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OHM

— Ven siéntate — me hablaba con mucha tranquilidad, como si mi comportamiento lo tuviera tan asustado como me tenía el suyo. Me sentó en su sofá en un intento por cuidarme, puse toda mi energía en tranquilizar mis nervios, quería enfocar mi atención en él.

Tomó asiento frente a mí, pero no me atrevía a abrir los ojos, tenía un nudo en la garganta que me hacía permanecer inmóvil.

— Ohm — hizo una caricia sobre mi cabello — ¿Qué sucedió? ¿Pasó algo con tu familia? — su voz se escuchaba realmente preocupada y no lo culpaba. Cualquiera que me viera en este momento podría pensar que estoy pasando por el peor momento de mi vida.

Negué con la cabeza entreabriendo mis ojos.

Me sorprendí al notar que el ambiente estaba bastante obscuro, normalmente la casa solía estar muy iluminada a Nanon le gustaba mucho la luz natural, pero como habían mencionado Chimon y Perth todo se sentía apagado y frio. Y cuando dirijo mis ojos a los de Nanon, pude notar que la casa no era lo único que se percibía apagado.

— Te preparare un té, para quitarte el frio del cuerpo se levantó sin esperar respuesta de mi parte y caminó hacia la cocina. Observé preocupado los brazos demasiado huesudos de Nanon, ocultos por la gran camiseta que le tapaba hasta la cintura, llevaba también unos pantalones sueltos y abrigados y tenía los pies descalzos.

— Non — me empecé a sentir repentinamente débil, como si algo me quitara las fuerzas. Rápidamente lo relacioné con mi reciente descarga de adrenalina e intenté concentrarme en Nanon.

— ¿Sí?

— ¿Estás bien? — estaba realmente preocupado. Noté que se tomó más de la cuenta en responder.

— ...Sí.

— ¿Por qué todo esta tan obscuro? — me puse de pie y pude sentir un pequeño tambaleó que logro marearme.

— Solo no me apetecía que entrara tanta luz en la casa, estaba durmiendo.

— Pero no hay luz ahora — me adentré en la cocina prestándole atención a sus manos temblorosas preparando la cafetera, me daba la espalda — ¿Non?

— ¿Ya te siente mejor? — preguntó sonriendo, girándose hacia mí — El café estará listo en un minuto, quieres contarme porque me llamabas a los gritos hace un momento — se carcajeó.

Sabía que me mentía.

Nanon se echó hacia atrás de manera asustada al notar que me acercaba hacia él con demasiada brusquedad. Lo acorralé con las fuerzas que me quedaban contra la pared y coloqué mis manos apoyándolas a cada lado de su cabeza. Nos quedamos cara a cara.

— No me mientas — reclamé en un gruñido — ¡No me mientas más! — estaba realmente enfadado golpee la pared en un intento desesperado porque me dijera la verdad — Estoy aquí Nanon, para ti, mírame maldita sea, quiero ayudarte, pero necesito que dejes de mentirme.

Observé sus ojos cristalizarse con rapidez.

— Yo... E-estoy bie...

— ¡No! — grité, golpeando la pared una vez más. Él cerro los parpados sobresaltado, jamás me había portado así con él, comprendía su miedo pues hasta yo mismo comenzaba a temer por mi comportamiento — No me digas que estas bien porque no lo estas, no soy estúpido Nanon, y tú tampoco lo eres.

— ¡No grites! — comenzaba a respirar agitado al igual que yo. Sus sollozos hacían que mi corazón se apachurrara pues sentía todo el dolor que estaba sintiendo, porque de alguna manera estábamos conectados.

— ¿Por qué me escondes tus problemas? aquí estoy para ti. ¡Háblame joder!

— ¡No, cállate!

— ¿Por qué?... Mírame, suéltalo de una vez.

— Tengo miedo — sus lágrimas caían una tras otras sin intención de detenerse.

¿Miedo?

Me separé levemente de su cuerpo, contemplando con los ojos bien abiertos como intentaba tapar el sollozo de su boca con su mano. Jamás... Jamás había visto a Nanon llorar de esta manera y aquello me inquieto muchísimo. Alcancé a ver como sus piernas se flexionaban repentinamente y me agaché hacia él de manera rápida. Lo sostuve de los brazos antes de que se cayera por completo y ambos quedamos sentados en el suelo.

— ¿A qué le tienes miedo? — estaba realmente desconcertado, quería entenderlo.

Sollozó con más fuerza, negando con la cabeza y entonces quitó la mano de su boca para luego rodearme con sus brazos fuertemente. Le abracé por la espalda, pegándolo a mi cuerpo, dejando que se desahogara en mi hombro libremente.

Ya habían sido demasiadas preguntas por hoy.







DANI

Sin luz || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora