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OHM

Ingresé a mi habitación y cerré la puerta tras mi espalda, recostándome luego en la cama y sosteniendo mi celular, el cual no se había movido de su lugar desde que esta mañana lo arrojé después de hablar con New. Ahora me sentía mal. Culpable. Él solo quería ayudarme y lo había hecho a un lado olímpicamente. Le llamaría más tarde.

Marqué el número de Nanon de manera distraída, sin esperar nada la verdad, pero fue entonces cuando escuché un ruido extraño desde el otro lado, esta vez uno diferente al de la vocecita irritante de la operadora. Los tonos se cortaron y yo me concentre solamente en los sonidos.

Hola — cuando los extraños sonidos cesaron pude apreciar que su voz seguía un poco ronca, como si se acabara de levantar.

— Na-Nanon — tartamudeo bastante descolocado, no tenía esperanza de recibir respuesta de su parte después de haber sido ignorado al iniciar el día.

¿Quién es? — parecía desorientado, como si estuviera hablando entre la conciencia y el sueño. Me lo imagino en su cama acostado con el cabello despeinado y con ese aire de ternura que desprendía cada vez que se levantaba temprano con sus ojitos achinados y vidriosos. Pero eran las 7 de la tarde ¿qué hacia durmiendo?

— Ohm — respondí con voz de locutor. Sonriendo bobamente. Nunca pensé que me sentiría tan aliviado al escuchar su voz, aunque sonara terriblemente débil.

¿Ohm? ¿Qué quieres? — susurró, parecía que en cualquier momento se dormiría otra vez.

— ¡Oye tranquilo! Estuve llamándote toda la mañana, ¿por qué no me contestabas en celular?

Estaba organizando — bostezó — ...Organizando todo para esta noche. Terminé de empacar algunas cosas y dejé a los hurones con un vecino buena gente — casi se me escapó preguntarle por Sumi, lo bueno que me mordí la lengua. Había olvidado por completo que yo había dejado al animal envuelto en una sabana dentro de su departamento.

¿...Y Sumi? — murmuré aun así, quería saber lo que había hecho con él.

— Ya lo sepulté — soltó en un pequeño suspiro — En un parque cerca de la casa de mi madre, es bonito — pude sentir su tristeza desde el otro lado de la línea.

"Fue ella", recordé que me había dicho cuando lo vi en el salón de rodillas y con las manos ensangrentadas junto al cuerpo sin vida del canino.

No había nadie además de nosotros allí. Aquello lo sabía muy bien. Entonces ¿quién había sido?

Me estremecí al tener una idea realmente aterradora que deseche al instante. Pero era la única explicación coherente y eso me daba miedo.

— Lamento no haber estado ahí — en verdad me había arrepentido de no haberle acompañando cuando se despidió finalmente de Nanon.

Ya pasó. No te preocupes — parecía haberse despertado un poco más.

— ¿Estabas durmiendo? — intenté cambiar de tema.

—Sí, me la he pasado la mayor parte del día en la cama. No me siento muy bien de salud y... No quería viajar con fiebre — suspiré preocupado.

— ¿Estas con fiebre? ¿Te sientes muy mal? Puedo ir a verte si qui...

— Estoy bien Ohm, deja de preocuparte — el ambiente estaba tenso entre nosotros y es que nuestra última conversación no había sido muy amigable. Me incomodaba estar así con él. Me molestaba que ambos estuviéramos ignorando los problemas como si tuviéramos amnesia.

Sin luz || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora