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OHM

Nunca en toda mi vida y lo juro por la misma que nunca había visto la piel de Nanon tan roja como en está mañana. Estaba tan sonrojado cuando me levanté que lo primero que hice fue regalarle mi sonrisa más sincera. Una hermosa manera de empezar el día.

— ¿Qué es lo que te parece tan gracioso Ohm? — preguntó, separándose de mí rápidamente. Habíamos despertado en los brazos del otro. Yo no hallaba que responderle. No me estaba riendo por nada en específico, estaba simplemente feliz.

A pesar de sus preguntas acompañadas de un ceño fruncido de confusión, yo no podía dejar de reír... Y es que la imagen de Nanon con las pupilas dilatadas, observándome atentamente sin dejar de abrazarme fue suficiente para activar mi sonrisa de manera instantánea.

— Si no me dices de que te ríes me voy a enojar — se puso de pie entre gruñidos frustrados — Mejor no, hace frío — se quejó buscando con su mirada algún abrigo. Se rodeó a si mismo con sus manos y camino descalzo por la habitación sin dejar de fruncir el ceño.

— Eres un bebé — seguí riendo en un tono más bajo, siguiéndole con mi mirada perezosa — Ven aquí, yo te protejo del frío — le ofrecí, abriendo mis brazos hacia él dramáticamente, quería hacerlo reír, pero dejando todas las bromas de lado, no me parecía mala idea que volviera a acostarse a mi lado otro rato más, estaba muy a gusto y no me estaba costando trabajo admitirlo. El tono de su piel seguía vivo y potente sobre la zona de las mejillas, pero en el resto de su rostro se iba desvaneciendo lentamente. Sonreí volviendo mis brazos a una posición normal y me acurruque de costado aun entre las sabanas, viendo como él sacaba del armario una prenda mía mucho más abrigada. Se la colocó sobre su camiseta y luego se rascó su cabello alborotado distraídamente, evitando cruzar su mirada con la mía. No era la primera vez que se ponía mi ropa, pero en esta ocasión se sentía diferente. Positivamente diferente — Iré a la cocina a prepararte algo de comer — dijo comenzando a caminar hacia la puerta — Tu estomago hambriento me despertó con sus gruñidos hace unos minutos — explicó rápidamente, colocándose unos calcetines en sus pies desnudos.

— Perdona, no te dejé dormir bien anoche — me disculpé, recordando que también le había despertado con mi pesadilla. De solo recordarla, sentía terribles sensaciones. La había sentido tan real.

— No te preocupes. Ya estoy despierto, vuelvo en un momento.

— Espera... Iré contigo — le detuve, sentándome en la cama — Necesito estirarme un poco ¿Cuánto dormimos?

— No lo sé — negó, apoyándose en el marco de la puerta, viendo como yo me ponía de pie pausadamente, preparándome luego para salir del cuarto — Pero estoy seguro de que estuvimos inconscientes un largo rato — suspiró con nerviosismo.

— Nos pasamos — resoplé caminando hacia él.

— Vamonos ya... Seguramente mi madre necesita ayuda o algo... — y luego de decir aquellas palabras salió de la habitación, dándome la espalda.

Suspiré.

— Espera — atrapé su brazo delgado entre mis manos. Volteó a verme con curiosidad, y yo, luego de tragar saliva, me atreví a acercarme un poco más a su anatomía, pestañeando con nerviosismo e inquietud — Yo... Sobre lo que paso anoche... — tartamudeé bajando mis ojos hacia mis pies, sin poderle sostener la mirada intensa que me estaba dedicando. ¿Qué debería decir? Seguramente ahora era yo el que tenía la cara roja de vergüenza... Pero teníamos que hablar sobre lo que había sucedido ¿verdad? ¿O acaso sería igual que las veces anteriores? Darnos besos por las noches y olvidarlo por la mañana... No quería que eso se hiciera costumbre entre nosotros, ¿pero que debería decirle para no cagarla?

— Ohm... — murmuró; no era necesario levantar la voz, porque estábamos muy cerca uno del otro. Sentí como una de sus manos se dirigía hacia mi mentón, y luego sus dedos suaves me obligaron a levantar mi rostro, haciendo que mis ojos volvieran a clavarse en los suyos — Todo... Lo que te dije anoche... — comenzó a decir en un hilo de voz ansioso —...Todo era verdad. No voy a mentirte. Y yo... Yo no sé cómo, en que momento paso... Pero simplemente lo hizo ¿entiendes?... Paso — podía notar que estaba nervioso por como temblaba levemente. Quitó su mano de mi rostro y esta vez fue él quien bajo su mirada rendida, estaba ocultando sus ojos aguados de los míos, pero yo ya los había visto — Ni siquiera puedo creerme que todo esto sea verdad... Pero lo es. Lo que siento por ti es real. Y te voy a ser sincero, ¿de acuerdo?... No esperaba para nada que me correspondieras.

— Yo... Siempre te he querido... Mucho — aquellas fueras las únicas y patéticas palabras que lograron salir de mis labios adormecidos.

— Lo se, yo también te he querido siempre... Y demasiado. Nunca me ha dado vergüenza admitirlo en voz alta, eso lo sabes bien, pero esto... Esto va más allá de solo querer — levantó sus ojos hacia los míos casi con esfuerzo y luego exhalo todo el aire de sus pulmones, exasperado — Deberías de darme un golpe en la cara para que deje de decir tantas tonterias — pidió desesperado, sorprendiéndome. Reí abochornado por lo patético de la situación y él no tardó en reír también. Nos estábamos comportando como dos adolescentes que se confesaban su amor por primera vez.

Le miré mordiendo una pequeña parte de su labio inferior curvado, contento por escuchar su risa. Sentí un repentino calor incomodo en mis mejillas pero lo ignoré. Y jugandomela completamente, me acerque más a su rostro, su risa se corto de golpe al verme tan próximo. Y cuando mis ojos miraron aquellos labios rosados, pude jurar que su respiración también se corto por completo. Me acerqué y ladeé mi rostro, sintiendo mis parpados pesados, así que les dejé entrecerrarse un poco, y luego, finalmente... Me atreví.

Dejé un diminuto e inocente beso en sus labios. Esperaba que con eso fuera suficiente, esperaba que con eso... Entendiera. Que esto iba en serio, que lo quería en serio.







Holaaaa. No estoy muerta, lamento haber tardado en actualizar, pasaron cosas en mi vida que me estaba complicando hacerlo, pero ahora todo se encuentra muchísimo mejor. Ahora si volvemos a los viernes de actualización, como antes.

Les amo y les extrañé mucho. 



DANI

Sin luz || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora