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OHM

— Ohm deja de abrazarme, mamá ya los está esperando en el auto, vamos a perder el vuelo si sigues — mi hermano me regañó. Ya había pasado dos semanas desde que finalmente acepté ir con Nanon a Ámsterdam y aun seguía pareciéndome una locura, y aunque sí lo era, era una muy real.

Suspiré una vez más y sostuve la manija de mi gran maleta con mi mano, para luego comenzar a caminar fuera de la habitación.

Mi madre se había mostrado muy feliz y emocionada cuando le comente que al fin había decidido irme con Nanon. Nunca voy a olvidar que comenzó a dar saltitos de emoción y me aconsejó que no tuviera miedo de sentir. Ella estaba segura que con este viaje mis sentimientos se iban a aclarar, pero yo aun no tenía claro de que sentimientos hablaba.

— ¡Ohm, apúrate! — gritó esta vez más Nanon desde el salón.

— ¡Ya voy! — salí de la habitación y me aproximé hacia su ubicación. Era consciente de que mi tardado despido de mi hermano había sido bastante exagerado. Después de todo hacía meses que me había mudado de la casa de mi madre y duraba largas temporadas sin verlo, esta solo sería una más. Pero más que despedirme de mi hermano, estaba aprovechando para despedirme de todo, espantar los miedos que tenia y cobrar energía para lo que venía.

Dejé mi enorme maleta al lado de la suya y estire un poco mi espalda mientras terminábamos de subir las cosas al auto, después de todo iba a ser un viaje bastante largo y quería estar preparado para aguantar las horas de estar sentado en el tubo volador de metal.

Subimos al auto camino al aeropuerto, las manos me sudaban, podía notarlo pero preferí ignorarlas. Me propuse fijar mi vista por la ventana del coche mirando con añoranza las calles de mi ciudad, que por un par de meses estarían tan lejos de mí.

— ¿Qué tanto hacías hablando con Tanat? — en el rosto de Nanon alcancé a percibir una sonrisa burlona, de esas que le marcaban los hoyuelos.

— Me estaba despidiendo de él, tiene celos de ti, porque últimamente ya no habíamos venido a visitarlo, toda mi atención es para ti — bromeé aunque no mentía del todo.

— Pues tiene razón.

Suspiré.

— Ohm... — miré rápidamente a Nanon, el cual me había llamado con voz débil, parecía perdido en sus pensamientos — ¿Tú en verdad quieres venir conmigo a Ámsterdam? Es decir... Parece que no estás muy contento de ir y sé que ahora no tiene mucho sentido decirte esto pero... No quiero obligarte. En serio yo... No te sientas obligado. Puedo entender que...

— Necesito que guardes silencio — o interrumpí poniendo mis ojos en blanco, su mirada se clavo en mis ojos — Mírame, tengo mi maleta en la cajuela, me organicé con New para que subiera un par de vídeos y fotos que tenía guardados a mi Instagram, llamé a Tay, First y muchos amigos más diciendo que me iba a Ámsterdam, hablé con mis padres y soporté las ideas raras de mi padre, hice todo eso para hacer este viaje, y ¿tú piensas que no me quiero ir?

— ¿Seguro? — murmuró.

— Seguro — afirmé sonriéndole, borrando mi anterior seriedad.

Me devolvió la sonrisa y no pude evitar perderme en esos ojos con las pestañas más lindas del mundo que me observaban con felicidad desbordante. Antes esos ojos parecían estar suplicando por ayuda constante, pero ahora podía ver un nuevo brillo resplandeciente que me obligaba a ensanchar mi sonrisa boba. Ese tono achocolatado que a veces era totalmente opacado por el color marrón, ahora se notaba más que nunca, era tan radiante.

Recordé cuando me había rencontrado con Nanon al volver de la casa de mi madre, me sorprendí al verlo tan sonriente y saludable. Su delgadez seguía allí y aunque seguía teniendo algo de fiebre, su dentadura blanca opacaba sus malestares interiores. Al menos yo lo veía así.

Y saber que la razón de su felicidad era que yo iba con él a Ámsterdam... Me estrujo el corazón.

Parecía un niño que había conseguido lo que quería después de años y años pidiéndolo por favor.

¿Por qué me había costado tanto trabajo decidirme?... Si yo hubiera sabido que él mejoraría tanto con el simple hecho de yo acceder en acompañarlo, hubiera aceptado desde el primer momento.

— Ya llegamos — dijo Nanon rápidamente — ¿Estás listo? — posó sus ojos en mi una vez más.

Alcancé a ver un pequeño sonrojo en su rostro expectante. Cosa que me había hecho sonreír ¿de qué se avergonzaba?

— Listo — sonrío y moví mi cuerpo hacia la puerta del auto.

Era la hora, estaba realmente emocionado. Confiaba que de ahora en adelante las cosas mejorarían. Que este viaje sería la clave para soltar nuestros miedos, y vaya que ambos teníamos mucho trabajo que hacer respeto a eso. 








Tengo 7 historias en borradores que ya quiero subir de una, pero estoy reprimiendo ese impulso de idiotez y esperar el momento oportuno jajaja.


DANI

Sin luz || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora