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OHM

Temblé y me aferré con más fuerza su cuerpo delgado y mojado por agua de lluvia contra el mío. Al notar que estaba temblando reaccione y comencé a adentrarlo al departamento, cerrando la puerta y caminando a duras penas hasta el salón nuevamente sin dejar de sostenerlo. Pateé las latas de cerveza que se encontraban en el suelo y luego lo recosté con mucho esfuerzo en el sofá.

— ¿Nanon? — murmuré con los ojos abiertos de par en par cuando pude ver claramente su rostro. Estaba demasiado delgado y muy pálido. Su mandíbula y sus pómulos estaban tan marcados que parecía una calavera. Me sentí aterrado al ver sus mejillas hundidas, sus parpados caídos y las orejas negras que le obscurecían el rostro a pesar de su palidez. No tenía golpes ni cortes como aquel rostro que vi en la morgue junto a Co, pero se veía demacrado y sucio. Totalmente desmejorado. Acerque mi mano al ver que la comisura de sus labios agrietados estaba ligeramente lastimada. Aquello si era un golpe estaba seguro, un golpe que ya había comenzado a sanar hace tiempo.

Antes de que pudiera tocarlo para asegurarme de que esto no era un maldito sueño o pesadilla, Nanon abrió los ojos y pude ver como su estómago se contaría con brusquedad. Me aparte asustado al verlo incorporarse con todas sus extremidades temblando, y luego me quede viendo cómo se inclinaba hacia el suelo y agachaba su cabeza. Los hombros se le tensaron al tiempo que agachaba su nuca y contraía su cuello en movimientos violentos. Entonces supe que quería vomitar. Lo supe un segundo antes de que él expulsara con una mueca de dolor todos aquellos fluidos que lo estaban ahogando. Me tapé la boca con una mano al notar el daño que él estaba sintiendo al vomitar. No supe que hacer, por lo que solo me quedé viendo como estúpido, totalmente inmovilizado y asustado. Aun sin poder creérmelo.

Cuando Nanon terminó de expulsar todo cerro sus ojos débilmente y respiro un par de veces de manera profunda, intentando recuperar el aliento, aunque se le estaba haciendo muy difícil. Todo estaba pasando tan rápido que no tuve tiempo de recomponerme cuando Nanon comenzó a vomitar de nuevo, pero esta vez no vomito solo fluidos. De su boca salió algo que yo no supe identificar hasta que cayó al suelo. Lo tosió fuertemente, y luego su cuerpo se relajó. Logró calmarse y luego se dejó caer en el sofá, teniendo las mejillas llenas de lágrimas por el esfuerzo que había realizado y la respiración un poco agitada.

Temerosamente clave mis ojos en aquello que había vomitado y que ahora estaba en el suelo junto al sofá. Era una cosa negra de tamaño mediano, tuve que acercarme un poco para que mis ojos lograran identificarlo. En cuanto comprendí lo que era, el desconcierto, la sorpresa y el horror me revolvieron el estómago y me hicieron perder el equilibrio. Quedé sentado en el suelo y con lágrimas en los ojos, viendo aquella araña muerta deformada por los líquidos. Era una tarántula, se podía ver fácilmente que era una tarántula. Una demasiado grande tal vez.

Me pasé la mano por el pelo intentando recuperarme de una buena vez para atender a Nanon, que seguramente ya se había quedado inconsciente en el sofá. Los latidos descontrolados de mi corazón no estaban ayudando.

Tomé una gran bocanada de aire, intentando que mi corazón se calmara, pero no funcionó. Aun así, comencé a ponerme de pie lo más rápido que se me hizo posible, siendo consciente de que ahora no podía darme el lujo de quedarme sentado en el suelo como idiota mientras Nanon estaba desmayado en el sillón. Tenía que ayudarlo.

Agarrándome del apoyabrazos del sofá llegue hasta su cuerpo a pesar de mi mareo por la impresión de los hechos, y tratando de no pisar la suciedad derramada en el suelo, sostuve su rostro pálido y frágil para observarle y examinarlo mejor.

— Llamaré a una ambulancia — le dije, aunque él tuviera los ojos cerrados. Más bien me lo dije a mí mismo intentando enfocarme. Lo solté despacio y me di la vuelta para buscar mi celular, pero justo en ese instante sentí un apretón en mi brazo, un apretón que fue lo suficientemente notorio para detenerme. Cuando volteé descubrí que Nanon había abierto los ojos un poco. Separo los labios levemente tomando aire. Quería decirme algo, lo supe por los pequeños movimientos en su mandíbula temblorosa, igual de temblorosa que su mano sujetando mi brazo. Pestañeaba demasiado, irregularmente, como si le costara mantener los parpados separados.

Sin luz || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora