comida y dejar mis cosas en casa. Luego ya tendría tiempo de ir con Nanon.

Mi departamento lucia empolvado y tenía un aroma a encierro bastante pesado que me hizo arrugar el ceño con disgusto en cuanto entre. Cerré la puerta dejando mi maleta junto al sillón en el suelo.

Luego de una hora en el lugar, me sentía con el estómago lleno y satisfecho después de haberme hecho unos macarrones con queso que, para haber sido preparados de manera improvisada, estaban bastante buenos. Hacía ya unos minutos que estaba intentando llamar a Nanon, tenía la esperanza de que me respondiera. Pero si no lo hacía estaba decidido a ir a buscarlo a su departamento aunque el clima fuera una mierda.

Me sorprendí al notar que la llamada que estaba haciendo en ese momento se cortaba antes de tiempo, por lo que rápidamente aleje mi celular con desconcierto, todas las otras veces sonaba unos cuantos tonos y luego se dirigía al buzón.

— ¿Me rechazo la llamada? — murmuré luego de escuchar un tono de voz rebotica diciendo que el numero al que había marcado estaba ocupado. Aquello solo significaba que él estaba consciente de mis llamadas entrantes, y también significaba que él no deseaba hablar conmigo.

Me puse de pie decidido en ir a buscarlo. Ya habían sido suficientes suposiciones, era hora de aclarar todo de una buena vez, él mismo me lo aclararía.

"Estoy en Bangkok, ahora mismo voy a tu apartamento. Hablemos".

Tecleé aquello en un rápido mensaje que le envié a su número. Tome mi abrigo y me encamine a la puerta para dirigirme en su búsqueda.

Justo en ese instante mi celular resonó brevemente dentro del bolsillo de mi abrigo. Reconocí el sonido, sabiendo que me había llegado un mensaje.

Abrí mucho los ojos cuando me di cuenta que la notificación era de parte de Nanon, realmente no me esperaba una respuesta. Abrí el mensaje, impaciente...

"No vayas a mi departamento".

Decía en la pantalla. Solo eso. Suspiré, internamente emocionado por haber recibido un mensaje de su parte. Aunque no era precisamente lo que quería leer.

"No me importa que no quieras verme, iré de todos modos".

Respondí, y a los pocos segundo volví a sorprenderme al recibir de nuevo una respuesta inmediata.

"No estoy allí".

Decía esta vez, respire con pesadez, recargando mi cabeza en la puerta.

"No me mientas".

"Es en serio, estoy en Ámsterdam".

Abrí mucho los ojos al leer aquel mensaje.

"¿Te fuiste? ¿Por qué no me dijiste nada?".

"Porque quise alejarme, ya déjame en paz, Ohm. Todos están aquí conmigo. Creen que mejorare manteniéndome aislado, y yo también lo prefiero".

"Ya habíamos intentado eso, Nanon. Por favor déjame ir contigo".

"No te necesito".

Pestañeé consternado, alejando inconscientemente mi rostro del celular, ¿no me necesitaba? ¿En serio había escrito eso? Fruncí el ceño, negando con la cabeza, sin poder creérmelo. Era la mentira más grande que alguna vez Nanon me había dicho. Una completa estupidez. Él si me necesitaba, me había hecho prometerle muchas veces que no me alejaría de su lado, ¿y ahora me viene con esto?

"Ok, si no quieres verme ahora lo entiendo, pero deja de mentir".

Respondí cortante, pero no contaba con que él podía serlo más que yo.

"Adiós, Ohm".

Bufé frustrado, guardándome el celular en el bolsillo con enojo. En serio ya no reconocía a Nanon, no lo entendía. Necesitaba ver sus ojos para por lo menos poder interpretar sus emociones internas.

Esa tarde termine yendo a su departamento de todos modos, sospechando que tal vez me estaba mintiendo infantilmente para que yo no lo buscara, pero para mí desgracia, Nanon si decía la verdad en cuanto a su estadía. No estaba allí.

"Al menos dime que estas bien".

Le envié un nuevo mensaje, al volver cansado a mi departamento. Odiaba no verle de frente, odiaba no poder acompañarlo. Su familia no sabía de "su problema", no como yo... Por lo que allá prácticamente seguía estando solo.

La respuesta no llegó al instante como las veces anteriores, incluso tardo cuatro largos días que fueron insufribles para mí. Seguramente su celular estaba lleno de cientos y cientos de llamadas mías, pero de verdad estaba demasiado preocupado para dejar de pensar en él. Además los cuatro días acontecidos cumplían con la dichosa semana de vida que le quedaba.

Aquella mañana estaba a punto de llamar a su madre, estaba dispuesto a usar cualquier medio para comunicarme con él, pero justo en el momento en el que iba a marcar el número, un nuevo mensaje ilumino mi pantalla. Un mensaje de él que me paralizo por algunos segundos.

Lo abrí con manos temblorosas, luego de tragar saliva con dificultad.

"Estoy bien... Supongo que ella solo quiso asustarme con todo esto. Es lo que siempre hace. Pero hace mucho no la veo, en serio Ohm. Tal vez ya se cansó de mí y yo estoy cansado de ella. Muy cansado. Quiero quedarme aquí en Ámsterdam un tiempo, tú sabes que hay mucha paz en este lugar, y ahora la necesito. No te preocupes por mí, tal vez cuando vuelva podamos vernos de nuevo. Pero por ahora tú has tus cosas y yo haré las mías sin depender de nadie. Ya te quite demasiado tiempo en el pasado, perdona".

Luego de leer el mensaje con suma atención me sentí bloqueado. Como si la cantidad de sentimientos encontrados que se posaron de repente en mí, no me dejaran reaccionar.

¿Nanon acababa de terminar lo nuestro?... Un "nuestro", que en verdad nunca había llegado a tener nombre en sí, a excepción de la última noche que nos vimos donde le pedí ser mi novio y él aceptó.

Releí el mensaje varias veces hasta que por fin pude entenderlo. Él me decía que estaba feliz y tranquilo y aunque yo me sentía frustrado por estar lejos, estaba dispuesto a respetar su decisión, aunque no me gustara.

"Cuídate, estaré esperándote".

Conteste después de un rato, y en verdad iba a hacerlo. Yo iba a estar aquí en el mismo lugar hasta que él regresara a mí lado, porque quería estar junto a él. Porque lo amaba. 






DANI

Sin luz || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora